El pastor Jonathan Schunke: la historia del recio futbolista que ahora predica el evangelio
Ya retirado, el Vikingo sigue vinculado con Estudiantes de La Plata, como director técnico de la Reserva. Pero fuera del fútbol encontró un camino espiritual, donde desarrolla su vocación religiosa.

Jonathan Schunke no se formó en Estudiantes pero se convirtió en un emblema del club.
Jonathan Schunke fue un zaguero central duro, de esos que nunca negocian el esfuerzo, que supo construir una carrera silenciosa y respetada. No fue nunca una estrella mediática, pero dejó una huella en Estudiantes de La Plata, el club donde encontró su lugar en el mundo. Hoy, retirado de la actividad profesional, sigue vinculado al Pincha como entrenador de la división Reserva, mientras que fuera de las canchas abraza con la misma convicción su vocación espiritual: es pastor evangélico.
Los inicios de Schunke en Misiones
Schunke nació en la localidad de 25 de Mayo, en Misiones, el 22 de febrero de 1987. Dio sus primeros pasos futbolísticos en las inferiores de Guaraní Antonio Franco, uno de los clubes más importantes de la provincia, hasta que tras un breve paso por Real Arroyo de Santa Fe llegó a Buenos Aires: Almagro fue su primer destino laboral en el fútbol bonaerense.

El Tricolor, un breve paso por Godoy Cruz para conocer la Primera División (aunque sin jugar), Ferro Carril Oeste, Almirante Brown… El recorrido de Schunke por el Ascenso fue variado y de muchos colores. Hasta que finalmente le llegó su gran chance: luego de disputar un torneo 100% como titular con el Verdolaga, Estudiantes de la Plata decidió apostar por él, en una decisión que cambiaría la vida profesional del defensor.
Jonathan Schunke y su identidad pincharrata
El 6 de agosto de 2012, Schunke vistió por primera vez la camiseta del club que se convertiría en una segunda casa: debutó con Estudiantes de la Plata en una victoria por 2-1 frente a Tigre. El Vikingo, apodado así por su apariencia recia, la barba rubia siempre tupida y un vehemente estilo de juego, encajó bien en el paladar de los platenses y se afianzó como titular, aprovechando también su gran altura (1.91 metro) en un equipo que siempre hizo un culto del juego aéreo.
Con más de 250 partidos jugados para Estudiantes, Schunke fue una pieza importante para diferentes entrenadores del club platense. Finalmente, en 2020, cortó su paso por el Pincha para ir primero a Aldosivi de Mar del Plata, luego a Sportivo Luqueño de Paraguay, a Deportes Santa Cruz de Chile hasta que, finalmente, se retiró en su querido Guaraní Antonio Franco, el club que lo vio nacer.
La otra pasión del Vikingo Schunke: la fe
Ligado a Estudiantes tras más de ocho años en el club, Schunke es hoy por hoy entrenador de la Reserva del club, bajo la aprobación de un ídolo como Juan Sebastián Verón, mandamás de la institución. Pero no solo de fútbol vive el hombre y el Vikingo lo sabe bien: desde hace años está involucrado en la Iglesia Evangélica y hasta llegó a oficiar como pastor.
Profundamente religioso desde su infancia y siempre agradecido a Dios en cada actuación como profesional, Schunke empezó a también oficiar como pastor durante su estadía Paraguay, donde abrazó aún más su fe. Fue tal su dedicación que Jesús Alvarenga (un compañero de equipo en Sportivo Luqueño) le pidió que hiciera los honores en la ceremonia de matrimonio con su esposa.

“Va a ser un matrimonio sin manchas y joven, por siempre. El anillo simboliza que no tiene principio ni fin, sino que es eterno como tu vida, Señor”, fueron las palabras que eligió Schunke para casar a su colega, como se ve en un video que se hizo viral: no siempre uno se encuentra a un pastor de semejante altura y con tantos antecedentes ligados a la pelota.
Por qué Hernán Crespo no volvió a River y el día que un presidente del club le pidió “300 lucas”
Jonathan Schunke eligió vivir el fútbol desde el alma: como defensor primero, como entrenador después. Y ahora, también, desde el espíritu, pregonando su fe.
Hacé tu comentario