Un motochorro y policía: quiso coimear con dólares a 3 efectivos que lo llevaban detenido
El asaltante y un cómplice venían de robarle a una mujer. Fueron perseguidos y atrapados. Ya dentro del móvil, el agente desleal intentó convencer a sus pares de que lo soltaran a cambio de dinero.
Si la existencia de un motochorro policía roza las fronteras de la ficción y de la indignación, que el hombre quiera coimear a quienes lo habían detenido ya supera muchos límites. Así sucedió en la provincia de Buenos Aires, luego de que una persecución terminara con el arresto de dos asaltantes.
El frustrado poliladrón, posteriormente identificado como el policía Lucas Alejandro García, acababa de cometer junto a otro delincuente un robo en San Miguel, cuando en el Centro de Monitoreo recibieron un aviso del sistema «Ojos en Alerta», a través del cual los vecinos del municipio denuncian emergencias mediante mensajes de whatsapp.
De acuerdo con la información suministrada, los dos motochorros le habían arrebatado el teléfono celular a una mujer. Afortunadamente, a diferencia de lo que suele ocurrir cuando se producen estos episodios, la víctima no resultó herida.
La persecución de la Policía a los motochorros
Cuando los motochorros fueron divisados en la esquina de Tupac Amaru y Martín García, en el límite de San Miguel con el partido de Moreno, se dio intervención al Comando de Patrullas, que inició la persecución por calles del distrito vecino. Las cámaras de la zona captaron imágenes del seguimiento y también quedaron registrados los diálogos dentro del móvil de la Policía Bonaerense.
La fuga fallida de dos motochorros en San Miguel: chocaron contra un colectivo y fueron detenidos
El que iba sentado en la moto como acompañante de García (su nombre no trascendió, pero supo que estaba bajo el régimen de libertad condicional) empezó a hacer señas al patrullero cuando vio que lo tenían encima, fingiendo que iban a detenerse. El vehículo oficial aminoró su marcha y en ese momento el conductor aceleró, intentando evadirse. García no demostró pericia, pues se subió a una plazoleta y terminó chocando contra la base de un mástil.
Pese al impacto y a la caída, los dos delincuentes lograron incorporarse y salir corriendo. No llegaron lejos: fueron detenidos a las pocas cuadras por los efectivos.
Ya con García esposado e ingresado a un patrullero, se produjo la insólita situación: el motochorro, si revelar su condición de policía, buscó entablar una conversación amable con sus captores para persuadirlos de que aceptaran un dinero a cambio de su inmediata liberación.
El motochorro se dirigió a quien parecía estar a cargo del operativo y le dijo desde la ventanilla, con voz clara, aprovechando que el barbijo se le había corrido: «Jefe, jefe, ¿no podemos arreglar esto. Tengo plata en casa, para qué les voy a mentir. Tengo dólares…».
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La primera persona en responderle fue la agente que se encontraba adelante, en el asiento de acompañante: «¡Callate la boca! ¡Callate!», le gritó la mujer, notoriamente enojada.
El detenido no se amilanó ante la negativa e insistió con su propuesta de soborno, dirigiéndose en una segunda oportunidad al efectivo que tenía a su derecha. «Vamos, tengo plata. Arreglamos y listo. Así nos evitamos todo esto», sugirió. Tampoco tuvo éxito en este nuevo acercamiento.
El motochorro-policía concluyó resignándose luego de escuchar las palabras del agente que lo escoltaba. «Estás preso, muchacho. Hay dos cámaras acá arriba del patrullero. Estás preso, ¿no entendés?».
Según se comunicó desde la municipalidad de San Miguel, García y su cómplice fueron trasladados a la Comisaría Primera de esa jurisdicción y quedaron a disposición de la Justicia.
“Ojos en Alerta” es un programa de seguridad y participación ciudadana, que otorga a los vecinos la posibilidad de informar al Centro de Monitoreo sobre hechos delictivos o accidentes, con recursos como fotos, videos, mensajes de texto, audios y ubicación.
Actualmente, el programa cuenta con más de 120.000 vecinos inscriptos. La herramienta se implementó en 2016 y, desde entonces, fue replicada en otros 12 municipios del territorio bonaerense, en Mendoza y Rafaela.