El milagro de un joven de Merlo: sobrevivió a 14 balazos, quedó cuadripléjico y terminó el secundario
Damián Di Bella (24) quedó al borde de la muerte tras ser atacado a balazos por el novio de una amiga. Estuvo ocho meses internado para empezar con la terapia y dos veces se contagió Covid-19, pero nada frena sus ganas de reponerse.
Los catorce balazos en el barrio Matera de Merlo convirtieron, para el joven Damián Di Bella (24), la noche del 17 de abril en una pesadilla de la que seguramente no se olvide jamás. Lo que pasó aquel sábado le cambió la vida: circulaba en su automóvil Volkswagen Gol que se había comprado hacía una semana y estaba llegando a la casa de una amiga con quien iba a reunirse. Antes de llegar se encontró con el novio de ella, Nicolás Jaime (22), que estaba subido a su moto. Damián se acercó a él con su auto para saludarlo pero al ver que el joven sacaba un arma, aceleró para huir. El agresor lo persiguió con la moto y le efectuó 14 disparos: uno de la las balas impactó en su nuca.
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Ese fue el comienzo de un tortuoso camino que lo tuvo al borde de la muerte. Por dos semanas estuvo internado en la terapia intensiva del Hospital Eva Perón de Merlo: el balazo le destrozó el 50% de la médula ósea y lo dejó cuadripléjico, con todo el sector izquierdo de su cuerpo inmovilizado y del lado derecho con una leve movilidad. Además, perdió parte de la dentadura por el choque. Luego de una laboriosa recuperación durante la cual se contagió dos veces de Covid-19, Damián recibió en julio el alta médica y comenzó otra compleja etapa: la de su rehabilitación.
Para ello, volvió a quedar internado en el Instituto de Rehabilitación Psicofísica (IREP) de la Ciudad de Buenos Aires donde no sólo trabajó arduamente para recuperar de forma progresiva diversos movimientos. Este sábado recibió el alta y continuará con el tratamiento de forma ambulatoria, lo que le permitirá poder regresar a su casa luego de 8 meses. Y, de yapa, su otra gran noticia: mientras estuvo internado en ese establecimiento, se dedicó a terminar los estudios secundarios a distancia y este viernes recibió su título. Una caricia al alma para el joven y su familia luego de tanto dolor.
Su mamá, Lorena Gervasi, quien hizo las gestiones ante la directora del CENS N°466 de Merlo para que aceptaran que pueda enviar trabajos por mail y WhatsApp, dijo que su hijo había dejado de estudiar cuando falleció su padre con un propósito: «Ayudarme a mí con el mantenimiento de sus hermanas. El trabaja desde los 15 años. El año pasado retomó en pandemia y lo tomaron en segundo año y en el instituto completo el tercero», indicó la mujer.
En diálogo con Zonales, Damián manifestó que haber finalizado sus estudios secundarios son «una buena entre tantas malas». El joven, que durante la pandemia vendió un auto para impulsar un emprendimiento de venta y entrega de comida y que luego consiguió trabajo de barman en la Ciudad de Buenos Aires, ha demostrado que no les teme a los desafíos y ya piensa en el próximo. «Ahora estoy enfocado en seguir la facultad. Me anoté en Biología en la Universidad Nacional de Hurlingham«, contó.
Tras el brutal ataque, cómo se recupera el joven de Merlo
Aunque su madre reveló que «a veces se bajonea», Damián está decidido: «Mis 24 años los cumplí rehabilitándome en este instituto. Estoy metiéndole con todo a la recuperación. Es difícil pero hay que volver a empezar».
En estos meses ha evolucionado mucho y hoy tiene movilidad en el brazo y la pierna derecha. Se espera una operación para mover un tendón de un lado a otro y ampliar su capacidad en el brazo derecho, aunque aún del lado izquierdo no puede realizar movimientos. Los especialistas en el IREP le indicaron que la mayor evolución ya la dio y ahora buscan que pueda ir logrando otros avances más pequeños.
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En su casa se deben realizar algunas modificaciones para quedar apta para la comodidad del joven y facilitar su desplazamiento. A su vez, necesitará una silla de ruedas con asiento y respaldo modular de 40 a 50 centímetros de ancho y profundidad, apoya cabeza regulable, tracción central con ruedas y reclinación electrónica de 90 a 150 grados.
La noche de los balazos y la sensación de estar a punto de morir
Aunque no tenían trato, Damián ya conocía a Nicolás Jaime, el novio de su amiga; por eso se acercó con su auto a saludarlo cuando lo vio llegando a la casa de con ella. Cuando observó que extraía una pistola calibre 9 milímetros y lo apuntaba, aceleró la marcha para escapar. El agresor lo persiguió; logró alcanzarlo a las tres cuadras, en las calles Ancón y Lacroze, donde le vació el cargador. Siete balas impactaron en el auto y una le dio en la nuca, atravesando el apoyacabezas.
Damián se desvaneció y chocó. Aturdido, vio por el espejo retrovisor a Jaime acomodarse la campera y pensó que lo iba a rematar. «No sabés lo feo que es sentir que te van a matar», le dijo a su mamá en el hospital. Pero no, el violento se fue: la familia del baleado piensa que debe haber creído que lo había asesinado. También contaron que esa noche la amiga de Damián lo había invitado a juntarse con otros chicos en su casa mediante mensajes de Facebook y piensan que Jaime pudo haberlo emboscado haciéndose pasar por ella. Igualmente, la familia comentó que la amiga nunca se contactó con ellos para saber como estaba el joven baleado.
Tras el ataque, Damián se desmayó y despertó rodeado de gente que lo asistía, a quienes les dijo quién había sido el atacante, que se entregó cuatro días después a la Policía. Los fiscales Marisa Monti y Claudio Oviedo de la UFI N°5 pidieron la prisión preventiva que la Justicia terminó efectivizando bajo la imputación de «tentativa de homicidio», con penas de entre 10 y 26 años de cárcel.