Los vecinos lograron juntar $30 mil para salvar a Ulises, el perro monaguillo de Hurlingham
La mascota es parte de la comunidad que se acerca a las iglesias. Sufrió una luxación de cadera y debió ser operado. La intervención pudo hacerse gracias a una campaña de los vecinos.
Ulises es más que la mascota del Padre Javier, el sacerdote que oficia en ambas parroquias del distrito: el perro es parte de la comunidad, y muy querido por todos los fieles que se reúnen en misa o se acercan a las iglesias. El suele estar presente en las misas, de allí su apodo de «perro monaguillo».
Por ello, dos congregaciones religiosas de Hurlingham se unieron para ayudarlo y lograron juntar nada menos que $30.000 para pagar una operación y su tratamiento posterior.
En una de sus escapadas frecuentes de la parroquia, Ulises volvió malherido, con varias mordidas y rengo. El diagnóstico en la veterinaria causó preocupación: luxación de cadera.
No quedó otra opción entonces que recurrir a una cirugía, para que Ulises (que incluso tiene su cuenta en Instagram) pueda recuperar su vida normal. El costo de la intervención no fue un detalle menor: $20 mil. Allí apareció el cariño de los vecinos de Hurlingham y la solidaridad de toda la comunidad.
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Rápidamente, para juntar ese dinero organizaron una colecta online, y en la parroquia Nuestra Señora del Camino, ubicada en Coraceros y Malaspina, realizaron una Mesa de dulces el domingo 26 de septiembre, luego de la misa tradicional.
«En la mesa dulce se juntaron 22 mil pesos, que eran suficiente para la operación, y por otros medios se consiguió un remanente que va servir para el postoperatorio», contó el Padre Javier a los medios, muy conmovido por la ayuda de los fieles de las comunidades en las que oficia.
¿Qué le pasó a Ulises? «Una tarde se escapó mientras yo hablaba con unos jóvenes del grupo de aquí. De esa escapada volvió lastimado, se notaba que había tenido mordeduras. Tenía la patita izquierda de atrás en el aire y no la podía apoyar. Como tenía un corte lo llevé a un veterinario donde lo atendieron, pero no notaron nada», recordó el padre Javier.
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«Como seguía con la pata trasera sin apoyar fui de nuevo al veterinario, le hicieron una placa y descubrieron que tenía una luxación en la cadera. Se le salió el fémur de su lugar, y la única forma de volverlo al lugar era a través de una cirugía. Averigüé en Zoonosis y en todos lados, pero no hay un lugar público donde se hagan estas operaciones», agregó.
Según cuenta el propio Padre, Ulises es un mestizo que apareció hace 10 años en la parroquia Itatí de Ituzaingó. Luego le pidieron si se podía quedar con él y entonces fue ganando espacio. “Al principio estaba afuera, después entró a la casa parroquial y últimamente se sube a la cama sacerdotal también», describe el cura.
La operación de Ulises pudo realizarse con éxito y él ya está en recuperación. Gracias a la ayuda de los vecinos, próximamente podrá volver a acompañarlos durante las misas.