En Lanús, la fábrica Lipo paralizó la producción y crece el peligro de cierre: cuántos millones de caramelos hace por día
Los trabajadores están de paro porque aún no cobraron la totalidad del sueldo de julio. Desde la compañía familiar, establecida en Remedios de Escalada desde 1969, anticipan que podría haber faltantes en los kioscos.

Lipo es la fábrica de caramelos duros que más vende en Argentina. Ahora está en conflicto con sus trabajadores.
Más de 100 trabajadores de la fábrica de caramelos Lipo, ubicada en Remedios de Escalada Este, partido de Lanús, se encuentran nuevamente en paro total de actividades y sostienen un piquete con corte de calle frente a la planta, en reclamo por la falta de pago de sus salarios correspondientes al mes de agosto. La protesta, que ya lleva varios días, ocurre en paralelo a una audiencia convocada por el Ministerio de Trabajo de la provincia de Buenos Aires, en la sede distrital, para intentar encontrar una salida al conflicto.
La tensión en la histórica empresa Lipo S.A., conocida por fabricar más de 2 millones de caramelos por día, se intensificó en las últimas semanas, aunque el problema no es nuevo. Desde el año pasado, los trabajadores vienen denunciando irregularidades en el cobro de sus haberes, con retrasos, pagos fraccionados y falta de aguinaldo, situación que derivó en una profunda crisis de confianza con la conducción empresarial.
La fábrica, ubicada en la calle Guarracino al 2300, fue epicentro de una primera huelga de 10 días consecutivos a comienzos de agosto, una medida votada en asamblea de fábrica. En aquel momento, los trabajadores accedieron a levantar el paro provisoriamente ante un compromiso verbal de la patronal de regularizar los pagos. Sin embargo, ese compromiso no se cumplió, y la empresa solo abonó menos del 25% del salario correspondiente al mes, lo que motivó el retorno inmediato al paro y la profundización del conflicto.

Lipo S.A. es una empresa de capitales familiares, dirigida actualmente por Matías y Mariela Lipovetzky, segunda generación de los fundadores. Y, según la comisión interna, en los últimos años arribó un nuevo accionista. Se trataría de Osvaldo Iglesias, empresario que en el año 2003 estuvo prófugo con pedido de captura, luego detenido y liberado con jugosa fianza por fraude al Estado en Catamarca, siendo gerente de la empresa de electricidad Edecat.
La planta, que cuenta con 130 empleados en total, opera desde 1969 y se consolidó como la principal fabricante de caramelos duros del país, con una planta de 8.000 m² cubiertos y más de 11.000 m² para almacenamiento de productos terminados. Además de abastecer el mercado local, la empresa exporta al Mercosur, Asia y Europa, y tiene convenios con cadenas como Carrefour, para quienes produce golosinas de marca propia. También representa en Argentina marcas internacionales como Hershey’s y Topps.
Peligra la fábrica de caramelos Lipo
En diálogo con medios locales, los trabajadores manifestaron su indignación y cuestionaron los argumentos empresariales. Desde la firma, los responsables aducen problemas financieros, dificultades con proveedores de materias primas, caída de ventas y pérdida de clientes, como justificativos de los atrasos salariales. Sin embargo, los empleados afirman que esas explicaciones no se condicen con la magnitud de la empresa ni con su nivel de producción.
“Todos los días salen camiones cargados, la producción sigue, no hay suspensión oficial, y sin embargo no nos pagan. Hace meses que vienen dando excusas, mientras nosotros seguimos trabajando con lo justo o haciendo paro para que al menos escuchen”, sostuvo un delegado de la planta en medio de la protesta.
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Los trabajadores también denuncian un clima de incertidumbre y desgaste: “Ya no sabemos qué esperar. A veces nos dicen que pagarán en cuotas, otras veces que no hay plata. Pero no hay diálogo ni plan claro. Mientras tanto, nuestras familias dependen de este salario para subsistir”, explicó una operaria con más de 15 años de antigüedad.
El conflicto ya escaló a instancias formales. Esta semana, representantes de los trabajadores y de la empresa participaron de una audiencia en el Ministerio de Trabajo bonaerense, aunque hasta el momento no se llegó a un acuerdo concreto. La cartera laboral pidió a las partes mantener un canal de diálogo abierto, pero no se descartaron nuevas medidas de fuerza si la situación continúa sin cambios.
Desde los sindicatos del sector, se mantiene el estado de alerta y se evalúan medidas conjuntas con otras fábricas que atraviesan conflictos similares, ante un contexto general de deterioro en la industria alimenticia. Según datos del sector, más del 35% de las pymes alimenticias en el conurbano bonaerense manifiestan problemas de liquidez, lo que impacta en la cadena de pagos, el abastecimiento de materias primas y los salarios.

La situación de Lipo no es aislada. En lo que va del año, hubo más de 20 conflictos laborales activos en empresas del rubro, muchos de ellos por retrasos salariales o despidos encubiertos. Sin embargo, lo que genera mayor preocupación en Lanús es que se trata de una empresa emblemática, con alta visibilidad y trayectoria, que en otros momentos fue símbolo del desarrollo industrial local.
En este contexto, la comunidad también comienza a tomar parte. Comerciantes, vecinos y familiares de los trabajadores se acercaron durante los últimos días a solidarizarse con el reclamo frente a la fábrica. Algunos ofrecieron ollas populares y apoyo logístico a los trabajadores en paro. “Es una vergüenza lo que están haciendo con la gente que les dio años de laburo. Lipo no es cualquier empresa”, comentó un vecino de Escalada que se acercó al corte.
Por su parte, desde la intendencia de Lanús, no hubo hasta el momento una intervención directa, aunque fuentes municipales admitieron que siguen el conflicto con atención y estarían dispuestos a mediar si las partes lo solicitan formalmente.
Mientras tanto, el corte en la puerta de la planta sigue activo, y los trabajadores insisten en que no retomarán las tareas hasta que se abonen los salarios completos adeudados. “No estamos pidiendo nada extraordinario: queremos cobrar lo que nos corresponde por ley. Esta empresa no está quebrada, simplemente no está cumpliendo con sus trabajadores”, concluyó uno de los delegados.
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