El lado menos conocido de Juan María Traverso: la historia del remisero personal de Mirtha Legrand
El Flaco, que falleció el 11 de mayo pasado, hubiera cumplido 74 años. Eximio contador de anécdotas, penduló entre la idolatría y la polémica, aunque tuvo una condición indiscutible: fue uno de los mejores pilotos de la Argentina.
Juan María Traverso ganó 16 títulos, entre ellos seis del Turismo Carretera.
Una de las pérdidas más lamentadas del universo deportivo en 2024 fue el fallecimiento de Juan María Traverso, ocurrido el 11 de mayo. El Flaco, un apodo que conservó hasta los últimos días aunque ya tuviera algún kilo de más, habría cumplido 74 años este 28 de diciembre.
Además de haber sido una referencia insoslayable del automovilismo argentino durante casi tres décadas y media, fuera de las pistas fue un generador de múltiples historias que combinaban su fuerte carácter con una personalidad avasallante para decir y hacer cosas que otros no se animaban.
El Flaco Traverso, un piloto como los de antes
“Me ayudó saber algo de mecánica para darme cuenta de que el auto no iba a explotar, por eso seguí hasta la última vuelta. Cuando me bajaron la bandera, estacioné cerca de donde estaban los bomberos y me fui rajando”. Así narraba Juan María Traverso la que fue una de sus mayores hazañas al volante.
El domingo 3 de abril de 1988, a bordo de una Renault Fuego, Traverso lideraba la prueba de TC2000 que se desarrollaba en la ciudad de General Roca, provincia de Río Negro. Silvio Oltra acosaba al puntero y trataba de superarlo en cada giro. Ya sobre el final, en la vuelta 46 de 48, la coupé del Flaco empezó a largar humo, cada vez más, hasta que a unos 500 metros de la línea de meta salieron llamas debajo del vehículo blanco número 2.
La transmisión de Carburando le puso más emoción a una instancia de por sí dramática. “¡Ganó Traverso! ¡Otra vez! Con cualquier auto, demostrando por qué es el ídolo del automovilismo argentino!”. Las imágenes de TV le otorgaban veracidad al relato. Juan María, luego de descender de la Renault Fuego con su buzo antiflama cubierto de cenizas, fue llevado en andas hasta la zona de boxes por los espectadores que invadieron el circuito.
La fama de Juan María Traverso
Seis veces campeón de Turismo Carretera, la primera a los 26 años y la última cuando le faltaba poco para cumplir 50; siete de TC 2000 (donde protagonizó duelos épicos con Guillermo Maldonado) y tres de Top Race, ubican a Juan María Traverso a la altura de los mejores pilotos argentinos de todos los tiempos.
La popularidad que le confirieron los éxitos se acrecentó con declaraciones, anécdotas y polémicas. A Gabriel Ponce de León, casi 30 años más joven, amenazó con ir “a cagarlo a palos” después de un roce en una prueba de TC en Río Cuarto. Acabaron como amigos. “Nunca me peleé con nadie. Primero porque no soy bueno para eso y segundo porque no me parece la mejor manera de arreglar una discusión”, contaba el Flaco de aquel incidente televisado en vivo.
Atravesó situaciones económicas difíciles (“me caí y me levanté un montón de veces”) y en una época hasta trabajó como remisero. Su clienta estelar fue Mirtha Legrand, a quien llevaba y traía de los célebres almuerzos por pedido de la misma señora. “Para mí, la mujer más bella de Argentina”, la elogiaba el Flaco.
Poco afecto a inmiscuirse en política, en 1998 quedó envuelto en una controversia por su explícito apoyo a Alfredo Enrique Yabrán. La compañía OCA era principal sponsor de su histórico Chevrolet violeta por esos días, cuando el oscuro empresario telepostal fue acusado como autor intelectual del asesinato en Pinamar del reportero gráfico José Luis Cabezas.
Aquel episodio no afectó el cariño que la gente sentía por la figura del Flaco. Nunca se negó a una firma ni una foto. Y él lo explicaba citando a Oscar Alfredo Gálvez, otra figura emblemática del deporte nacional.
“Estábamos en un autódromo del interior, íbamos caminando con Oscar y del otro lado del alambre, separado por una zanja, se encontraba el público. A cada rato había alguien que lo llamaba, él saltaba y se arrimaba… Así una y otra vez, hasta que le dije: ‘Oscar, cuidado, no salte más que se va a caer’. Y él me contestó: ‘¿Sabés qué pasa, pibe? Seguramente yo manejo mejor un auto que todos esos de ahí, pero entre ellos vas a encontrar veterinarios, ganaderos, gente que labura en el campo, que genera trabajo… En todo eso me superan. ¿Quién soy yo para decirles que no si me piden un autógrafo?’. Desde entonces seguí su ejemplo”.
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