Alejado del fútbol y casi irreconocible: así está hoy el Bambino Veira, a 40 años del ciclo más exitoso de su carrera
El 30 de septiembre de 1984, el ex futbolista y entrenador debutó en River, club con el que gano la Copa Libertadores y la Intercontinental. Hace casi 20 años que se lo vio como técnico por última vez.
Héctor Rodolfo Veira, el Bambino Veira, es un nombre con muchas historias dentro del fútbol argentino. Como jugador primero y como entrenador después, supo cosechar varios éxitos en su carrera. Tuvo también graves problemas judiciales, con una condena incluso por abuso sexual, y se las arregló también para conquistar la televisión con su verborragia. Este fin de semana se cumplen 40 años de su debut como entrenador de River Plate, uno de los pasos más destacados de una carrera que bien vale un repaso.
El Bambino Veira futbolista
Veira nació el 29 de mayo de 1946 en Buenos Aires, una ciudad por aquel entonces con muchísima zona verde sin urbanizar. En esos potreros fue donde el Bambino comenzó a desarrollar sus habilidades naturales para la práctica del fútbol. Su primer club fue una institución bien porteña como San Lorenzo de Almagro.
En el Ciclón hizo las divisiones Inferiores y debutó muy chico: a los 17 años hizo su primera aparición con el equipo de Primera, en un 3-0 frente a Vélez en el viejo Gasómetro de Avenida La Plata. El Bambino fue parte de un equipo histórico de San Lorenzo, los Carasucias, y logró así una temprana convocatoria al seleccionado argentino.
Campeón en 1968 con el equipo de Los Matadores, se volvió un ídolo en San Lorenzo. Sin embargo, su salida fue sorpresiva: en 1970 cambió la azulgrana por la camiseta de Huracán, clásico rival de los cuervos. Se comentó que Ringo Bonavena, amigo del Bambino, puso dinero para concretar la resonante incorporación.
A partir del Globo, la carrera de Veira se fue diluyendo. Un paso por México, Banfield, Sevilla en España, Brasil y Chile fue el derrotero de un futbolista que de a poco fue pensando en su vida después de correr atrás de la pelota. En 1978 se retiró del fútbol profesional, como integrante de Oriente Petrolero en Bolivia.
Héctor Veira, un DT consagrado
Su campaña como entrenador comenzó cuatro años después de colgar los botines: Banfield le dio su primera oportunidad. Luego del Taladro, Héctor Veira volvió a su gran amor: San Lorenzo lo repatrió en 1983, luego de que el club retornara a Primera División de la mano de José Yudica.
En 1984, llegó el gran salto para el Bambino: River Plate lo contrató como entrenador y el éxito fue total, más allá de que su debut se dio con una derrota: el 30 de septiembre de 1984, el Millonario perdió 1-0 contra Vélez Sarsfield en el estadio Monumental. Pero fue apenas una anécdota.
Con el equipo de Núñez, Veira fue campeón del torneo 1985/86, de la Copa Libertadores 1986 y de la Copa Intercontinental, la única del club de Núñez. Fue ante el Steaua Bucarest, un equipo rumano que logró notoriedad por aquellos años y superó en la final de Europa a Barcelona.
San Lorenzo, Vélez, Newell’s Old Boys, la Selección de Bolivia… El recorrido de Veira como entrenador fue larguísimo, incluyendo al otro grande de Argentina. Dirigió a Boca Juniors antes del fantástico primer período de Carlos Bianchi, teniendo bajo sus órdenes a Diego Armando Maradona y delineando una columna (trajo a los colombianos Oscar Córdoba, Jorge Bermúdez y Mauricio Serna) que terminó de moldear el Virrey.
La actualidad de Veira, lejos del fútbol
Más allá del verde césped, su vida siempre fue frenética. Tuvo un repudiable caso de abuso sexual, en el que fue primero declarado culpable y, más tarde, condenado por “intento de violación” a un adolescente de 13 años (el episodio quedó registrado en la memoria colectiva como El caso Candelmo). Héctor Veira nunca asumió la culpabilidad del hecho, pero estuvo casi un año entero en prisión.
También se volvió muy famoso por su histrionismo frente a las cámaras de TV. De voz inconfundible y gracia proverbial para contar anécdotas, reales o exageradas, estuvo en muchos programas ajenos al mundo del deporte. Ya con 78 años, el Bambino hace casi 20 que no dirige.
Su última aparición fue a través de un video subido a la red social Instagram con motivo del título conquistado por San Lorenzo en el Clausura 1995. Pese al ostracismo, a cuatro décadas de su primer partido con River Plate, la gloria deportiva se mantiene intacta en su extenso currículum.
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