La historia de Gelo Flores, el singular jefe de los alcanzapelotas de Racing que se convirtió en una pieza clave para ganar partidos
Como ocurrió meses atrás para pasar a la final de la Copa Sudamericana, otro pibe fue clave para ganarle a Boca el sábado. Detrás está este fanático que de chico iba a la cancha de Independiente hasta que dijo basta.
Angel Gelo Flores, el jefe de los pibes alcanzapelotas de Racing, que el sábado pasado le hicieron ganar el partido a la Academia ante Boca.
A fines de octubre del año pasado, el mundo del fútbol argentino y todo el continente habló de un pibe alcanzapelotas de Racing que había sido clave en el gol que Juan Fernando Quinteros le hizo al Corinthians de Brasil para darle a la Academia el pase a la final de la Copa Sudamericana. Y este fin de semana, la historia se repitió en el Cilindro cuando otro chico fue determinante en la primera conquista racinguista ante Boca, por el torneo local. ¿Casualidad? Claro que no. Detrás, hay un responsable que construyó la historia.
«La practicamos toda la semana», dijo Gustavo Costas sobre la jugada de aquel segundo gol de Racing ante el Timao. Se refería a la rapidez y la concentración con la que el pibe Martín Santoro, nacido en Quilmes y de la categoría 2009, respondió ante lo que le «pedía la jugada».
Fue en el minuto 39, luego de un violento despeje al lateral por parte de un defensor brasileño. Parado a metros de la línea de costado y con la pechera de Conmebol, el chico saltó los carteles de publicidad y le pasó rápidamente la pelota a Gabriel Rojas, que venía a la carrera y sacó rápido el lateral hacia Maravilla Martínez, que se la peinó a Juanfer para dejarlo frente al arco. Fue gol. El resto es historia conocida y terminó con Racing en la final, y luego saliendo campeón.
El sábado pasado ocurrió la misma historia, casi calcada. Era una contra de La Academia que rápidamente Marcelo Saracchi cortó para Boca sacándola al lateral. Sin embargo, un alcanza pelotas -se llama Lucas Álvarez y juega en Séptima- cedió rápidamente la pelota a Gastón Martirena, que sacó el lateral varios metros más adelante, y la jugada terminó en el gol de Luciano Vietto.
En el back de todas esas acciones de los alcanzapelotas está Angel «Gelo» Flores, casi casi una institución en sí misma dentro del mundo Racing.
Quién es Gelo Flores, el jefe de los alcanzapelotas de Racing
El destino quiso que se cambiara de vereda. Desde muy chico su papá lo llevaba a la cancha de Independiente, club del que era hincha. Pero enseguida Gelo miró para enfrente y con su hermano Nerio comenzaron a hacerse amigos de la gente de Racing. Así nació su pasión por la Academia.
Durante más de 65 años Gelo hizo el mismo recorrido por la Ruta 7, desde su Chacabuco natal, la tierra de Daniel Passarella, el único bicampeón del mundo argentino, hasta el estadio de Avellaneda. Fanático de la Academia desde los 7 años, asegura que nunca se perdió un partido de local. Iba en tren, a dedo, en colectivo. Siempre se las ingenió para llegar.
Sobre la primera vez que pisó el césped de la cancha de la mano del Loco Omás Corbatta en los años ’60, recuerda: «No me lo olvido más. Me hizo ir por el túnel viejo que tenía más de 100 metros. Cuando salí a la cancha con él, fue un sueño. Algo irreal. Ver el Cilindro desde adentro por primera vez me pareció un monstruo».
Y de tanto estar puertas adentro, empezó a trabajar en el club. Hace más de 30 años que es el encargado de los alcanzapelotas. Siempre ayudó, además, marcando la cancha, cortando el césped o haciendo lo que hiciera falta.
Por sus manos pasaron cientos de pibes a los que entrenó para que hagan con viveza su trabajo al costado de la cancha: Cuadra, Mansilla, Zaracho, Lautaro Martínez, entre otros, recibieron sus indicaciones.
También contó, entre ellos estaba Lisandro López, hoy ídolo total del club y amigo personal de Gelo: «Licha siempre se ofrecía a llevarme con el viejo porque vivía en Rojas, que queda a 50 kilómetros de Chacabuco. Se desviaba un poco, pero me alcanzaba».
Desde hace 45 años comparte la locura albiceleste con su hijo Walter, quien también trabaja en el club manejando el carrito que levanta a los jugadores lesionados. «Walter empezó a ir a la cancha desde que estaba en la panza de la madre. Asistíamos a todos los partidos, siempre fue conmigo. A él no le importaba en qué íbamos, yo lo cargaba en mis hombros y salíamos», contó Flores a Democracia.
Para mediados de los años ’80 empezaron a pensar en hacer una bandera. «En esa época se podía ir de visitante, entonces asistíamos a todas las canchas y siempre veíamos las mismas banderas: «La Guardia Imperial», «La 95», «Carcarañá», «Beto de Munro». Allí fue que Walter empezó a pensar en la idea de tener una bandera que nos represente y nació el trapo «Gelo Chacabuco», que contenía nuestro sobrenombre, porque a ambos nos conocen así, y el nombre de nuestra ciudad«, contó Angel.
Tan identificado está Gelo con Racing y con Chacabuco que a fines del año pasado, su ciudad le rindió homenaje luego de que el equipo de Costas obtuviera la Copa Sudamericana tras ganarle la final a Cruzeiro 3 a 1 en Paraguay.
«Queremos homenajear a Gelo, un querido vecino de Chacabuco, un amigo de muchos años. Quiero resaltar su trayectoria, el acompañamiento, la convicción que siempre ha tenido con Racing, su pasión por el deporte. En este momento de bonanza del club, con el campeonato, te saludo a vos y a todos los hinchas de Racing de nuestra comunidad», Rubén Golía, intendente Municipal.
«No tengo más que palabras de agradecimiento por este reconocimiento, y gracias también por la gran gestión que están haciendo, por cómo están ayudando a todos», respondió Gelo, que luego de tomarse unas merecidas vacaciones volvió con toda su picardía al lado de la raya de cal para hacerle ganar a Racing otro partido memorable.
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