El increíble destino de Chiqui Pérez, el defensor que mandó a River a la B, pasó por Boca y juega en torneo amateur
Oriundo de José C. Paz, el zaguero se convirtió en un verdadero trotamundos que jugó hasta en República Dominicana. Fue parte del Belgrano que hizo historia el 26 de junio de 2011. A los 36 años, volvió a Córdoba.
El fútbol suele ser un deporte injusto con la mayoría de los niños que arrancan con la ilusión, de algún día, jugar en el equipo de sus amores. Quien no cayó en esta generalidad fue Chiqui Pérez, que jugó en Boca Juniors después de un largo recorrido por las canchas del ascenso.
Chiqui Pérez, de José C. Paz a Córdoba
Claudio Daniel Pérez nació el día siguiente a la Navidad de 1985, en José C. Paz. Su primer club fue Flandria, en Jáuregui, a unos 45 kilómetros de su ciudad natal. Pérez debutó como zaguero en la B Metropolitana, en 2004. Allí se quedó hasta 2007, momento en el que comenzó a deambular por varios clubes.
Primero fue a Atlanta, de buena campaña en la temporada 07/08, después anduvo por Tiro Federal. Tuvo una experiencia de seis meses en La Serena de Chile, lo que significó su primera excursión fuera del país. En 2010 retornó al Conurbano bonaerense, para incorporarse a Tigre, de la mano de Ricardo Caruso Lombardi. Esa fue la puerta de entrada a Córdoba: el Barrio Alberdi le abrió las puertas de Belgrano, el club donde más y mejor jugó.
La serie de su vida
El Chiqui, irónicamente así apodado por su corpulencia, cayó en un equipo que tenía 23 puntos en 19 fechas y del cual nadie esperaba el suceso que logró en aquella temporada 2010/11 de la hoy llamada Primera Nacional. En una Liga liderada por Atlético Rafaela, Ricardo Zielinski asumió en la jornada 21, apenas perdió dos partidos y así conquistó una plaza en la Promoción.
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Pérez, al igual que durante casi toda la segunda ronda, fue baluarte de una sólida defensa junto a Luciano Lollo, otro que posteriormente tendría una extensa campaña en Primera. La ida fue 2-0 para Belgrano, con goles de César Mansanelli, de penal, y César Pereyra. A pesar de la invasión de hinchas enmascarados de River al campo, el encuentro pudo concluir.
Para la vuelta, el Ruso Zielinski se la jugó por el mismo equipo. River comenzó ganando rápidamente y, al ratito, Chiqui Pérez le cometió un penal a Leandro Caruso, que no fue sancionado por Sergio Pezzotta. El desenlace es conocido: Guillermo Farré empató, Juan Carlos Olave le atajó un penal a Mariano Pavone y Belgrano recuperó su lugar en Primera después de cuatro años, mandando a la B al Millonario.
Sueño cumplido
El hincha de Boca les tomó un cariño especial a varios de los jugadores del Pirata que concretaron la hazaña, pero solo dos tuvieron la posibilidad de ponerse la camiseta azul y oro. A fines de 2012, Carlos Bianchi comenzó su tercer ciclo en el club de la Ribera y dos de los refuerzos fueron integrantes de aquel Belgrano: Ribair Rodríguez y Claudio Pérez.
El Chiqui llegó a Boca con el cartel de hincha y enseguida se dio el lujo de gritar un gol con su casaca favorita: en su tercer partido, por Copa Libertadores, conectó de cabeza para convertir el 2-0 parcial ante Barcelona en Ecuador. En su estadía xeneize alternó entre titular y suplente, en un equipo que fue bastante irregular.
Para el segundo semestre Boca trajo al Cata Díaz y parecía que Pérez perdería terreno, pero las recurrentes lesiones de sus compañeros lo mantuvieron en el once inicial. Boca, en su constante subibaja, encadenó una serie de buenos resultados y el Chiqui tuvo la posibilidad de ser héroe: se hizo cargo de un penal sobre la hora en cancha de San Lorenzo pero Torrico se lo atajó, evitó el empate y le cortó una racha de ocho goles convertidos por esa vía de manera consecutiva.
Regresos y otras experiencias
Su etapa en Boca continuó otro año, cada vez con menos actividad. Ya sin espacio, relegado por Rodolfo Arruabarrena, se fue a préstamo y eligió volver a Belgrano, todavía con Zielinski. Pérez jugó varios partidos en el Pirata y fue importante para lograr el 6º puesto, en un certamen de 30 equipos, lo que valió la clasificación a la Copa Sudamericana.
A fin de 2015 quedó libre en Boca y pasó a Banfield, donde disputó apenas 16 encuentros. Después se fue a vivir a México, para jugar en el Puebla, pero rápidamente pegó la vuelta al club de sus inicios. Pérez cumplió una segunda etapa con Flandria en la B Nacional. No terminó bien: los de Jáuregui fueron uno de los seis que descendieron.
Las últimas vueltas
En el epílogo de su carrera, Pérez se las rebusca para seguir en actividad. Tuvo un paso por el Värnamo de la segunda división sueca y luego desembarcó en la Asociación Deportiva San Carlos, club de Costa Rica con el que logró ascender.
Sus últimos destinos fueron el Cibao de República Dominicana y Juventud Antoniana de Salta, hasta que firmó en agosto último para Camioneros de Córdoba. Su actual equipo es uno de los 286 conjuntos que intentarán conseguir uno de los cuatro ascensos al Torneo Federal A.
Al igual que Chiqui Pérez habrá más experimentados con trayectoria de Primera, como Mario Bolatti, José San Román y Germán Montoya, aunque pocos con el orgullo de haber jugado en el cuadro de sus sueños infantiles.