Así cayeron «las viudas negras» de Lanús: una chica de 15 años, burundanga, tusi y un crimen en Ciudadela
Están acusadas de matar a Williams Jonathan Quispe Quenta, de nacionalidad boliviana y de 19 años, quien había ido a bailar a un boliche en la zona de Liniers. En 2025 ya hubo 25 víctimas fatales por este tipo de delito.

Una de las integrantes de "Las viudas negras de Lanús", acusadas de asesinar a un joven boliviano en Ciudadela el pasado 13 de julio.
Es uno de los delitos de moda, pero en este caso hay componentes tan asombrosos como terroríficos. El caso de «las viudas negras de Lanús» tiene aristas oscurísimas: desde una menor de 15 años involucrada hasta el movimiento de cocaína rosa, la droga también conocida como tusi, y un horrible crimen.
El parte policial dirá que esa adolescente y otra joven de 20 años fueron detenidas en el marco de la investigación por el homicidio de un hombre de nacionalidad boliviana, en Ciudadela. Los investigadores identificaron a la agencia Noticias Argentinas que las detenidas son Eugenia Mendoza y Mariela Abigail Marcani Taboada, y la Justicia las acusó de participar junto a Nelsi Vidaurre (23) y Román César Matías Delgado (26) en el asesinato de Williams Jonnathan Quispe Quenta (19), ocurrido el 13 de julio pasado.
Ayer, la DDI de San Martín realizó dos allanamientos en Lanús y en la Ciudad de Buenos Aires. En Lanús, los efectivos secuestraron un revólver calibre 22, el celular de la víctima, ropa usada en el hecho y una bolsa con una sustancia similar a tusi.

En ese lugar, la Policía aprehendió a la menor de edad, mientras que en Capital Federal, detuvieron a Mendoza en la calle Carlos Berg 2922, en el Barrio Charrúa a inmediaciones de Nueva Pompeya, y hallaron prendas usadas en el homicidio, clonazepam y otra bolsa con tusi. El crimen sucedió en un departamento de la calle Muñoz al 3500, en Ciudadela, luego de que la víctima fuera a un boliche de Liniers con amigos y tres mujeres desconocidas.
El crimen de «las viudas negras de Lanús»
Ese día Quispe fue a bailar junto a Rodrigo Laura y Efrain Torres Onofre al boliche Equinoxio, en avenida Rivadavia al 10900, en Liniers. Allí fueron seducidos por las ladronas y empezaron a bailar y a tomar tragos con ellas.
Pasadas las seis de la mañana, todos se dirigieron al domicilio de Quispe ubicado en la localidad bonaerense de Ciudadela. Al arribar a la vivienda, las víctimas habrían compartido más tragos hasta que se quedaron dormidos profundamente producto de las drogas que las mujeres les iban dando a escondidas.
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Al despertarse, los amigos de Quispe constataron que el joven se encontraba sin signos vitales, vomitado y recostado sobre la cama. Además, verificaron que se habían robado del domicilio un televisor, los celulares de cada uno, el poco dinero que tenían encima y algunos otros objetos pequeños y de poco valor
Respecto a las mujeres con las que habían regresado, se dieron a la fuga, motivo por el cual las víctimas llamaron al 911. A la calle Muñoz arribaron policía y ambulancias del SAME, que constataron el fallecimiento de Quispe Quenta.

En el caso intervino la UFI N°1 de San Martín y la causa fue caratulada como homicidio criminis causa. En la vivienda trabajó el grupo operativo DDI, junto con la policía científica de San Martín, que realizaron las pericias correspondientes y confirmaron que no se hallaron signos de violencia. La Justicia cree que el joven fue drogado con escopolamina, también conocida como «burundanga», una sustancia que anula la voluntad de la víctima.
La fiscal Silvana Giordano dispuso el traslado de cuerpo a morgue judicial para la autopsia. Se comprobó que murió de un edema agudo de pulmón y una congestión visceral generalizada. Gracias a un seguimiento de las cámaras el 19 de julio, la Policía detuvo a Vidaurre y a Delgado y, en ese operativo, los agentes secuestraron celulares, un televisor, zapatillas y pastillas de clonazepam.
Finalmente, la causa está caratulada como homicidio criminis causa y está a cargo de la UFI N°1 de San Martín.
En lo que va de 2025 se multiplicaron los casos de mujeres que, bajo una fachada de seducción, drogan, roban y en algunos casos asesinan a hombres a los que contactan a través de redes sociales, boliches o bares. Según cifras recientes, ya se registraron más de 5.000 denuncias, con al menos 25 víctimas fatales en el Área Metropolitana de Buenos Aires. La preocupación crece entre los investigadores, que observan un patrón cada vez más organizado y violento.
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