La insólita forma en que cayó C14, uno de los hackers más buscados que vivía a puro lujo en un country de Canning
El ciberdelincuente, buscado intensamente hace ocho meses, fue detenido en su mansión de Cañuelas y se estima que robó más de $35.000.000. La Policía Bonaerense lo encontró por un reclamo increíble.
Alejandro Jakimczuk, conocido en el ambiente como “C14” o “El Hacker”, era uno de los estafadores digitales más buscados del país y vivía a puro lujo en un country de Canning. Fue detenido el viernes en la localidad de Máximo Paz tras haber hecho un reclamo por un corte de luz. En esa comunicación, se obtuvo el número de medidor del cliente y la dirección del inmueble. Fue capturado por personal de la Estación de Policía de Seguridad (EPDS) Vicente López de la policía bonaerense y junto al él fueron detenidos Mesías González (28 años) y Edwin Farley Fajardo Murillo (33), ambos ciudadanos colombianos.
Según las investigaciones oficiales, C14 es el cerebro de una organización delictiva que se dedica a vaciar cuentas bancarias mediante falsos sitios que simulan ser la página web de un banco. Se estima que, al menos, habría robado $35.000.000 provenientes de distintas estafas.
La Justicia estaba tras sus pasos desde hace ocho meses y conocía bien su modus operandi: estos “vaciadores de cuentas” se dedican a adquirir credenciales (usuarios y contraseñas) obtenidas previamente por los ‘logueros’, quienes construyen las páginas falsas de los home banking que lucen idénticas a la página real del banco de la víctima. A su vez, el dinero que obtienen es luego transferido a distintas cuentas y billeteras virtuales de ‘mulas’ que prestan su nombre a cambio de un porcentaje de la ganancia. Y, finalmente, los estafadores compran criptomonedas para poder ocultar el dinero mal habido.
El delincuente se presentaba como trader de criptomonedas y llevaba una vida de lujos: manejaba vehículos Audi, Mini Cooper, Mercedes Benz, y vivían en enormes mansiones. Jakimczuk sospechaba que la policía iba tras él ya que cambiaba su auto y se mudaba con frecuencia para evitar ser encontrado, durante un tiempo vivió en Saint Thomas Country Club y luego se mudó al barrio cerrado El Rebenque donde pagaba 2000 dólares mensuales de alquiler. Ambos están ubicados en Canning. En cada mansión, C14 montaba un laboratorio de última tecnología para concretar las estafas.
“No se trata de la primera ni la última estafa de C14 y sus cómplices. En zona norte habría protagonizado tres hechos por $ 10.000.000 y, en la ciudad de Buenos Aires, otros siete casos por entre 20.000.000 y 25.000.000 millones de pesos”, aseguraron los detectives judiciales.
Cómo cayó en Canning uno de los hackers más buscados de Argentina
Su final comenzó a escribirse en agosto del año pasado, cuando la apoderada legal de una empresa de Carapachay denunció que le faltaban 1.500.000 de su cuenta bancaria. A partir de allí, la policía de Vicente López inició la investigación que terminaría con la detención del ciberdelincuente.
Comenzaron a desandar los pasos digitales de la mujer y descubrieron, a través del historial de navegación, que la víctima había ingresado en el primer resultado sugerido por el navegador, pero no era el de su banco: era una página que se veía similar, pero tenía otro dominio web. Ella ingresó sus datos y a los pocos minutos fue contactada por un supuesto trabajador del banco, quien la engañó para ingresar en la cuenta.
Tiempo después, cayó detenida una de las ‘mulas’ encargadas de prestar su nombre para recibir el dinero robado en su cuenta. Una vez que la policía secuestró su teléfono celular, pudo obtener la información necesaria para dar con la persona que había reclutado a la ‘mula’. En ese momento y sin que lo supiera, comenzó a cambiar la suerte de C14.
“Identificado el reclutador, en el mismo día se allanó su domicilio y se lo detuvo. De su teléfono celular se recuperaron todas las conversaciones con la persona que se encontraba por encima de él en la organización delictiva. Como particularidad, la banda se comunicaba por Signal y se agendaban entre sí con acrónimos tales como M18, G17, C14. En las conversaciones dejaban en claro las diferentes jerarquías. Se determinó que C14 era el jefe de la banda. Solo faltaba ponerle nombre y apellido”, afirmaron desde la Policía.