Brutal denuncia: joven reveló que fue secuestrada en La Salada y violada durante diez horas
Soledad contó que dos hombres la subieron a una camioneta en la feria de Ingeniero Budge y abusaron de ella en el camino y en unos monoblocks. Y relató que luego la abandonaron semidesnuda en Constitución.
Soledad es vecina de Lomas de Zamora y compra ropa en La Salada para revender y mantener a sus dos hijos.
Soledad vive en Lomas de Zamora y tiene dos hijos, una nena de 10 años y un bebé de seis meses. Separada desde 2021, se dedica a revender ropa para sostener a su familia. Esa actividad la llevó el sábado pasado a la mañana a la feria de La Salada.
Pero lo que debería haber sido una jornada laboral más terminó siendo el peor momento de su vida, ya que la joven denunció que fue secuestrada, drogada y violada por dos hombres que la abordaron y la subieron a una camioneta.
De acuerdo con el desgarrador testimonio que la vecina de Lomas de Zamora le dio a Infobae, el abuso comenzó en el vehículo con el que la llevaron a unos monoblocks. Allí escuchó una frase que le quedó marcada: «Llegó la hora». En el lugar, según ella relató, el abuso y la vejación duró varias horas, hasta que en un momento la dejaron abandonada semidesnuda en el barrio porteño de Constitución.
Soledad había llegado a La Salada junto a su papá, su bebé y el chofer de la camioneta que los había llevado. Al arribar al galpón llamado Urkupiña, uno de los tres que conforman la feria de Ingeniero Budge, el grupo se separó ya que ella tenía que ocuparse de hacer las compras.
En su denuncia ante la Justicia, la joven declaró que se detuvo en un puesto para preguntar el precio de una campera y que, al darse vuelta, se cruzó con un carro plateado que transportaba sándwiches, tortas y jugos que empujaba una chica, por lo que quedó encerrada.
“De golpe apareció un hombre de unos 20 años que intentó pasar justo por donde yo estaba parada y me chocó con su cuerpo. Quise avanzar y salí de ahí. Dos hombres estaban muy cerca mío y me seguían”, detalló la vecina de Lomas de Zamora.
En ese momento buscó cruzar el pasillo hacia un puesto donde vendían calzas y se cruzó con una mujer de seguridad de cabello rubio y cortito que tenía un chaleco verde y pasó hablando por un handy. “Enseguida me empiezo a sentir mareada. Era como que las cosas se me venían encima, sentía que me iba a caer al piso… No puedo recordar muchas de las cosas que veía y escuchaba… Sentía que el cuerpo no me respondía, era como que no tenía fuerza”, enumeró.
Luego, Soledad continuó: “Yo llevaba mi riñonera en mi mano y ahí nomás sentí que me la sacaron y simultáneamente me agarraron de mi mano, tipo novios, entrecruzando los dedos de la mano de quien me sujeto con los míos y ese sujeto me habló como si yo fuera su pareja».
De acuerdo con el testimonio de la joven, quienes la secuestraron y violaron tenían gorras y sus caras a medio tapar con unos cuellos de polar que usaban tipo barbijos y uno de ellos era muy alto. El hombre que la había tomado de la mano la llevó por uno de los pasillos dentro de Urkupiña en el que se volvió a cruzar con la joven de seguridad. “La miré, me miró y no hizo nada; mientras tanto quien me seguía sujetando de la mano me llevó hasta el fondo del galpón”, dijo la víctima.
El momento en que se la llevaron de La Salada
“Después de ahí tengo partes muy borrosas, pero sí recuerdo haber visto cajeros de algún banco en las inmediaciones de la feria, recuerdo que nos quedamos detenidos y parados allí por un largo rato, no puedo precisar cuánto. Yo miraba y escuchaba, pero mi cuerpo seguía sin responder. Me subieron a un auto en su parte trasera y no sé a dónde me llevaron», enumeró.
Soledad es precisa sobre el momento en que comenzó el abuso en el vehículo con el que se la llevaron de La Salada: «Recuerdo que comenzaron a sacarme toda la ropa entre dos hombres, pero en los asientos de adelante del auto había uno o dos sujetos más, incluso me sacaron el pantalón y la bombacha, pero luego me volvieron a poner el pantalón y seguidamente me acostaron de costado sobre el asiento para que yo no pudiera mirar para adelante y me taparon con mi campera”.
«De momento me despertaba y sentía que me apretaban y me mordían los pezones, me pegaron cachetazos y golpes en la cabeza. En un momento advertí que uno de ellos estaba arriba mío de frente con su cara tapada y una remera blanca. Sentí cómo me violó, yo intentaba gritar y él me tapaba la boca, mientras otro de ellos me agarraba”, declaró.
La pesadilla siguió: “Después me bajaron del auto y me llevaron a uno edificio tipo monoblock que era de color verde y me encapucharon. Yo no veía nada y me daban de tomar un líquido amargo. Me ataron las manos y me hicieron cosas horribles”.
El siguiente recuerdo la ubica, semidesnuda, de noche, en el barrio de Constitución. Antes que la soltaran, escuchó que uno de los violadores le dijo: “Tenés un dios aparte. Te salvaste”. Diez horas después de haber sido raptada en La Salada, la vecina de Lomas de Zamora fue encontrada por efectivos de la Policía de la Ciudad a quienes les pidió ayuda y les contó qué había pasado.
De inmediato se activó el protocolo de seguridad para este tipo de casos que, según fuentes judiciales, confirmaron que se tomaron muestras de semen en el cuerpo de la víctima. La causa está en manos de la Fiscalía en lo Criminal 38 de la Capital Federal, que ordenó las primeras medidas de investigación para identificar a los responsables.
