Avellaneda: mataron a «Chucky», el ladrón que se había hecho famoso en una toma de rehenes con solo 14 años
Miguel Angel Burgo (34) quiso robarles a un padre y un hijo en Dock Sud, pero forcejeó con ellos y murió tras ser apuñalado por las víctimas. Hace 20 años protagonizó una dramática toma de rehenes en Gerli.
Miguel Ángel Burgo, alias «Chucky», un ladrón de 34 años, murió el último viernes en la localidad de Dock Sud, en Avellaneda, tras ser apuñalado por una de las víctimas a las que quiso robarles. Su historia está marcada por la delincuencia, con un inicio precoz que lo tuvo protagonizando una toma de rehenes siendo un adolescente.
La Policía identificó su cuerpo al llegar a la zona de la calle Sarmiento al 800, a una cuadra de la Autopista Buenos Aires – La Plata, donde momentos antes un hombre de 58 años y su hijo de 26 años habían arribado en una camioneta tras haber pactado la compra de un automóvil Peugeot 206 por la plataforma Marketplace de Facebook.
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Lo cierto es que había sido una emboscada: ambos se habían para esperar al supuesto vendedor y el joven se había posicionado a unos metros de su padre, con el dinero para la operación. Sin embargo, cuatro asaltantes en dos motos los abordaron amenazándolos con armas de fuego para robarles y como padre e hijo se resistieron, terminaron baleándolos. En el forcejeo, una de las víctimas, hirió con un arma blanca a uno de los ladrones: a «Chucky».
El padre terminó con un disparo en el abdomen y otro en la mano derecha; mientras que su hijo sufrió impactos en la mano derecha, tobillo y tres en la pelvis. Ambos fueron trasladados al Hospital Fiorito de Avellaneda, donde permanecen internados pero fuera de peligro.
La historia de «Chucky», el ladrón abatido en Avellaneda
Miguel Ángel Burgo tuvo un precoz inicio en la delincuencia. A los 14 años, protagonizó una toma de rehenes en un supermercado de la extinta empresa «Eki», ubicado en la Avenida Pavón al 2300, en Gerli, partido de Lanús.
Allí, el 19 de julio de 2002, había ingresado junto a dos cómplices, Cristian “Chispita” González y Gabriel “El Oreja” Verón, para reducir a los empleados a punta de pistola y robar el dinero de la recaudación. Todo salía según sus planes, hasta que un patrullero de la Policía pasó por allí y un agente detectó lo que sucedía dentro del local.
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Fue así como los delincuentes se atrincheraron en el comercio y tomaron de rehenes a 18 personas durante cuatro horas de máxima tensión. Dejaron ir a cuatro niños al principio y luego se dedicaron a consumir alcohol, lo que potenció la agresividad de «Chucky», que incluso llegó a efectuar disparos al aire fuera del supermercado para provocar a los policías.
Todo terminó cuando, tras una negociación con el Grupo Halcón, los delincuentes decidieron entregarse. Para ese momento, Burgo ya estaba completamente alcoholizado y se tambaleaba e incluso llegó a vomitar antes de ser apresado.
Seis años después, la Justicia de Lomas de Zamora lo detuvo al acusarlo de ser el presunto líder de una banda de secuestradores exprés que había cometido al menos cuatro hechos bajo esa modalidad entre junio y julio de 2008 en localidades del sur del Conurbano.