A 14 años de su gran conquista, Arsenal de Sarandí quiere repetir en la Copa Sudamericana

Arsenal de Sarandí es un pequeño club del Sur. Metido en el medio de Independiente y Racing, los dos enormes de Avellaneda, apenas despertaba pasiones cuando ascendió allá por 2002 y quizás lo más llamativo de la institución era el nexo con la familia Grondona: Julio Humberto, pope de AFA, había sido presidente. A fuerza de sacrificio, perfil bajo y constancia, el Viaducto fue sumando títulos. Y ahora, a 14 años de la Copa Sudamericana que ganó de la mano de Gustavo Alfaro, vuelve a soñar con disfrutar de la gloria continental.

El jueves pasado, Arsenal completó su participación en la primera fase de la Copa Sudamericana y lo hizo de la mejor manera: en condición de local derrotó por 3-1 a Bolívar y se quedó con el primer puesto del grupo C, relegando a su rival, a Ceará de Brasil y a Jorge Wilstermann (también de Bolivia). Con un Lucas Albertengo espectacular en la delantera (ya lleva cuatro tantos), los dirigidos por Sergio Rondina ahora aspiran a seguir avanzando.

De acuerdo con el sorteo realizado hoy por la Conmebol, en Asunción, su rival en octavos de final -en la semana del 13 de julio- será Sporting Cristal, clasificado tercero en la zona que compartió con Racing (1), San Pablo (2) y Rentistas (4).

Arsenal de Sarandí y la gloria del 2007

El 28 de julio de 2002, Arsenal jugó el primer partido de su historia en la máxima división del fútbol argentino. Parecía que era la hora de gloria para el club del Sur, pero el futuro le tenía deparadas muchas más alegrías.

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En 2004 dio el primer gran golpe: por la Copa Sudamericana eliminó ni más ni menos que a River en el estadio Monumental. Se despidió en cuartos de final de ese torneo, pero tendría revancha: en 2007, bajo la conducción de Gustavo Alfaro y con jugadores como el Papu Gómez y José Luis Calderón, se coronó campeón tras eliminar nuevamente a River, a San Lorenzo y ganarle la final al América de México en un estadio de Racing colmado de hinchas propios y simpatizantes de otros clubes.

Pese a perder la Recopa contra Boca (campeón de la Libertadores) al año siguiente, Arsenal siguió en ascenso. Ganó la Suruga Bank ante el Gamba Osaka y comenzó a formar un equipo que llegaría a lo más alto: en 2012, de nuevo con Alfaro al mando, se quedó con el torneo local y con la Supercopa (donde se tomó revancha del Xeneize). El último gran golpe de Arsenal de Sarandí fue en 2013: le ganó la final de la Copa Argentina a San Lorenzo con un tremendo 3-0 en Catamarca.

El renacer de Arsenal y una nueva ilusión

El 1 de abril de 2018 marcó el fin de una era para la gente del Viaducto: tras un 2-2 con Chacarita y arrastrando paupérrimas actuaciones en torneos anteriores, Arsenal descendió a la B Nacional luego de 16 años de permanencia en Primera. Los del Arse habían visto cómo grandes clubes del fútbol argentino pelearon promociones e incluso descendieron: River, Independiente, San Lorenzo, Racing… Esta vez, fue el turno de ellos.

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Afortunadamente para esa barriada del Sur, el regreso a la élite fue rápido: un año y 27 días después, el 27 de abril de 2019, Arsenal le ganó la final de la B Nacional a Sarmiento con gol de Leandro Garate. Con Sergio Rondina a la cabeza, el Viaducto ahora tiene un equipo combativo, con más pibes que los experimentados de antes y con ganas de repetir la historia. Ahora sumó a Albertengo, que tras su paso por Independiente está calentando las gargantas en Sarandí.

Ya con dos temporadas en Primera, donde el equipo no se destacó pero logró mantenerse y hacerles fuerza a los poderosos, ahora le toca el turno de empezar a trazar su camino por América. Y mal no le viene yendo: Arsenal de Sarandí ya sabe cómo hacerlo.