Lomas de Zamora: no tuvo su fiesta de 15 por falta de dinero y ahora les organiza el festejo a chicas que no pueden pagarlo
Romina es barrendera y madre de seis hijos. Se encarga de cumplirles el sueño a las quinceañeras que no tienen acceso a una celebración. Su proyecto solidario ahora se extiende por todas las provincias. Un trabajo hecho a pulmón.
Nacida y criada en Lomas de Zamora, al sur del Conurbano bonaerense, Romina Peralta no pudo acceder a su ansiada fiesta de quince. Por eso se propuso transformarse en hada madrina y cumplirles el sueño a las adolescentes de bajos recursos que no pueden pagar la celebración.
Como el proyecto es a pulmón, Romina busca la solidaridad de quienes quieran aportar su solidaridad a la causa. “Estamos en la búsqueda de madrinas y padrinos que quieran colaborar con la causa y así festejar muchos más cumpleaños de 15”, dijo.
En tal sentido, indicó que quien lo desee puede colaborar con dinero o bien con su oficio, ya que para hacer una fiesta se necesitan peluqueros, fotógrafos, manicuras, DJ, catering, entre otras cosas. La próxima celebración será el 28 de enero y quien quiera puede colaborar comunicándose al 1153244621.
“Con los padrinos y madrinas que actualmente tenemos intentamos que se vayan turnando para que ayuden uno por fiesta, es por eso que necesitamos más manos solidarias. Por ejemplo, las panaderías también se pueden sumar, pueden donar algo de lo que les sobra de la producción del sábado, eso nos vendría muy bien para la mesa de dulce”, sostuvo.
Cómo surge el proyecto solidario en Lomas de Zamora
Todo surgió cuando Romina, barrendera y madre de seis hijos, quiso festejar los quince años de su hija y entendió lo difícil que se vuelve para los sectores más humildes. De este modo, nació la idea de ayudar a otras familias y las ganas de que otras adolescentes tengan lo que ella no tuvo. «No encuentro palabras para describir lo que es ver a cada una de esas chicas probarse los vestidos o entrar a su fiesta. Me hacen latir fuerte el corazón”, confiesa.
“Cuando cumplí 15 años, en 2001, mis papás se habían separado y en medio de esa crisis y la económica, fue imposible tener mi fiesta. Mi papá había tenido un ACV que lo dejó sin trabajo y el poco dinero que entraba era para pagar el alquiler. Fueron tiempos muy duros en mi familia. Muchas de mis amigas de la escuela y mis primas habían tenido su fiesta, solo faltaba yo, pero no se pudo. Eso me quedó como algo pendiente, no me generó ningún trauma, pero sí una cosita rara en el pecho por lo que no pudo ser”, recordó Romina.
En 2018, la joven lomense abrió un comedor comunitario frente a su casa, llamado “Jóvenes hacia el futuro”, al cual asisten decenas de vecinos y más de 300 niños en busca de una vianda. Además, brindan talleres de peluquería para ofrecer un oficio con salida laboral. Y fue allí mismo donde dos años después conoció a Jemina, la primera chica que ayudó.
Nacida en el seno de una familia muy humilde, la quinceañera soñaba con tener su fiesta, pero económicamente no era posible. “Por más simple que quieras hacerlo es complicado, todo cuesta mucho: la ropa, el vestido, la comida. Y aunque solo sean 20 personas, es un gasto enorme. Yo dentro de todo tengo un trabajo y me alcanzó justo, pero me faltaron un montón de cosas. Para una mamá con muchos chicos o que no tenga los medios económicos para hacerlo, es imposible”, señaló.
Romina buscó donaciones, fabricó souvenirs, arregló vestidos y cocinó para llevar adelante el festejo. “Al principio no teníamos muchos contactos y fueron poquitas personas las que colaboraron. Algunas aportaron con dinero, otras hicieron los souvenirs, otras nos dieron cosas para vender y juntar para la torta”, explicó.
Así, su iniciativa fue creciendo y ya lleva ocho fiestas realizadas. Primero, conociendo la realidad de su barrio, Romina comenzó en Lomas de Zamora y lentamente se fue expandiendo por otras provincias, e incluso la llamaron desde Venezuela. Su agenda está completa hasta junio con dos cumpleaños por mes, y para poder hacerlos, abrió una cuenta con el alias alamo.kilo.cabina para quienes deseen hacer sus donaciones.
“La Romina de 15 años las mira, celebra con ellas y es inmensamente feliz”, concluyó.