El futbolista de Deportivo Morón que ayuda al barrio: preside una sociedad de fomento en Caseros
A los 37 años, Cristian Lillo complementa su carrera futbolística en la Primera Nacional con su rol social: en la institución que lidera acaba de inaugurar un gimnasio para los chicos de la zona.
Cristian Lillo (37) sabe de sacrificios. Los hizo por su extensa carrera como futbolista de las categorías de Ascenso pero tampoco se olvida de su barrio, en Caseros, en el oeste del Conurbano: desde hace cinco años es presidente de la Sociedad de Fomento Alianza y hace unos días, tras mucho esfuerzo, inauguró un gimnasio para los chicos que se entrenan allí para distintas disciplinas.
Tras casi 20 años jugando al fútbol de manera profesional, el aguerrido mediocampista central surgido en Estudiantes de Caseros y con pasos por Ferro, Platense, Atlanta y el fútbol mexicano, lleva ya ocho temporadas en el Deportivo Morón, donde se ganó el cariño de los hinchas.
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«Me piden que me anime a la presidencia en un futuro. Pero para eso todavía falta. Si me gustaría ser una especie de manager. Pero no lo descarto, aunque ahora quiero disfrutar de mis últimos años como futbolista. Sueño con lograr un ascenso a Primera División. Sería un broche de oro para mí carrera», dijo sobre su vínculo con la gente del Gallo.
En la Sociedad de Fomento Alianza, Lillo contó que el nuevo gimnasio fue construido en un espacio que era una terraza. Le llevó a la entidad cinco años de esfuerzo. «Lo hicimos con recursos propios y subsidios de la Nación y el Municipio», remarcó.
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Y, tras el acto de inauguración en el que participó el intendente de Tres de Febrero, Diego Valenzuela; agregó que la entidad tiene «fútbol infantil, patín, tela, karate, kick boxing, distintos tipos de bailes y también hay un espacio para recibir a centros de jubilados. Son alrededor de 250 nenes y nenas de distintas edades que vienen a aprender».
Cristian Lillo: del Deportivo Morón al compromiso con Caseros
Lillo puso en paralelo a su carrera en el fútbol su compromiso social: durante la cuarentena por el Covid-19 organizó ollas populares dos veces a la semana para ofrecer un plato de comida en la sede de la Sociedad de Fomento, ubicada en la calle México 2881, a más de 1000 vecinos del barrio. «La gente está muy necesitada y va a ayudar a los que menos tienen», había dicho en aquella oportunidad, señalando que buscaba donaciones de carne y pollo para mejorar la oferta de alimentos.
El referente de Deportivo Morón contó que en la institución que preside jugó al baby fútbol desde los 5 a los 13 años y desde los 18 integró como vocal las distintas comisiones directivas. Asumió la presidencia tras la licencia por enfermedad de su antecesor.
«Quiero devolver un poco de lo que me dieron en mi infancia. Es importante que los chicos estén en un club haciendo deporte y no expuestos a los peligros que supone la calle», señaló. Y agregó que le dedica todo el tiempo que puede a la entidad barrial, pero reconoció que lo «ayudan mucho los otros directivos», puesto que todo hacen «lo mejor sin importar los cargos».
Lillo volvió a entrenarse en el Gallo en los últimos días, luego de una lesión en la zona lumbar que lo alejó de las canchas durante un tiempo. Se espera que vuelva a ser citado y vaya sumando minutos con el correr de las semanas.