La historia del tenista de Pilar que vendió zapatillas durante la pandemia y jugará Roland Garros

Santiago Rodríguez Taverna, tenista oriundo de Pilar, fue noticia nacional en las últimas horas: con 22 años y 10 meses se clasificó al cuadro principal de Roland Garros y jugará allí, en el prestigioso Grand Slam de París, su primer torneo de la Asociación de Tenis Profesional (ATP).

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El joven, que en Pilar es conocido como «El Duke» y que viene de atravesar momentos muy difíciles que pusieron en duda su carrera, ya venía encontrando en el 2022 un año que marcaba hitos en su vida deportiva: en enero se había convertido en el primer argentino en ser campeón de un certamen al ganar el Challenger Copa Ciudad de Tigre.

Ahora, tras sus tres victorias en la clasificación (la última ante el búlgaro Dimitar Kuzmanov -193°- por 6-4, 3-6 y 6-3), se transformó en el tenista argentino más joven en superar esa etapa en Roland Garros desde Diego Schwartzman (21 años y 9 meses) en 2014 y es el octavo en superar esa etapa en su primera participación de ese Grand Slam (no pasaba desde Juan Mónaco en 2004).

«La verdad estoy muy contento. Vine a disfrutar un torneo así, el objetivo era ganar un partido y jugar lo mejor posible. Pasar la clasificación es un sueño cumplido. Espero que me toque una buena ronda y sino algún galáctico para disfrutar el partido», manifestó el joven de Pilar, que este viernes conocerá su rival en el torneo.

La historia de sacrificio del joven tenista de Pilar

Rodríguez Taverna viajó sólo a París, sin entrenador ni equipo. Está acostumbrado: reveló que desde hace años viene luchando por poder desarrollarse en el tenis profesional pese a los enormes obstáculos económicos y logísticos. Y no se rinde, por eso la clasificación tiene un sabor especial.

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Sin embargo, no olvida todo lo que tuvo que pasar para llegar a este momento, que lo encuentra en su mejor momento del ranking mundial de la ATP (203°). «Hace un tiempo fui a jugar un torneo profesional en Santa Fe, un Top Serv, necesitaba plata para poder viajar y jugar. Fui, nos dijeron que estaban buenos los dormis y a las 9 de la mañana ya había 45 grados de temperatura. Cuando volvimos a dormir a la noche estaba lleno de bichos, un calor que no se podía dormir. La primera noche éramos como 20 jugadores, no pudo dormir nadie y así fuimos al otro día a jugar», recordó en una entrevista al programa «El tenis que no vemos».

Y agregó: «Cuando hay torneos en los que no te va bien decís: ‘¿Para qué estoy acá?’. Pero a la vez es lo que más te gusta. Hay que hacer esfuerzos, pero a veces un poco extremos. Para planificar una gira cuesta mucho. En el tenis es todo muy día a día. En mi caso, al no tener sponsor de dinero, voy sacando pasajes en 200 cuotas, pidiendo a las familias que me hospeden. A menos que ganes tres torneos de la gira, salís perdiendo».

Antes, durante la pandemia del Covid-19, tuvo una etapa de inactividad en la que decidió no competir. «La pandemia afectó mucho, mis padres son de riesgo y preferí guardarme para cuidarlos. Fue difícil esa parte en todo sentido y nos pusimos a vender zapatillas con un amigo», confesó el tenista de Pilar, que estuvo cerca de abandonar la práctica deportiva.

Hincha fanático de Racing, reveló que la noche previa a su triunfo ante Kuzmanov, «no me podía dormir me quedé viendo el partido sino me podía dormir por los nervios que tenía». Y concluyó demostrando todo lo que está disfrutando este momento en Roland Garros: «Ya me cambiaron la credencial por la misma que tienen Rafa Nadal y Novak Djokovic, ya comí en el mismo lugar que ellos. Soy vergonzoso, al menos me saludaron»