El trabajo solidario de mujeres de una cárcel de San Martín para ayudar a un nene no vidente
Son internas de la Unidad Penal N°47, que está ubicada en José León Suárez. Las presas transcribieron cuentos infantiles al lenguaje braille para la integración escolar en Vicente López de un chiquito de seis años.
Un grupo de mujeres privadas de su libertad, que cumplen condena en una cárcel de San Martín, llevaron adelante un trabajo solidario para ayudar a un nene no vidente de 6 años que asiste a un jardín de infantes de Vicente López.
Se trata de Valentino. Este año, acompañado por su maestra de inclusión educativa Margarita Ormedilla (de la EEE N° 503), comenzó a estudiar en nivel inicial en el jardín N°6 de esa localidad del norte del Conurbano. Ahora cuenta con dos cuentos infantiles que fueron transcriptos al lenguaje braille por las internas de la Unidad Penal N°47, ubicada en José León Suárez.
La actividad estuvo impulsada por el Servicio Penitenciario Bonaerense, con el aval del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos que conduce Julio Alak, y la donación se entregó hace unos días. «Nos contactamos con la maestra y pudimos acordar según las necesidades de Valentino de escribir libros en braille con características exclusivas y especiales indicadas por ella, para que él acceda a entenderlas con el seguimiento de su maestra», contó Pablo Montemurro, coordinador de educación y cultura de dicha cárcel.
Con tablilla y punzón, las presas hicieron el trabajo manual de la transcripción y además también realizaron dibujos y hasta la encuadernación. Todo en el marco de un programa donde la producción de estos materiales didácticos sirve para aprender el braille.
Claudia, una de las internas, expresó: «Hace 16 años que sé (braille) y cuando llegué acá a la Unidad, lo comenté, me aceptaron y empezamos a preparar libros para chicos y para fundaciones como el Román Rosell que hicimos recetas, también hicimos libros para chicos. En este caso, conocimos a Magui y a través de ella, a Valentino y empezamos a hacer cuentos infantiles para él. Estoy muy contenta».
Tamara, su compañera, dijo que «nos dieron la posibilidad de poder estar acá y poder aprender, de ser partícipe de algo tan lindo. Me metí a fondo con esto como compromiso personal, me pareció súper importante y reconfortante para uno mismo como persona poder ayudar… Para mí es algo hermoso, una caricia al alma».
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En tanto, la docente que acompaña a Valentino y que sirvió de nexo para hacer realidad la ayuda, valoró el esfuerzo de las presas: «Aprendieron braille e hicieron mucho material impreso, libros, adaptaron mapas. Trabajan un montón, lo que pueden ellas hacen, yo les voy dando algunas ideas y diciendo lo que necesitamos y ellas lo van haciendo. Es una experiencia interesante para ambos lados. Les sirve a ellas y a nosotros. Mientras transitan la situación de encierro mantienen la cabeza ocupada y saben que es para el bien de otras personas”.
Otro trabajo solidario de las presas de San Martín
Valentino no fue el único que recibió material en braille. Las internas también produjeron, en el taller de la cárcel de San Martín, libros con recetas para los cursos de cocina que se dictan en el Instituto Nacional para Ciegos Román Rosell de San Isidro.
El trabajo se realiza los lunes, miércoles y viernes de 9 a 11 en el denominado formalmente Taller de Capacitación y Formación Laboral de Lectoescritura del Sistema Braille y Construcción de Material Didáctico de la Unidad 47. Cuenta con grupos rotativos para que todas las personas interesadas puedan capacitarse en la materia y formar parte de este tipo de acción comunitaria.
Allí elaboran material específico de estudio de los diferentes niveles educativos, cuentos de literatura infantil con dibujos en relieve, mapas, juegos didácticos, literatura para adultos, bastones, entre otras producciones.