Las vecinas de Lomas de Zamora que organizan baby showers y cumpleaños para mujeres vulnerables

Un grupo de seis mujeres de Lomas de Zamora ayuda a otras en situación de vulnerabilidad social a través de la asociación que crearon hace un año, Agape Lomas. Desde ese espacio, impulsan una red de contención y asistencia económica, psicológica y social a la que le sumaron una nueva iniciativa: organizar baby showers y cumpleaños para madres o embarazadas que no tienen los recursos para hacer la fiesta.

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Sandra Lladó, vecina lomense y fundadora de la asociación, manifestó que «todas las mujeres que parieron o están embarazadas tienen derecho a festejar, aunque quizás no tengan los medios», y que por ello en ese momento decidieron hacerse «cargo de la fiesta».

Al momento ya hicieron dos baby showers para mujeres que serán madres a fines de diciembre y en enero. Con donaciones pudieron decorar la casa, crear juegos, colocar una torta en la mesa y preparar regalos. También acompañaron a otra embarazada que junto a su familia vinieron de Venezuela y no conocen a nadie en el país.

Mientras difunden estas actividades, que suponen un «mimo» para distintas madres o embarazadas que atraviesan momentos difíciles en lo económico y emocional, lo cierto es que detrás de estas seis voluntarias que trabajan en Agape hay un compromiso muy fuerte con la asistencia que va mucho más allá de estos festejos hogareños.

«Las chicas que participamos siempre nos vimos involucradas en trabajar con mujeres o familias, asistiendo por nuestra cuenta. Y lo que quisimos fue aunar nuestra experiencia para llegar a más lugares y fortalecer nuestra ayuda. Tenemos diferentes perfiles cada una, diferentes profesiones. Maestra, psicóloga social, trabajadora social y voluntarias que ayudaban con donaciones y quisieron acercarse más a esto», detalló Lladó.

Su labor gana fuerza: entre cinco y seis mujeres establecen contacto por semana solicitando ayuda. En muchos casos, sus realidades son muy complejas. «Notamos que muchas mujeres que eran madres tienen ganas de seguir adelante con su embarazo, pero más allá de ir a una salita y recibir atención médica o económica con algún plan, no tenían un acompañamiento o contención global y constante. En lo emocional también había una necesidad: el embarazo genera una situación de vulnerabilidad emocional y por eso creamos talleres para tratar la autoestima y otras cuestiones», dijo la fundadora.

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«Son muchas chicas jóvenes en situación de calle, embarazadas, o que vienen se separaciones conflictivas, de sufrir violencia de género y no tienen a donde ir o a quien recurrir», explicó Lladó. En ese sentido, en Agape siempre están realizando colectas de ropas, alimentos, pañales, accesorios para bebés.

Gestionan acompañamiento médico, contención psicológica, las ayudan en cuestiones operativas como algún trámite y les hacen un seguimiento para saber su situación personal y poder contemplar qué necesitan. «Hemos ayudado a 20 familias hasta ahora, y estamos haciendo acompañamiento a otras cuatro, que están cursando su embarazo», remarcó.

La fundadora aclaró que en este año de trabajo hubo casos que han atendido y que les han calado hondo en lo emocional: «Hubo una madre que se vino con su bebé de dos años de otra provincia y alquilaba una piecita. No tenía nada, había dejado todo en su lugar de origen, escapando de una pareja violenta. También hemos atendido mujeres embarazadas durmiendo debajo del alero de un local, en la calle.

Y amplió: «Una mamá a la que le hicimos un baby shower había perdido el trabajo, su marido estaba desempleado y su matrimonio no venia bien, estaba afectada y llevaba seis meses de embarazo y no le había pensado nombre a su bebé. Nos decía que con nadie podía hablar de las cosas que le pasaban sin sentirse juzgada. Son historias donde la contención emocional es vital. Después del festejo nos dijo que pudo relacionarse mejor con su marido, que tenía más energía para buscar trabajo, que se sentía mejor».

«Tenemos muchas ganas de dar amor, que muchos recibimos pero también en muchas familias falta. El amor permite aferrarse a una esperanza más allá de lo difícil que sea la situación», completó Lladó.

Ahora apuntan a poder ofrecer un techo

Como muchas otras asociaciones o entidades sin fines de lucro, las voluntarias que integran Agape hacen todo a pulmón. Sus recursos dependen de su ingenio para conseguir donaciones y ayuda de la comunidad misma. El crecimiento que han tenido las ha vuelto una referencia cada vez mayor para muchas mujeres que necesitan ayuda y eso ha incrementado la exigencia.

En ese sentido, aunque anteriormente alquilaban dos horas por semana un lugar que les servía como sede para hacer encuentros, ahora lo que buscan es poder contar con un espacio físico más amplio en el que no sólo puedan guardar las donaciones que reúnen, sino que también cuente con la comodidad para que se pueda ofrecer techo para brindar contención a alguna mujer que no tenga a donde ir.

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Esperan poder encontrar un lugar en «con precio accesible» donde, como ya tienen planificado, se organizarán para montar guardias en distinto horarios y atender los pedidos de ayuda que llegan a la asociación, que aunque hoy tiene su base en Lomas de Zamora está abierta a asistir a mujeres de otras zonas del sur del Conurbano en la medida en que puedan.