El día que un dirigente de Banfield armó el equipo de la Selección en una Copa del Mundo
Valentín Suárez fue interventor de la AFA y el responsable de que, a partir de 1967, se disputaran dos torneos por año. Su vinculación con los gobiernos militares y el rol de DT en las sombras que reconoció haber tenido en Inglaterra 66.
Cuando se menciona a Valentín Suárez, cuyo segundo nombre era Erundino, el primer vínculo remite a la presidencia de Banfield. Antes de llegar al club del sur del conurbano bonaerense estuvo vinculado con los dos grandes de Avellaneda. Nacido en la localidad de Gerli en 1916, Suárez jugó en las inferiores de Racing, a pesar de ser hincha y socio de Independiente, club del que fue dirigente.
Del trabajo al fútbol
Su pasión era la política y su lealtad estaba con Juan Domingo Perón. A los 30 años, tras la victoria justicialista de febrero de 1946, Suárez se hizo cargo de la Secretaría de Trabajo y Previsión, creada a partir del alzamiento militar de 1943 y plataforma de despegue del propio Perón. A partir de ahí, Valentín comenzó una meteórica carrera dirigencial que lo depositó en diversos puestos.
En 1948 se desarrolló la segunda y tal vez más importante huelga de la historia del fútbol argentino. El reclamo apuntaba a que Agremiados obtuviera la personería gremial, algo que finalmente lograron los jugadores. Por su actuación en ese conflicto, la dirigencia de Independiente le ofreció el cargo de delegado.
Suárez y su primera presidencia
Todavía lejos de los tiempos en los que Julio Humberto Grondona se hizo dueño de la Asociación del Fútbol Argentino, en la década del 40 hubo nueve presidentes diferentes: el último de ellos fue Valentín Suárez. El por entonces delegado del Rojo sucedió en el cargo al doctor Cayetano Giardulli (hijo).
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Suárez contaba con el apoyo de muchos clubes y, además, se mostraba muy cercano a Eva Duarte de Perón, cuya fundación integraba. Bajo su gestión, la Selección Argentina no participó del Mundial 1950. Tampoco había ido al Campeonato Sudamericano de 1949. Ambos certámenes fueron organizados por Brasil. El éxodo de jugadores a fines de esa década, que impidió la conformación de un seleccionado estable, fue la excusa para justificar las dos ausencias.
Durante su presidencia en la AFA se le puede contar un hito: la primera final televisada. Racing y Banfield se enfrentaron para dirimir al mejor equipo en 1951 y la Academia se impuso 1-0 en el Viejo Gasómetro para convertirse en tricampeón. En lo estrictamente futbolístico, sobre el final de su mandato se dio el recordado triunfo 3-1 ante Inglaterra, con la delantera íntegramente formada por jugadores de Independiente y el gol fantasma de Ernesto José Grillo.
Banfield, la segunda casa de Valentín Suárez
Su primer contacto con el club fue en 1954, durante un asado con varios dirigentes al que fue invitado por el histórico Florencio Sola, nombre que hoy lleva el estadio del Taladro. Allí firmó la solicitud de socio del club que acababa de descender. Seis años más tarde fue elegido presidente y comenzó el primero de sus cinco mandatos.
Con Suárez al mando, Banfield logró los títulos de Primera B de 1962 y 1973, además de la B Nacional en 1993, durante su última presidencia. Su relación con el club quedó inmortalizada cuando a una de las tribunas del Lencho Sola se le dio el nombre de Valentín Suárez.
El retorno a la AFA
Sin cargo en específico, Suárez acompañó a la delegación argentina en la Copa de las Naciones de 1964. Como conmemoración de los 50 años de la Confederación Brasileña de Fútbol, el local organizó un cuadrangular del que también participaron Inglaterra y Portugal. Argentina ganó los tres partidos y allí el dirigente entabló una gran relación con el plantel, que quedó muy contento con su trato y lo homenajeó con un asado y un reloj.
A pesar de su histórica relación con el peronismo, Suárez fue designado como interventor de la Asociación del Fútbol Argentino durante la dictadura de Juan Carlos Onganía. Desempeñó en simultáneo ese cargo y la presidencia de Banfield. Y con el Mundial de Inglaterra pronto a comenzar, tuvo una preponderancia llamativa en el armado del equipo.
El equipo realizó una gira previa, durante la cual Suárez detectó que había división en el grupo: por un lado, los jugadores de Boca; por el otro, los de River e Independiente. Entonces realizó reuniones por separado y luego se juntó con el entrenador, Juan Carlos Lorenzo. Entre ambos diagramaron el equipo que enfrentaría a España en el primer partido, según reveló en una entrevista publicada por la revista El Gráfico.
La historia es conocida: Argentina superó la primera ronda, el gran objetivo luego de las traumáticas eliminaciones en Suecia 58 y Chile 62. En los cuartos no pudo superar a Inglaterra. La tarjeta roja a Antonio Rattin, en el primer tiempo, agravó su falta de ambición. Así se terminó dando lo que todos imaginaban: una final entre los locales y Alemania, que consagró por primera y única vez a los ingleses como campeones del mundo.
El segundo gran cambio del fútbol argentino
Después del paso del amateurismo al profesionalismo, la organización del fútbol local mantuvo cierta regularidad. Podía cambiar el número de equipos, pero en general los torneos se jugaban todos contra todos a dos rondas. Durante su intervención, Suárez decidió federalizar el fútbol y allí implementó la creación de dos torneos nuevos que reemplazaron al clásico campeonato único.
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El Torneo Metropolitano agrupaba a los mejores de Primera y de allí saldrían algunos clasificados para jugar el Torneo Nacional, al que se sumaban representantes del Interior. A partir de este cambio, llegaron los primeros triunfos de clubes no considerados grandes, como Estudiantes en 1967, Vélez en 1968 y Chacarita en 1969.
Hombre de carácter, innovador y decidido, entre su paso por Banfield y sus aportes desde la AFA, Valentín Suárez terminó remodelando el mapa del fútbol argentino.