Brutal pelea en Once entre comerciantes y manteros que se habían puesto frente al local
Los dueños de una lencería familiar denunciaron que fueron golpeados y sufrieron distintas heridas cuando intentaron que los vendedores ambulantes liberaran la vereda de su negocio. Parte del episodio quedó filmado.
Las fotos que difundieron los comerciantes que denunciaron el ataque de manteros en Once.
La puerta de un local de lencería ubicado en la esquina de avenida Pueyrredón y Sarmiento, en el barrio porteño de Balvanera, zona que se conoce popularmente como Once; fue el escenario de una brutal discusión que terminó con la familia dueña del local recibiendo una golpiza de parte de un grupo de manteros senegaleses que no quería irse del lugar en el que habían puesto la mercadería que vendían.
El hecho, que ocurrió pocos minutos antes de las 13.30 de este sábado, trascendió en las últimas horas a partir de la viralización de un video en el que se ve parte del enfrentamiento y a la denuncia de los comerciantes y de la ONG Buenos Vecinos.
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«Hace bastante que veníamos lidiando con estos chicos todos los días. Más de una vez les pedí que dejaran la vidriera libre y limpia. Ellos se hacían los desentendidos y me respondían que ‘no entendían’ el idioma. Y así se fue poniendo cada vez más complicado la cuestión», relató Isabel Pelaez, la dueña del comercio, a Crónica.
Luego, la mujer contó que fue su marido quien salió a insistir con el reclamo sobre el uso de la vereda y fue en ese momento que los manteros comenzaron a exaltarse y a gritar. «Dijeron que la calle era libre y que podían estar el el lugar que querían. Pero se pusieron muy patoteros, vinieron varios más y empezó la pelea», contó.
Glorio Llopiz, presidenta de la ONG Buenos Vecinos, sumó ante Infobae su versión de la historia: «Vinieron 15 senegaleses a defender a sus compatriotas, empujaron al señor y lo golpearon en la cara. Sus dos hijos varones salieron a defenderlo y se armó una batalla campal porque ellos eran un montón”.
“Eran cuatro contra 15. A Isabel la desmayaron de una trompada. Terminó con el ojo lastimado y la cara golpeada. Uno de sus hijos resultó con el tabique quebrado y al otro hijo le tiraron un silla por la cabeza y está con traumatismo de cráneo. El marido tiene herido el pómulo y le rompieron los anteojos”, detalló la misma mujer.
La denuncia de la familia de comerciantes de Once
Tras las agresiones sufridas, la familia de comerciantes fue asistida por el SAME y luego trasladada al Hospital Ramos Mejía. En la causa intervino el personal de la Comisaría 3° y la Fiscalía en lo Penal, Contravencional y de Faltas 17 a cargo del doctor Federico Topea.
La intención de los dueños del local de lencería, según informó Pelaez, es continuar con la denuncia que radicó ese mismo día , ya que «no es la primera vez» que sufren este tipo de episodios. En ese sentido, aseguró: «Tiene que intervenir alguna autoridad para que esto no siga pasando. Ahora fueron golpes, mañana puede ser algo peor. Somos muchos los comerciantes que fuimos agredidos por estos manteros que se creen con derecho a todo».
“La familia está indignada y va a pedir hablar con el juez. No puede ser que la Policía haya declarado lesiones recíprocas cuando la pelea la empezaron los senegaleses y a los comerciantes no les quedó otra que defenderse”, se quejó la titular de la ONG Buenos Vecinos.
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Según un relevamiento realizado por la entidad vecinal, las zonas más afectadas por la presencia de manteros en esa zona son las calles Bartolomé Mitre, entre Pueyrredón y Larrea; Presidente Perón, entre Pueyrredón y Larrea; Valentín Gómez, entre Pueyrredón y Paso; Castelli, de Rivadavia a Corrientes; Paso, de Rivadavia a Corrientes; las tres cuadras de avenida Corrientes que van del 2500 al 2300.
“En la Comisaría 3° nos dijeron que hay aproximadamente 7.000 manteros en Once y que la Policía no puede hacer nada si no recibe la orden del Ministerio Público Fiscal. Lo único que hacen es mediar cuando hay algún altercado y evitar levantar actas. Acá hay connivencia porque los propios senegaleses me contaron que ellos pagan $500 por día para que los dejen trabajar. Esto es una mafia”, advirtió Llopis ante el mismo medio.
