El día que la Selección de la B arregló un partido en Asia y un alfil de Julio Grondona desató un escándalo

Enrique Merelas es presidente de El Porvenir de profesión: desde el 24 de abril de 1980 -más de la mitad de su vida- está al mando de la institución, nacida en 1915 y asentada en Gerli. Fue jugador del club, un 8 con despliegue y manejo. Arsenal lo contrató en 1972 y allí empezó una relación de amistad con Julio Grondona.

Consolidados los dos como dirigentes, uno en la Asociación del Fútbol Argentino y otro en El Porvenir, Don Julio lo comisionó para encabezar delegaciones al exterior. Merelas viajó en 1984 a Kuala Lumpur, Malasia, al frente de una Selección integrada por futbolistas del ascenso, para representar al país en la denominada Copa Merdeka.

Había nombres conocidos en aquel grupo. La lista: Daniel Alberto Baglioni (Banfield), Carlos Daniel Castagneto (Gimnasia y Esgrima de La Plata), Víctor Hugo Alvarez (Deportivo Italiano), Edgardo Luis Benedetti (El Porvenir), Norberto Sebastián Callipo (Nueva Chicago), Miguel Ángel Colombatti (Deportivo Morón), Carlos Gustavo De Luca (Talleres de Remedios de Escalada), Walter René Fernández (Defensores de Belgrano), Néstor Humberto Ferraresi (All Boys), Héctor Daniel Monroig (Estudiantes de Buenos Aires), Omar Eduardo Montero (Argentino de Rosario), Claudio Javier Nigretti (Lanús), Julio Omar Pedernera (Quilmes), Leandro Anarcasio Pérez (Deportivo Español), Rubén Alejandro Rojas (Los Andes), Jorge Ernesto Trezeguet (El Porvenir) y Roberto Benito Vega (Nueva Chicago).

El arreglo de la Selección de la B

Fue pobre la campaña: derrotas vs. los combinados de China y Corea en el inicio, una victoria ante Pakistán, empates contra los locales y Argelia. El único triunfo fue por 2-1, con un gol sobre la hora del volante Callipo (Rojas, sobrino del Tanque, había convertido el primero) y ante el rival más flojo de la zona.

Naturalmente, aún sin el salvajismo de las redes sociales, le cayeron duro a aquel plantel y a su DT, Albino Pascual Valentini, luego un acaudalado ejecutivo de televisión. Cuando las repercusiones por el deficiente desempeño argentino parecían haberse disipado, Enrique Merelas sacudió al ambiente futbolero con una grave denuncia: jugadores y cuerpo técnico habían arreglado el resultado contra los pakistaníes. 

De acuerdo con los cargos, un capitalista chino -caracterización que por aquella época sonaba contradictoria- les entregó 500 dólares a cada uno de los involucrados para que la formación argentina superara por apenas un gol al débil conjunto asiático. La cifra, que hoy parece irrelevante, era valiosa entonces, sobre todo para profesionales de la segunda categoría. El inversor, para llamarlo de algún modo, recuperaría con creces su dinero en un incipiente mercado de apuestas deportivas.

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La acusación se dio por probada. Futbolistas y cuerpo técnico fueron inhabilitados para representar al país en cualquier competencia internacional. La fuerte sanción, sin embargo, no aplicaba en el orden doméstico y todos pudieron actuar para sus clubes. De hecho, Fernández y Colombatti -dos de las figuras- terminaron subiendo a Primera con Racing y el Mosquito Monroig -sin parentesco con el periodista homónimo- llegó a jugar en Boca.

Enrique Merelas y su largo vínculo con Julio Grondona

Persona de máxima confianza para Julio Grondona, el dirigente más importante del fútbol argentino desde su asunción como titular de la AFA en 1979 hasta su fallecimiento en 2014, Enrique Merelas cobró preponderancia como responsable de las selecciones juveniles. En las sombras fue uno de los miembros más conspicuos del grupo de escuderos del Señor Todo Pasa, identificados como los sijulistas.

Como encargado de las selecciones juveniles estuvo en el grupo que analizó 16 proyectos para quedarse con el puesto de coordinador de las inferiores de AFA, junto a Pablo Abbatángelo, de Boca; Héctor Gaudio, de Vélez; Carlos de Giacomi, de Ferro, y Norberto García Martín, de Banfield. Tras descartar a gente de peso como Carlos Timoteo Griguol (se negó a presentar una carpeta) y Jorge Bernardo Griffa, la decisión fue unánime: José Néstor Pekerman resultó elegido. A todas luces, un acierto notable.

El equipo de José quedó en la memoria de todos y, tras su alejamiento en 2001, los técnicos del Sub 20 fueron Francisco Ferraro -en el Mundial 2005- y Hugo Tocalli -en 2003 y 2007-. Precisamente con el último DT campeón del mundo juvenil también tuvo problemas: el conflicto, en realidad, era con Miguel Ángel Tojo, ayudante en ese momento. Los dirigentes, con Enrique Merelas a la cabeza, lo querían afuera. Tocalli, en solidaridad con su colaborador, optó por renunciar.

De carácter fuerte e impulsivo, Enrique Merelas protagonizó otro enfrentamiento ruidoso: nada menos que con Diego Armando Maradona. Tras la obtención de la medalla olímpica en los Juegos de Pekín 2008, Merelas quiso que el entrenador de la Selección Mayor (luego de la renuncia de Basile) fuera Sergio Batista, técnico de aquel logro olímpico. Diego se enteró de eso y le cerró las puertas del vestuario, lo que llevó al presidente de El Porvenir a decir que bajo el mando de Maradona la Selección era “un cachivache”. A juzgar por algunos episodios, tampoco se equivocó.

La pasión de Enrique Merelas por El Porvenir

“Antes fui jugador y ahora soy dirigente, siempre fui hincha de El Porvenir”, suele decir Enrique Merelas en las escasas entrevistas que concede. Cuando tomó el mando de la entidad, los de Gerli eran un histórico cuadro de la segunda categoría del fútbol argentino.

En 1986, con la creación de la B Nacional, El Porve estuvo a cuatro puntos de quedar en ese selecto grupo pero finalmente terminó en la B Metropolitana. Se mantuvo allí hasta que ascendió en 1998, con un inolvidable equipo conducido por el ex árbitro Ricardo Calabria, que contó con figuras como el goleador Rubén (Yagui) Forestello y el mítico José Luis (Garrafa) Sánchez. Fue campeón del Apertura y goleó 6-0 en el global a Deportivo Armenio, ganador del Clausura.

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Allí comenzó una etapa linda para El Porve, ya que estuvo un par de veces cerca de volver a Primera, división en la que jugó durante el amateurismo. En el año 2002, dirigido por Ricardo Caruso Lombardi, se dio el enfrentamiento ante el club de su apreciado Grondona: Arsenal de Sarandí. Fue en las semifinales del Reducido, con victoria para los del Viaducto en ambos encuentros. Finalmente, Arsenal ascendió y se mantuvo varios años en la élite, con títulos locales e internacionales incluidos.

En 2007, luego de un par de flojas campañas, El Porvenir acumuló dos descensos consecutivos y ni siquiera volvió a la B Metropolitana. Ya vitalicio en su función, muchos de los que lo elogiaron en alguna época pasaron a criticarlo. Uno de ellos es Alberto Pascutti, ídolo de El Porve, quien no piensa volver al club mientras siga Merelas.

El año del descenso a la B Metro fue la última vez que se realizaron elecciones Gerli. Desde la oposición hubo denuncias de fraude. De manera legítima o quizás no, fue la única vez que Merelas refrendó su poder en las urnas. En alguna ocasión Grondona dijo que de la AFA lo iban a sacar “con los pies para adelante”. Su amigo Merelas, con el que también tuvo desencuentros por el Fútbol Para Todos, va por el mismo camino.