Ya construyen la nueva estación del tren San Martín entre San Miguel y José C. Paz: cómo se llamará
Las obras -que no estaban incluidas en la emergencia ferroviaria- avanzan en un punto clave en el límite entre ambos distritos. Vecinos y trabajadores ferroviarios advierten que hay otras prioridades.

La nueva estación del tren San Martín ya está siendo construida entre San Miguel y José C. Paz, a la altura del paso a nivel de la calle Arricau.
El panorama de la obra pública ferroviaria en el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) sumó un nuevo y polémico capítulo. En medio de un drástico freno a las inversiones y sin mediar anuncio oficial, Trenes Argentinos finalmente comenzó la construcción de una nueva estación en el tren San Martín.
La parada está en un punto estratégico entre San Miguel y José C. Paz, a la altura de la calle Intendente Arricau, y se la conoce provisoriamente como Rivadavia o Arricau (familia pionera de la zona).
Esta futura estación tendrá andenes desfasados, una solución técnica diseñada para evitar inconvenientes operativos en el paso a nivel cercano.

La controversia radica en que esta obra se ejecuta con presupuesto nacional por cuenta y orden de Trenes Argentinos Operaciones (SOFSA), pero no está incluida en el listado de inversiones contempladas en la declarada «emergencia ferroviaria».
Tren San Martín: así será la nueva estación
La información brindada por TA da cuenta que las plataformas tendrán 220 metros de largo y 4 metros de ancho. Serán andenes de tipo modulares con refugios de espera, baños, boletería, locales comerciales, mobiliario urbano, iluminación, veredas y rampas de acceso.
El gobierno asegura que todo este combo mejorará el entorno de la calle Arricau, los corredores aeróbicos que se extienden tanto del lado de José C. Paz como de San Miguel y la seguridad de toda la zona.
La noticia fue bien recibida por los usuarios, pero muchos de ellos la criticaron argumentendo que antes de hacer una nueva estación sería preferible solucionar los grandes problemas que tiene la línea ferroviaria que une Retiro con Pilar, especialmente todo lo referido a lo antiguo del material rodante, sobre todos sus locomotoras.
«Van a hacer dos años que la estación José C. Paz parece Ucrania, ahora informaron que no la van a terminar y se ponen a hacer una nueva que nadie pidió», dijo Javier Caravallo, vecino de la inmediaciones de la estación José C. Paz. Se refiere al abandono en que el gobierno nacional dejó a esa parada clave por la que pasan 22.000 personas por día, al punto que un par de meses atrás los trabajos intentaron ser retomados por la Comuna ante el desamparo de Nación.

«Esta nueva parada prevé contribuir a aliviar el flujo de pasajeros ya que José C. Paz y San Miguel son las dos estaciones con más personas transportadas de toda la línea San Martín», explicaron fuentes de Trenes Argentinos, que depende de la Secretaría de Transporte de la Nación, bajo la órbita del Ministerio de Economía que preside Luis Caputo.
Este mecanismo ha sido utilizado sistemáticamente por la administración de Javier Milei como justificación para la parálisis y cancelación de numerosos proyectos ferroviarios. Si bien desde SOFSA aseguraron que la estación se realiza en el marco de una licitación, no brindaron precisiones sobre cuál es el proceso ni quién es el contratista, manteniendo un gran hermetismo sobre la inversión.
La decisión resulta llamativa si se la contrasta con la suerte que corrieron otras obras. Por ejemplo, los trabajos de reforma integral de la estación José C. Paz fueron dados de baja por el mismo organismo, argumentando que la obra «no podría ser considerada crítica o indispensable».
Similar destino tuvieron las nuevas estaciones de la línea Roca, cuyos contratos fueron rescindidos: dos de ellas –Hospital Ezeiza y Universidad de Almirante Brown– debieron ser transferidas a los municipios para que completen su finalización. En este marco de recortes, que una obra se ejecute con fondos nacionales precisamente en San Miguel, uno de los pocos municipios del Gran Buenos Aires alineados con el oficialismo, adquiere una evidente clave política.
La construcción de una nueva parada local contrasta fuertemente con la paralización masiva de proyectos de infraestructura de impacto regional. La política de ajuste en la obra pública congeló la Electrificación del Tren San Martín, una obra clave para optimizar los tiempos de viaje; la Extensión de la Línea Belgrano Sur hasta la terminal de Constitución, vital para la conectividad de la zona sur; y la Red de Expresos Regionales (RER), que iba a interconectar todas las líneas bajo el centro porteño. La continuidad de un proyecto en un contexto de desfinanciamiento general subraya las prioridades discrecionales de la actual gestión sobre la red ferroviaria.







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