A un año de haber matado a un ladrón, el jubilado de Quilmes todavía no sabe si irá a juicio
Luego de ser asaltado tres veces en la misma noche por cuatro delincuentes, Jorge Ríos (71) dio muerte a uno de ellos. Imputado por homicidio, vive con custodia policial y espera impaciente la decisión de la Justicia. “Es muy duro esto”, dijo.
Hace un año, Jorge Ríos fue noticia en todos los medios por una situación tan particular como trágica que le tocó vivir. Y que, para colmo, todavía no sabe cómo va a terminar. Durante la madrugada del 17 de julio de 2020 entraron cuatro ladrones a su casa de Quilmes, tres veces en la misma noche. En la última oportunidad, el jubilado de 71 años sacó un arma y se defendió a los tiros. Y finalmente mató a uno de los asaltantes, cuando ya estaba en la vereda, escapando. Desde entonces está procesado por homicidio sin prisión preventiva, y aguarda que la Justicia resuelva si dicta el sobreseimiento o lo somete a juicio oral.
El delincuente muerto durante el recordado hecho de inseguridad fue Franco Martín Moreyra, alias Piolo, de 26 años. Hay cuatro acusados de actuar como cómplices del fallecido que permanecen detenidos y serán juzgados por el intento de robo. El fiscal a cargo del caso es Ariel Rivas, de la Unidad Fiscal de Instrucción (UFI) Número 1 de Quilmes.
“Fue una tragedia lo que pasó”, dijo Ríos, quien vive con custodia policial en su casa. Y aseguró que carga con “una mochila muy grande”. Por su parte, desde la familia de Moreyra dijeron que lo único que esperan es justicia y que el jubilado “pague por lo que hizo”.
La causa en la que está imputado Ríos es homicidio agravado por el uso de arma de fuego. En el caso de ser condenado podría recibir una pena de entre 10 y 25 años de prisión. “Estoy contenido por un montón de gente, en la parte psíquica, psiquiátrica y también física, pero es todo muy duro. Es una mochila muy grande tener que cargar que fue el fallecimiento de una persona”, dijo el vecino de Quilmes en declaraciones a Télam.
El lamento del jubilado de Quilmes
También criticó la demora de la Justicia para resolver su situación: “El fiscal me tiene desorientado. No sé por qué da tantos vericuetos en el asunto”. Y agregó que “fue una gran pena que gente tan joven, en lugar de hacer algo en favor de la comunidad, provoque este tipo de situaciones”.
Luego del hecho, Ríos estuvo durante 12 días privado de su libertad, primero en una comisaría y luego con prisión domiciliaria, hasta que el fiscal pidió el cese de su detención por el estado de salud del imputado y porque advertía que no había riesgos procesales de fuga o entorpecimiento de la investigación.
La defensa del jubilado está a cargo de los abogados Fernando Soto y Marino Alejandro Cid Aparicio, quienes afirman que la causa “está trabada” porque el fiscal solicitó una pericia hispatológica del fallecido, que tendrá lugar recién en abril de 2022.
“En el caso de (la muerte de Diego) Maradona este estudio tardó treinta días en realizarse. No se entiende por qué el fiscal está dilatando tanto el proceso”, planteó Cid Aparicio, quien solicitó el sobreseimiento de Ríos en diciembre de 2020, ya que considera que se trató de un caso de “legítima defensa privilegiada”. Y dijo que “en caso de que no lo absuelvan, nuestra postura es que queremos que empiece el juicio oral lo más pronto posible”.
Según informaron fuentes judiciales, además de la pericia histopatológica de Moreyra, resta que se le practiquen a Ríos una serie de exámenes psicológicos y psiquiátricos.
La familia del ladrón quiere que vaya a juicio
Natalia Moreyra, la hermana del joven muerto, expresó que desean que Ríos vaya a juicio y que “pague como sea”, además de asegurar que tanto ella como el resto de la familia están “muy mal por todo lo que pasó”. Y afirmó que, como carecen de un abogado que los patrocine, dependen “de lo que dice el fiscal sobre lo que está pasando con la causa”.
Además, opinó que “lo que hizo ese señor no está bien. Lo que hizo mi hermano tampoco, pero no era para que termine así. Entendemos que es un hombre grande, pero nos hubiese gustado que tuviese más sentimientos con mi hermano”.
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En cuanto a los cuatro delincuentes que todavía están detenidos, ellos son: Christian Javier Chara, alias Dibu, de 23 años; David Ezequiel Córdoba (25); Martín Ariel Salto, el Perro (27), y Claudio Nicolás Dahmer, Enano (27). Los cuatro están acusados de ser coautores de los delitos de “hurto agravado por su perpetración con escalamiento y robo agravado por el empleo de arma, en grado de tentativa, en concurso real entre sí”.
Todos ellos (al igual que el fallecido Moreyra) son barrabravas del Club Quilmes, integrantes de segundas y terceras líneas -es decir que no ocupan un lugar en el paraavalancha-, pertenecientes a la banda de Villa La Vera y con un extenso prontuario, que incluye antecedentes criminales de todo tipo, como secuestros extorsivos, robos a mano armada y drogas.
Entraron a la casa tres veces en una noche
Los hechos ocurrieron durante la madrugada del 17 de julio del pasado año, cuando cinco ladrones ingresaron tres veces en la misma noche a robar en la casa de Ríos, ubicada en calle Ayolas al 2700, en Quilmes Oeste.
De acuerdo con lo que describió el juez en su resolución, los cinco delincuentes “escalaron las rejas perimetrales -de una altura aproximada de dos metros- que posee la vivienda” e ingresaron a un taller ubicado en los fondos de la propiedad, “de donde se apoderaron de una bicicleta mountain bike rodado 26, de color gris, y de una cortadora de césped”.
Esa fue la segunda oportunidad (la primera habría sido un poco antes, aunque no se brindaron detalles) en la que invadieron la propiedad, según lo que declarara Ríos y que fue corroborado por testimonios coincidentes de varios testigos. Luego de ya haber obtenido el botín señalado, los asaltantes fueron por más, y regresaron por tercera vez alrededor de las 4.30.
En esa ocasión ya entraron a la habitación del jubilado, quien estaba durmiendo. Y lo golpearon con un destornillador, provocándole heridas en el dorso de la mano derecha, en su antebrazo derecho y en la cabeza. Además, según acreditó el juez de Garantías N° 2 de Quilmes, Martín Nolfi, “intentaron desapoderarlo ilegítimamente de cosas de valor existentes en la propiedad”.
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En esas circunstancias Ríos tomó una pistola Bersa Thunder calibre 9 milímetros y les efectuó varios disparos, con los que logró que los agresores huyeran. Según quedó registrado por las cámaras de seguridad, en la fuga Moreyra quedó rezagado del resto de la banda porque estaba herido y, aunque trató de continuar rengueando, se cayó a los pocos metros.
En los mismos videos se ve que Ríos salió armado de su casa y alcanzó al asaltante, a quien lo pateó en el piso y, según declaraciones de testigos, le disparó. Si bien en la filmación que se conoció no se observa ningún fogonazo debido a la mala calidad de la imagen, la hipótesis principal de la fiscalía es que, en ese sitio, a 60 metros de su casa, el jubilado remató al delincuente. La autopsia al cuerpo de Moreyra indicó que el delincuente recibió dos balazos, uno en el tórax y otro en la región abdominal, que le causaron la muerte.
Los efectivos de la Policía Bonaerense que arribaron al lugar minutos después de consumado el hecho, tras un llamado al 911, encontraron en la escena del crimen tres vainas servidas correspondientes a un arma calibre 9 milímetros, como la que portaba Ríos.
Por otra parte, en la vivienda del jubilado se encontró el DNI de Moreyra. Además se secuestraron dos credenciales de legítimo usuario y de tenencia de armas de fuego, más la pistola calibre 9 milímetros con la que se efectuaron los disparos.