Un secreto y un gesto heroico de Yael Falcón Pérez, el árbitro del Superclásico: el día que le salvó la vida a un jugador de San Miguel
En julio de 2017, el designado para River-Boca protagonizó un episodio en medio de un partido del Ascenso, gracias a un don que pocos conocen. Sus antecedentes dirigiendo al Millonario y el Xeneize.
Por estas horas, millones de argentinos están hablando de Yael Falcón Pérez. Pasa que haber sido designado como el árbitro que el próximo domingo a las 17 dirija el Superclásico entre River y Boca es quedar en la mira de todos. Y mientras el mundo del fútbol busca los antecedentes de este referí, pocos recuerdan el día en que este lanusense de 35 años le salvó la vida en pleno partido a un jugador de San Miguel.
En julio de 2017 se jugaba la primera final del Reducido de la Primera C entre San Miguel y Defensores Unidos de Zárate. La cita fue en la cancha de Sarsenal, en Sarandí. Entonces, un violento choque de cabezas entre Javier Velázquez (CADU) e Isaías Olariaga (San Miguel) dejó al defensor del Trueno Verde tendido en el césped.
Yael Falcón Pérez lo recuerda así: «En un choque de cabezas en el área lo logró ver y veo que el jugador de San Miguel está convulsionando. Cuando uno está boca arriba, la mayor causa de muerte es por la lengua que impide que la persona pueda respirar. Lo que uno hace es ponerlo en una posición de seguridad, lateral, para que la lengua se corra y le permita respirar», evocó el árbitro.
Falcón Pérez contó con un plus, un secreto bien guardado que solo unos pocos conocen en el ambiente del arbitraje: sabía hacer reanimación porque es guardavidas matriculado, y hasta había trabajado cinco años en las playas de San Bernardo. Por eso los reflejos del árbitro fueron fundamentales en los instantes posteriores al accidente para que Olariaga pudiera salvar su vida.
«La convulsión duró un poco, es un proceso y después termina. Una vez que llegaron los médicos me hice a un lado y les permití intervenir a ellos», agregó Falcón Pérez, que además es profesor de Educación Física.
«Por suerte los guardavidas tenemos los medios para reaccionar. La gente de San Miguel me dijo que lo trasladaron y que lo tienen que operar porque tenía un traumatismo de cráneo», dijo días después del aquel partido. Por suerte, o mejor dicho gracias a su accionar, Olariaga se recuperó.
Yael Falcón Pérez, el árbitro del superclásico: su historial con River y Boca
Tras la elección de Falcón Pérez para que sea el árbitro del Superclásico entre River y Boca, las dirigencias de ambos equipos dieron a entender su conformidad con la designación del referi de 35 años porque consideran que no reviste demasiadas polémicas en su historial. Es «un árbitro serio», dicen en ambas orillas. Y su historial lo prueba.
Al Millonario, Falcón Pérez lo arbitró un total de nueve partidos y en total fueron cinco victorias, dos empate y dos derrotas, aunque una de las igualdades terminó en caída por penales. Dirigió en el estadio Monumental cuatro veces y en tres el conjunto local se impuso, mientras que el restante fue derrota ante Huracán en la Copa de la Liga pasada.
El último antecedente fue un mal recuerdo para River: dirigió la semi del torneo pasado en la que los de Martín Demichelis cayeron por penales frente a Rosario Central tras igualar sin goles en los 90 minutos.
El Xeneize lo dirigió diez veces. El saldo también es favorable para el azul y oro: cinco triunfos, dos empates -uno también fue caída en definición desde los doce pasos- y tres caídas. El último compromiso en el que arbitró fue en noviembre de 2023, por la semifinal de la Copa Argentina en la que Boca perdió con Estudiantes por 3-2. Ese día se fue expulsado en el primer tiempo Marcelo Saracchi por una dura infracción.
También en junio de 2022 le sacó la roja a un jugador del Xeneize cuando el equipo cayó en la Bombonera por 2-1 ante Unión y el expulsado fue Carlos Izquierdoz el día del polémico festejo de gol de Franco Troyansky que desencadenó una trifulca entre los futbolistas. Otro dato marca que en 10 partidos le dio cinco penales en contra, todos ellos inapelables.
Hacé tu comentario