El adiós del Capitán del Espacio: el cambio irreparable que sufrió el icónico alfajor de Quilmes y molestó a los fanáticos
Es una de las golosinas más famosas de la Argentina. Ahora, la simpática imagen del niño astronauta en el paquete metalizado se vio afectada. La maravillosa historia de la marca y cómo seguirá en el futuro.
El adiós de una parte importante del Capitán del Espacio, tal como se lo conoció al mítico alfajor fabricado en Quilmes, ya es un hecho. Algo se rompió y nada será igual. Es que su envoltorio sufrió un cambio rotundo, y todo por una ley que para muchos es absurda.
La cuestión es que desde el pasado 9 de octubre la modificación del packaging del gran alfajor del Sur del Conurbano es cosa juzgada. La antigua llevaba la imagen del eterno «Niño Astronauta» de la marca. De hecho, hubo en las redes sociales manifestaciones de vecinos de Quilmes en contra de la medida; algunos de ellos incluso mostraron los tatuajes que tienen en sus brazos con la icónica imagen que ya pasó a ser parte de la historia.
Lo que sucedió fue que ese día fue el último que la Ley de Etiquetado Frontal, aprobada a fines del año 2021 por el Congreso Nacional, y que busca promover mejoras en los hábitos alimentarios advirtiendo los altos niveles de azúcar y grasas en los alimentos, permitía la aparición de ciertas figuras relacionadas con los menores de edad.
En concreto, el artículo 9 de la mencionada normativa prohíbe la utilización de «personajes infantiles» en la etiqueta de los productos: tales como «animaciones, dibujos animados, deportistas, mascotas o celebridades». Eso determinó el final para el mítico logo del alfajor Capitán del Espacio, una imagen que el producto conserva desde su creación hacía 60 años cuando don Angel de Pascalis creó esa golosina suprema.
La novedad desató enojos profundos entre sus fans, aunque muchos le restaron importancia argumentando que «El Capi» no había cambiado en nada sus estándares de calidad y frescura en estos días.
«Los diputados y senadores podrían dedicarse a laburar antes que andar metiéndose con el Capitán del Espacio», dijo, medio en broma medio en serio, Marcos Iturrieta, vecino de Bernal.
Manuel Jove, periodista de Todo Noticias que es oriundo de Quilmes, expuso su malestar en las redes sociales: «La nueva versión del Capitán del Espacio. Todo recontra bien con los octógonos pero lo de matar al astronauta me jodió. Vivirás por siempre en mi brazo izquierdo, pequeño gigante», escribió en Twitter con una imagen del tatuaje del astronauta.
El alfajor Capitán del Espacio, un sello de Quilmes
Angel de Pascalis, vecino de Avellaneda, fue el creador del legendario alfajor que se empezó a producir en una fábrica de Ezpeleta el 2 de febrero de 1962 que luego se mudó a Bernal al año siguiente y que, desde 1972, se encuentra en la calle Gran Canaria, en Quilmes.
De Pascalis murió el 1º de agosto de 2012 a los 86 años de edad, soltero y sin hijos. «Nunca quise expandirme. No hacía falta ganar más plata, ¿para qué?», supo decir De Pascalis antes de partir. Los 50 empleados de su empresa fueron los herederos de la marca y la fábrica, tal como había prometido.
Un gran hermetismo y una fuerte perspectiva tradicionalista han llevado al Capitán del Espacio a ser una de las golosinas más buscadas en todo el Conurbano e incluso en otros puntos del país, donde kiosqueros y comerciantes revelan la ansiedad de sus clientes por conseguir esos alfajores. El slogan del producto, que tiene sólo cuatro variantes (blanco, chocolate, fruta y triple), es tan escueto como certero: «Primeros en la conquista del buen gusto».
En la actualidad, y a pesar de los cambios obligados por la ley, el alfajor sigue siendo un producto de prestigio al punto que hay fans que se tatuaron el logo; se han hecho muñecos con el niño astronauta e incluso se fabrican tortas, gustos de helado y cervezas saborizadas con sus alfajores. En el año 2006, el Capitán del Espacio fue distinguido como Campeón Mundial de Alfajores en un concurso realizado por un blog argentino, que lo tuvo en la final ante rivales como «Jorgito» y «Terrabusi».
Sin embargo, se impuso el alfajor quilmeño que, pese a no buscar innovaciones en sus productos ni apostar a grandes campañas publicitarias ni a expansiones empresariales, gana adeptos con el paso del tiempo. Por eso los procesos industriales son limitados en la fábrica quilmeña, y los empleados sigan usando el mismo dulce de leche desde hace décadas (es un secreto su origen) y los rellenan a mano, uno por uno.
Tal es la fidelidad de sus consumidores que hace unos años, un grupo de fanáticos había propuesto definir el 1° de agosto como el «histórico e intergaláctico día del Capitán del Espacio”, en honor a la fecha de la muerte de su creador, De Pascalis.
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