Cadenas de oración y rezos para que aparezca la campana de 80 kilos de bronce robada de una iglesia de Hurlingham
Es la segunda vez en menos de un año que le roban el instrumento a la capilla Santa Marta, de Villa Tesei. Ya hacen una campaña para reponerla. Cuánto se puede obtener por esa cantidad de metal en el mercado ilegal.
La feligresía cristiana del oeste del Conurbano no sale de su asombro, y no es para menos. Es que la campana de bronce de 80 kilos de la iglesia de Santa Marta, en Villa Tesei, fue robada del campanario y ahora, entre rezos y cadenas de oración, todos tienen la esperanza que sea encontrada por la Policía. Por las dudas, ya empezaron una campaña entre la comunidad para reponerla.
Para colmo, no es la primera vez que la pequeña parroque ubicada en Vergara y Salazar es asaltada: hace menos de un año, en un robo casi calcado, ya se habían robado la campana anterior. En vos baja, todos saben por qué los delincuentes apuntan a ese costoso instrumento: el precio del bronce, que actualmente en el mercado negro se llaga a pagar hasta $ 1.200 el kilo.
El hecho ocurrió en la madrugada del lunes en la parroquia Santa Marta, donde dos ladrones forzaron la puerta del establecimiento para ingresar al campanario en medio de la noche y llevarse la campana que estaba colgada a varios metros de altura.
Aún no fueron identificados, pero ambos sujetos quedaron registrados por las cámaras de seguridad del colegio parroquial, que está a pocos metros. Las imágenes capturaron el momento en el que los sospechosos ingresaron al edificio: lo hicieron cerca de las 3:20 de la mañana por el acceso de la calle Salazar.
En segundos llegaron hasta la parte alta del edificio y descargaron la pesada campana de 80 kilos entre ambos. El robo fue denunciado apenas se conoció el ilícito. «Contamos con el apoyo del comisario y del obispado de Morón y su obispo, Jorge Vázquez, que nos está acompañando», dijo una devota de la capilla.
Hurlingham: quieren recuperar la campana de la iglesia Santa Marta
Se trata de un objeto de gran valor para la comunidad de la parroquia dado que, más allá de lo económico, fue construida especialmente en la provincia de Córdoba con los aportes de los feligreses. Esa campana había sido instalada en diciembre de 2022 gracias al aporte de muchos de ellos, luego de que meses antes delincuentes se robaran la original, que estaba en el templo desde hacía más de 65 años.
Ante la coincidencia, los investigadores no descartan que se trata del mismso grupo de malvivientes quienes hayan perpetrado ambos asaltos, aunque aún no tengan pistas de los involucrados.
«Estamos mal porque es algo de la comunidad. Cada uno donó algo suyo y de sus seres queridos para mandar a hacer la campana. Nosotros, la verdad, sinceramente, estamos muy mal», dijo una vecina al respecto en diálogo con TN haciendo referencia al nuevo robo sufrido.
Marta, otra vecina del barrio que fue bautizada así por la santa de la parroquia, fue más allá: «Estamos rezando y haciendo cadenas de oración para que la Policía pueda rescatar la campana. Es un atropello absolto lo que han hecho, ya no se respeta ni la investidura de una ihumilde capilla», aseguró.
Sin embargo, en la sede religiosa las esperanzas de recuperar el objeto son cada vez más chicas. Por eso, ya empezaron una campaña para juntar fondos para reponerla: «Nosotros queremos y le pedimos a toda la comunidad que nos ayude porque es un símbolo de amor para esta comunidad. Todos el domingo vienen a la misa y quieren escuchar la campana, así que les pedimos a todos que nos ayuden para poder reponerla. Pueden comunicarse al 15 57017855 para ayudar», indicaron al canal.
El robo de objetos de bronce afecta a muchas zonas de Buenos Aires, pero sobre todo a aquellos barrios en donde se encuentran construcciones clásicas de las primeras décadas del 1900, tiempos en el que el bronce era un metal muy usado para ornamentaciones de edificios, casas, templos, cementarios y muchos otros lugares públicos.
Hoy, en el circuito negro de la fundición ilegal de metales el bronce se puede llegar a pagar hasta $ 1.200 el kilo, con lo que los delincuentes que se robaron la campana de la capilla de Santa Marta podrían haberse alzado con un botín de alrededor de $ 100.000. «Ojalá Dios no lo permita y puedan recuperarla», dijo Marta, sobrepasada por la angustia.
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