Reabrió el Palacio Otamendi en San Fernando: el antes y el después del icónico edificio del siglo 19 y cómo se lo puede visitar
Es una construcción majestuosa inaugurada en 1870. Está situada en Sarmiento al 1400, en pleno centro del distrito. «Es un símbolo de nuestra historia», dijo el intendente Juan Andreotti.
Finalmente, uno de los grandes sueños de miles de vecinos de San Fernando ya es una realidad: fue inaugurada la restauración del palacio Belgrano-Otamendi, un lugar icónico de San Fernando en pleno centro del distrito, a una cuadra de la plaza Mitre. El castillo de 1870 abrió sus puertas para que los vecinos puedan conocer su historia a través de visitas guiadas, y además será sede de diversas actividades culturales y para chicos.
A su vez, avanzan los trabajos para inaugurar el nuevo teatro municipal con capacidad para 500 personas junto al palacio, lo que convertirá al emblemático edificio de Sarmiento al 1400 en el futuro «Paseo Cultural Otamendi«.
El jefe comunal, Juan Andreotti, se había mostrado orgulloso del futuro del enclave cultural: «Esta obra es mucho más que la restauración de un edificio. Es un símbolo de nuestra historia y representa el esfuerzo de generaciones de sanfernandinos que trabajaron arduamente para construir la ciudad que tenemos hoy. El Palacio Otamendi es un patrimonio que debemos proteger y preservar para las futuras generaciones» dijo.
Las obras en el Complejo Otamendi buscaron preservar la estructura del sitio con técnicas especializadas. Entre otras cosas reconstruyeron el techo, repararon el mural de mayólicas de su salón principal y recuperaron una terraza con sus barandas originales. Todo el trabajo realizado en ornamentos, carpinterías y herrajes fue artesanal.
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La historia del Palacio Otamendi, el emblemático edificio de San Fernando
El Palacio Otamendi fue construido entre 1860 y 1870 por los Belgrano Rawson -descendientes de Manuel Belgrano- y los Vega Belgrano, descendientes de Carlos Belgrano, comandante del Pago de las Conchas y Punta Gorda Uno de ellos, Joaquín, falleció siendo muy joven y su viuda, doña Josefina Rawson, vendió la propiedad al ingeniero Rómulo Otamendi, quien fijó allí su residencia de verano junto a Matilde Carballo, su esposa.
La casona está en Sarmiento 1427, tiene 863 metros cuadrados cubiertos y abarca una superficie de 4.976 metros cuadrados, casi una manzana. Tiene ocho plantas, cinco escaleras y 20 habitaciones.
Cuando Matilde murió en 1916, Otamendi donó la casa a la Sociedad de Beneficencia de la Capital. Las Hermanas de los Santos Ángeles Custodios, congregación española fundada por la beata Rafaela Ibarra de Vilallonga, se hicieron cargo en 1936 con la anuencia de la marquesa Adela María Harilaos de Olmos, presidente de la Sociedad.
Luego, el palacio pasó a manos del Consejo del Menor y la Familia del Estado nacional. Y, tras años de abandono que incluyeron intentos de intrusiones y un incendio que afectó una de las plantas de la casa, en 2016 pasó a manos de la Agencia de Administración de Bienes del Estado (AABE). En 2020, en tanto, se firmó un convenio donde se le cedió al Municipio de San Fernando la custodia.
La residencia se encuadra dentro una serie de viviendas privadas emblemáticas de la provincia de Buenos Aires, según destaca el libro Patrimonio Arquitectónico Argentino, Tomo III, de la Comisión Nacional de Monumentos, de Lugares y de Bienes Históricos.
La intervención que ya se le hizo tuvo en cuenta las normas que la amparan ya que el Palacio fue declarado Bien Patrimonial del Estado por Ordenanza Nº 7293/99 y, además, al ser una vivienda de más de 50 años está protegida por el Decreto 1063/82, con lo que tuvo el OK de la Comisión Nacional de Monumentos.
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