Nuevo round entre Uber y Ubre: qué le ofreció la multinacional a la vecina de La Tablada
Solange Barroso comenzó un emprendimiento de viajes para mujeres. Fue intimada por el gigante del transporte, que ahora le propuso 400 dólares para que renuncie a su marca.
Solange Barroso es una vecina de la localidad de La Tablada que, como muchas personas, resultó muy afectada a nivel económico y laboral como consecuencia de la pandemia del Covid-19. Y, para poder salir adelante, encontró una alternativa laboral original, que creyó podría ser su salvación: crear un emprendimiento de remisería denominado UBRE, para dedicarse al transporte exclusivo de mujeres y menores.
Pero a Uber, la compañía multinacional dedicada al rubro, no le gustó el juego de palabra de esta competencia surgida en el corazón de La Matanza y, en un primer momento, resolvió intimarla para que desistiera de continuar adelante con la actividad. Ahora, la noticia es que le propusieron un resarcimiento económico para que renuncie a su marca. Pero la cifra, ridícula, es de apenas 400 dólares.
«Me ofrecieron una miseria: querían darme 400 dólares. Un absurdo, sabiendo la cantidad de dinero que ellos perciben. Entonces rechacé esa propuesta, porque esa plata la puedo ganar trabajando tranquila en el mes», dijo Barroso.
Hay que destacar que la vecina de La Tablada presentó toda la documentación necesaria para que su trabajo sea legal y no sufrir inconvenientes. Sin embargo, Uber le envió, el 18 de marzo pasado, una carta documento para que desistiera de su labor en un plazo de cinco días hábiles. Barroso, asesorada por un abogado, decidió llegar a una instancia de negociación para no perder su proyecto, pero hasta hoy sigue a la espera de una respuesta conciliadora válida. Lo único que recibió fue la exigua propuesta económica.
«Yo lo que quiero es negociar. Que haya un acuerdo con Uber. Y me hicieron esperar todo este tiempo hasta que me llegó esta propuesta absurda. Ellos pretenden que renuncie a mi marca, mi emprendimiento e identidad. Entonces les pedí que me den algo a cambio porque, si no, no entiendo por qué tendría que obedecer lo que plantean», contó Barroso.
La emprendedora remarcó que «estoy tratando de no ir a un juicio. Lo que quiero es una verdadera compensación monetaria, si quieren que renuncie a mi labor. No voy a pretender de Uber unas disculpas públicas para mí. Ellos se manejan de esta manera. Pero todo tiene un costo y, si quieren llegar a ese objetivo, yo tengo que pensar, después, en un nuevo emprendimiento y registrar la marca. Y todo eso cuesta dinero».
Uber vs Ubre: cómo se definirá el tema
Barroso también informó que Uber decidió presentar una documentación en el Instituto Nacional de la Propiedad Industrial (INPI) y esperar a que ese organismo defina. «Si el dictamen es a mi favor, debo demostrar mi trabajo y defender mi marca, y luego seguiré tranquila con mi actividad. Por ahora tengo derecho a seguir con el emprendimiento porque hay que esperar a que el INPI emita una resolución», explicó.
Madre, profesora de teatro y estudiante de filosofía, esta vecina de La Tablada terminó envuelta en un conflicto que nunca imaginó. Ella sólo pensó en una forma de aprovechar su auto para conseguir un ingreso económico que tanto necesitaba. Pero a Uber no le gustó la similitud del nombre elegido por Barroso con el de la famosa aplicación, y comenzó la batalla legal.
«Me mandaron una carta violenta, agresiva», contó en su momento. Y detalló que «las letras no son propiedad de ellos. Yo registré todo para que fuera legal. Además, para comunicarme con las pasajeras, yo utilizo mensajes de WhatsApp, no una aplicación como la de ellos».
Desde que recibió la intimación por parte de la empresa multinacional, en la página de Facebook de Barroso figura que trabaja en Viajes Lili. Una forma, claro, de gambetear el reclamo de Uber. Pero ella no se rinde y seguirá con su lucha para poder, simplemente, seguir trabajando. O, en caso contrario, recibir un resarcimiento que sea más lógico.
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