No apto para cardíacos: venden un departamento con un tobogán acuático a 98 metros de altura
Está ubicado en un piso 28, desemboca en una pileta y tiene una extensión de 23 metros lineales. Además, se ilumina de noche, convirtiéndose en una atracción para todos los vecinos de Temperley. Cuánto cuesta la propiedad.
Aunque es menos imponente al no estar iluminada, la estructura también llama la atención de día.
Quienes alguna vez pasaron por la zona de noche y miraron hacia arriba (bien hacia arriba) seguramente se sorprendieron. En Temperley, en el piso 28 de un edificio y a 98 metros de altura, hay un gran tobogán acuático que se ilumina en la oscuridad y, por un instante, hace creer que uno se encuentra en un parque de diversiones. La diferencia es que no se puede pagar una entrada para ir a jugar, aunque el dato para quien tenga muchas ganas de vivir la experiencia -y unos cuantos dólares, claro- es que está a la venta. Por supuesto, junto con el departamento al cual pertenece.
Eso sí: seguramente no es algo que esté al alcance de todos, ya que su cotización es ni más ni menos que 700.000 dólares. El punto a favor es que quien adquiera la unidad tendrá la exclusividad del uso, ya que tanto a la imponente estructura, como a la pileta en la cual desemboca, no tienen acceso los vecinos de este edificio ubicado en Almirante Brown 2973, a pocas cuadras del Sanatorio Juncal.
El proyecto edilicio comenzó en 2017 y los últimos detalles se completaron el año pasado, cuando se habilitó nuevamente la construcción en la provincia de Buenos Aires tras varios meses de inactividad por la pandemia del Covid-19. De día, el tobogán pasa un poco más desapercibido, pero de noche es imposible no verlo, porque tiene una luminaria de colores especialmente diseñada para llamar la atención.
Con una extensión de aproximadamente 23 metros lineales, los detalles técnicos dicen que está conformado por elementos de polietileno de alta resistencia y un nivel alto anti-UV. Y se encuentra sujetado por perfiles carrileros que recorren todo el trayecto y descargan sobre columnas de hormigón armado, unidas mediante una placa base. Y para que el futuro propietario se quede tranquilo y no entre en pánico al usarlo, los documentos de cálculo y estructura fueron presentados ante la municipalidad de Lomas de Zamora, que habilitó su uso.
La historia del tobogán acuático en el departamento
La construcción del tobogán se generó a partir de una simple charla de café, y todo empezó como una broma, tal como lo contó Ezequiel Zelayeta, dueño junto a sus hermanos Rodrigo y Pablo de Domus Dei, la empresa familiar que trabaja en la zona hace más de 15 años y que se encargó de la construcción.
Fue en el medio de una conversación que Ezequiel tiró la idea, aunque sin pensarlo seriamente. Pero finalmente entre los tres decidieron llevarla cabo. “Nosotros ya hicimos uno más chiquito en otro edificio y quisimos replicarlo para hacer algo distinto, como si fuera un adorno en la torre. Por eso, a la noche se ilumina y queda como un faro”, contó.
Y dijo que “la idea principal, más allá de lo estético, era darle un toque, revalorizar al barrio y a todo el partido de Lomas de Zamora. No sé si se va a utilizar mucho como tobogán, es más el moño final del edificio, la frutilla de la terraza, algo distintivo”.
La torre del tobogán está construida sobre un terreno de 1.800 metros cuadrados, tiene 89 cocheras -la mitad subterráneas y la mitad semicubiertas-, dos ascensores de última generación, pileta y sala de usos múltiples compartida en la planta baja del edificio. En total, hay 72 departamentos de 38m² con balcón, tres en cada planta. Mientras que en los pisos 25, 26 y 27 las unidades son de planta completa y de alta categoría.
Como fue señalado, en el último piso, el 28, es donde está la terraza con parrilla y el famoso tobogán, que desemboca en una pileta de cuatro metros de ancho por nueve de largo y 1,50 de profundidad. Y todo esto es de uso exclusivo de quien viva en la planta 27, ya que se accede desde una escalera propia ubicada en ese departamento de cuatro ambientes que, hasta el momento, todavía busca dueño.
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“Está todo pensado para que no interfiera. Si bien en las fotos parece que sale del edificio, es por una cuestión de perspectiva. Todo fue pensado por ingenieros que ya tenían la experiencia del otro tobogán”, agregó el desarrollador. Y confesó que los encargados de su construcción fueron los primeros en usarlo: “Fue en enero. Yo no me tiré, pero sí mis hermanos con otros empleados. Y hubo gente de mucho peso y funcionó perfecto”. Y se permitió bromear al decir que “es muy tranquila la experiencia, diría que le falta adrenalina”.
Los interesados en tener un parque de diversiones en su propia terraza pueden consultar por Mercado Libre las condiciones de venta.
