A 45 años de aquel día en el que, por un rato, San Telmo se sintió más grande que Boca
El modesto club de la Isla Maciel, en su única experiencia en Primera División, se dio el gusto de vencer al equipo dirigido por Juan Carlos Lorenzo, con el Loco Gatti en el arco. Fue un martes feriado, como hoy.
Como nunca faltan encontrones cuando un pobre se divierte, según nos recuerda la letra de un tango, al humilde San Telmo le duró poco la felicidad. Fue hace 45 años, también un martes. Con dos goles en los minutos finales, por la fecha 19 del Campeonato Metropolitano, venció 3-1 a Boca y se sintió grande, gigante. Sin embargo, cinco días más tarde, perdió un partido que parecía ganado e inició un declive que lo condenaría al descenso. Nunca más regresó a Primera.
Los torneos de Primera B en la década del 70 movilizaban a multitudes. A partir de 1974, cuando subieron Temperley y Unión, hubo dos ascensos en disputa. San Telmo lo obtuvo en 1975, junto con Quilmes, y mantuvo la base para competir en la máxima categoría, con Eduardo Janín como director técnico.
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El 21 de marzo de 1976, en vísperas del Golpe de Estado, se dio el gusto de visitar la Bombonera. Y aunque cayó 2-1 (goles de Taverna y García Cambón para los locales, Coronel había igualado transitoriamente) dejó buena impresión por la jerarquía del adversario. Se trataba del Boca de Juan Carlos Lorenzo, por entonces en formación, con el Tano Pernía en la defensa, el Chapa Suñé al medio y Bordolino Felman adelante, por citar a algunos.
Por la segunda rueda del mismo campeonato se enfrentaron el 25 de mayo. Impedido de recibir a tan calificado rival en su pequeña cancha de la Isla Maciel, San Telmo fue local en el Palacio Tomás Ducó. Y ese día, como se lee en una tapa de época, tocó el cielo con las manos.
No empezaron bien las cosas para los de camiseta azul y celeste. Toti Veglio adelantó a los Xeneizes, pero empató Carlos Camejo -volante de gran despliegue- y, ya sobre la hora, el hábil Pedro Coronel y el veloz Enrique Pisapia sellaron una victoria indeleble para San Telmo. A Pisapia se le recuerda aquel gol en las ahora postergadas reuniones futboleras que suele animar en Palermo un grupo de amigos, todos hinchas de… Boca.
San Telmo, a punto de bajar a otro grande
Cinco días después, el Candombero se presentó nuevamente en Parque Patricios. Esta vez para visitar a Huracán, líder de la zona, único invicto. Se puso rápidamente en ventaja con tanto de. El Globo se le fue encima y dispuso de dos penales para equilibrar, pero Carlos Leone desvió el primero y Adolfo Wenner le atajó el segundo. Un habitual árbitro de la época, Claudio Busca, tuvo una tarde desafortunada, para no especular con algo más grave. Expulsó a ¡seis! jugadores de San Telmo. Insólitamente, pese a que el reglamento lo prohíbe, hizo continuar el partido. Terminó 2-1 para el local.
Con una legión de futbolistas suspendidos y lesionados, a San Telmo se le volvió cuesta arriba el tránsito en ese Metropolitano. Acabaría por descender. Como a otros clubes en situaciones similares, le costó recuperarse. Fue octavo en el certamen de Primera B de 1997 y 18 en el de 1978, posición que lo condenó a bajar a la C. En ese nivel se estableció durante casi dos décadas, en medio de conflictos, juicios y deudas.
La caída con los años, lejos ya de Boca
El fin del siglo XX y los principios del XXI no fueron los años más felices para la institución, pero logró asomar la cabeza. Hoy San Telmo no se resigna a que solo quede el recuerdo de pasadas alegrías, como reza el estribillo de otro tango, y se mezcla entre los clubes que desde la B Nacional buscan un lugar en Primera. Cuenta con un lejano antecedente que le otorga chapa.