La historia del Turkito de la Gente, el fenómeno solidario que empezó en Villa Bosch y ya llega con ayuda a todo el país
Desde los 12 años se dedica a conseguir equipamientos o remedios oncológicos para personas que no pueden comprarlos. Su madre fue quien lo inspiró. Ahora, tres décadas más tarde, mantiene las ganas de ayudar.
Omar Abuhid, más conocido como “El Turkito de la gente”, es un vecino de Villa Bosch que hace hasta lo imposible por ayudar a quien lo necesita. Desde los doce años se dedica a realizar movidas solidarias para personas de bajos recursos que necesiten medicamentos o algún equipamiento para mejorar sus condiciones de salud. Su gran inspiración fue su mamá, quien lo inició en este camino.
El Turkito, como lo llaman, se encarga de recibir los pedidos de los pacientes y conseguir todo lo que pueda, como medicamentos oncológicos, trípodes, sillas de ruedas o camas ortopédicas. Además, también compra alimentos que luego dona para quien más lo necesite.
“Una señora de la zona se quemó el cuerpo y se negó a ir al hospital, así que me acerqué hasta la casa y le dejé gasas y cremas para que se curara”, contó el protagonista de esta historia que se convirtió en un verdadero fenómeno solidario.
Omar recibe donaciones en su casa todos los días, entre las 9 de la mañana hasta las 5 de la tarde y asegura que “ni el timbre ni el celular paran de sonar” por los pedidos de ayuda de los vecinos. Su hijo mayor, Mirko, ya está entrenado en el tema y es quien atiende a la gente y anota sus pedidos, mientras El Turkito sale a hacer entregas con el auto.
“Me cuentan su problema, me envían una foto de la orden y me dicen ‘ayudame por favor’. Mucha gente me dice que estoy loco por lo que hago. Mi mujer me dice ‘basta Omar, basta’ pero no puedo hacerlo sabiendo que alguien está sufriendo”, relata.
Su obra más importante fue haber levantado catorce viviendas en el Barrio Esperanza gracias a las donaciones de la gente. Puso su CBU, los interesados comenzaron a donar y luego compró materiales en un corralón. Así, con la ayuda de los vecinos se pudieron construir los hogares que luego iban a habitar. “Yo simplemente soy un eslabón en el que la gente confía”, sostiene.
Villa Bosch: cómo empezó el Turkito de la Gente con su movida solidaria
Desde que era un niño, a sus 12 años, Omar comenzó a ayudar a algunos vecinos de bajos recursos, lo que mantiene hoy, a los 42. Pero su motor e inspiración tienen nombre y apellido: se trata de Ana María Marsuzi, su mamá, a quien define como “una gran guerrera”. La mujer fue diagnosticada con cáncer cuando él era pequeño y su historia lo movilizó tanto que despertó este gen solidario.
De este modo, el Turkito encontró en las movidas solidarias una forma de superar el dolor y de transformarlo en algo positivo que ayude a los demás: fue su madre quien le dio el puntapié inicial para empezar con las donaciones y el reparto por el partido de Tres de Febrero. Pero su brazo solidario ya supera los límites del distrito e incluso de la provincia: también posibilitó la construcción de dos salitas de primeros auxilios en Chaco, otra en Formosa y una restante en Catamarca.
“Yo veo que mucha gente sufre y no quiero que eso pase. A mí no me cuesta ayudar, al contrario. Tampoco me sobra la plata, pero prefiero destinar lo que tengo en medicamentos para personas que lo necesitan, en vez de comprar cosas para mí como un teléfono o darme algún lujo. Puedo vivir perfectamente sin todo eso”, agrega el vecino de Villa Bosch, que tiene en Facebook, bajo el seudónimo El Turkito de la Gente 2, la forma de comunicarse con aquellos que quieran sumarse con donaciones.
Gracias a su enorme solidaridad, Omar se ganó el aprecio y la adoración de muchos vecinos de la zona que logró ayudar. Tanto es así, que algunos de ellos hasta se han tatuado su nombre como forma de agradecimiento. “Es una locura”, confiesa el Turkito entre risas, y asegura que “sin la gente que dona nada sería posible”.