Tras 17 años y US$420 millones, cancelan el soterramiento del tren Sarmiento: qué harán con la tuneladora gigante
El Gobierno ya tiene la decisión de abandonar la inconclusa mega obra que marcó una época. «Si alguna vez viene alguien y lo quiere continuar, que lo haga. Se cierra definitivamente», afirmaron.

La monstruosa tuneladora que perforó para hacer el soterramiento del tren Sarmiento, una postal de la desidia argentina.
La obra ferroviaria más ambiciosa de la Argentina moderna, el soterramiento del tren Sarmiento, se convirtió oficialmente en un monumento subterráneo a la desidia. A 17 años de su anuncio, el Gobierno y las empresas constructoras Sacde (ex Iecsa) y Ghella acordaron dar de baja el proyecto y sellar para siempre el túnel de 7 kilómetros que se llegó a construir.
La decisión, que fue revelada por el diario La Nación, implica dejar bajo tierra una inversión de 420 millones de dólares y a la gigantesca tuneladora que ya no es posible rescatar.
La decisión pone fin a una historia de promesas incumplidas, parálisis y sospechas de corrupción que se extendió por casi dos décadas. El proyecto, anunciado con bombos y platillos por Cristina Kirchner en 2008, prometía un túnel de 32,6 kilómetros desde Caballito hasta Moreno, pero solo avanzó un tramo mínimo y ahora será clausurado con dos murallas en sus extremos.
El soterramiento del tren Sarmiento: la historia de la desidia
En 2016, la tuneladora, una cabeza de acero y dientes de 12 metros de diámetro que gira durante las 24 horas, empezó a dar vueltas sobre su eje. Perforó el primer metro en Haedo y siguió constante hasta Villa Luro, ya dentro de los límites porteños. Después de 7.239 metros se detuvo, a 6.000 del final. Ese tramo se construyó en el único momento en que la máquina se movió, pese a que se adjudicó hace 15 años. No hubo más dinero y, desde entonces, la disyuntiva fue definitiva: continuar o abandonar y tapar el túnel.

La obra, que debía finalizarse en 36 meses, estuvo paralizada la mayor parte del tiempo. La tuneladora «Argentina», un «gusano mecánico» de 125 metros de longitud, llegó al país en 2011 pero jamás giró durante los gobiernos kirchneristas. Recién en 2016, bajo la presidencia de Mauricio Macri, la máquina comenzó a cavar, pero se detuvo en 2018 en Villa Luro.
Hasta ese momento se habían completado siete de los 18 kilómetros de un túnel que tenían como principales objetivos aumentar la frecuencia de los servicios ferroviarios, disminuir 25 minutos (de 72 a 47) el tiempo de viaje entre las terminales de CABA y el oeste del Conurbano, y mejorar los estándares de seguridad vial en toda su traza.
Durante la gestión de Alberto Fernández, el proyecto pareció arrancar nuevamente con una partida de dinero destinada al soterramiento del Sarmiento. Se trataba de 9.138 millones de pesos, una cifra menor si se la comparaba con los subsidios otorgados a las líneas de colectivos del área metropolitana en ese año. Sin embargo, todo quedó en el olvido y pandemia mediante nada avanzó.
Ahora, la administración de Javier Milei decidió «sincerar una obra que no se pudo financiar» y acordó con las empresas la rescisión del contrato. «El túnel quedará cerrado como para preservar lo hecho. La idea es tapiar todo con un muro y dejar las cosas así», confirmó una alta fuente oficial a La Nación.

«Si alguna vez viene alguien y lo quiere continuar, que lo haga. Pero se cerrará definitivamente y se levantan todos los obradores que están en la superficie. No hay más soterramiento», dijo la misma fuente.
El abandono de la obra no solo deja bajo tierra una fortuna en dinero público, sino que también perpetúa los padecimientos de los vecinos de la traza del Sarmiento, que durante 17 años convivieron con obradores, carriles cerrados y la imposibilidad de avanzar en soluciones viales, a la espera de un tren subterráneo que nunca llegó.
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