La historia de Reciclando Sueños, la cooperativa de San Justo que al año convierte 200 toneladas de basura en materiales de construcción
Fundada en 2003 por cartoneros, allí transforman elementos como telas sintéticas, plástico y telgopor. Además, crean conciencia en los vecinos de La Matanza sobre la cantidad de desechos que generan por día.
Fundada hace 21 años, la cooperativa «Reciclando Sueños» de la localidad de San Justo, en La Matanza, no paró nunca de crecer. Y lo hizo tanto que ya es una de las más grandes del Conurbano. La muestra más clara de esto es que por año está reciclando más de 200 toneladas de basura, que es convertida en materiales de construcción.
La cooperativa está ubicada en la Avenida Diego Armando Maradona (Ruta Provincial número 4, y ex Camino de Cintura y Monseñor Bufano) al 5200, entre la calle Alberti y la Avenida Crovara, en el barrio Almafuerte, anteriormente conocido como «Villa Palito».
Creada en 2003 por un grupo de cartoneros que buscaban transformar los residuos en materiales útiles, hoy colaboran con ellos distintos organismos estatales, como el Instituto de Estudios sobre la Ciencia y la Tecnología (IESCT) de la Universidad Nacional de Quilmes (UNQUI), y el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET).
Las tareas de la cooperativa de San Justo
Estas entidades ayudan a Reciclando Sueños a fortalecer sus prácticas y lograr mitigar todavía más los posibles daños ambientales, sociales y económicos.
Algunas de las tareas que lleva a cabo la cooperativa es emplear telas sintéticas y plástico para fabricar tejas, por medio de distintos instrumentos y maquinarias.
También, por ejemplo, utiliza pedazos de telgopor para -a través de un montaje de herramientas que ellos mismos realizaron- para desgranarlo y transformarlos en perlas que luego se venden a empresas de construcción, quienes lo utilizan para alivianar la carga de hormigón.
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A su vez, retira los residuos que arrojan de forma clandestina los pequeños y medianos talleres textiles aledaños en dos basurales a cielo abierto, para combinarlas con otros desechos y convertirlas en un elemento que se puede colocar en el techo.
Según su director y presidente, Marcelo Loto, en cada kilo de basura hay alrededor de un 40% de residuos húmedos y un 60% recuperables que pueden aprovecharse para recircular en la comercialización.
El grave problema de la basura
El trabajo es bastante arduo, ya que, explicaron en la cooperativa, «todo el material hay que separarlo uno por uno porque, de lo contrario, todo junto sería un desperdicio. Acá se los extrae, se lo diferencia y se los pone en condiciones para que vaya a reciclaje y sea transformado en nuevo».
A todas estas cosas es que se dedica Reciclando Sueños, que ya tiene un nombre respetado en La Matanza, tanto por el tiempo que hace que está funcionando como por la importancia de su función.
En ese sentido hay que destacar que su trabajo no sólo implica el reciclaje de los residuos, sino que también genera conciencia sobre la cantidad de basura que cada vecino produce en sus hogares, que es de más de un kilo por día.
Como detalló la cooperativa tiempo atrás, y sólo a modo de ejemplo, «en Ramos Mejía se generan 1.3 kilos de residuos por habitantes. Por lo tanto, si en la Matanza hay 2 millones de habitantes, tenemos más de 2 mil toneladas por día en el Partido, que van a parar al relleno sanitario del CEAMSE y cuyo 30% podría ser reciclable».
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