Planean eliminar una histórica línea de colectivos y que su recorrido lo realice la 106
El servicio de la línea 99 será incluido en un nuevo ramal que llegará hasta Liniers. La propuesta, impulsada por el Grupo DOTA, entra ahora en una etapa de participación ciudadana antes de su implementación definitiva.

El Gobierno de la Ciudad proyecta la eliminación de la línea 99 de colectivos, que será ramalizada dentro de la 106.
El Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires proyecta una nueva reestructuración en la red de colectivos que implica la supresión de la línea 99, cuyo recorrido pasara a ser una ramal más de la línea 106.
Según lo dispuesto por la Secretaría de Transporte, estas modificaciones se someterán a dos foros virtuales de consulta pública durante 15 días, hasta el próximo 30 de diciembre. Aunque esta instancia es de carácter obligatorio, se prevé que los cambios reciban luz verde sin mayores problemas, tal como ha ocurrido con otras reformas recientes en el sistema de transporte urbano de CABA
En cuanto a la línea 106, conservará su recorrido tradicional entre Retiro y Liniers con ajustes menores. Sin embargo, la línea 99 dejará de existir como identidad independiente para transformarse en el ramal B de la 106. Este nuevo servicio continuará partiendo desde su cabecera en Córdoba y Madero -sin compartir terminal en Retiro- pero extenderá su trayecto final hasta la estación de Liniers.

La iniciativa surge de un pedido de Colectiveros Unidos (CUSA), empresa del Grupo NUDO controlada por el Grupo DOTA, bajo el argumento de que ambas líneas presentan recorridos superpuestos en gran parte de su traza.
La línea 99 de colectivos dejará de existir
El informe técnico del Ejecutivo porteño sostiene que la unificación de estos servicios generará beneficios en la operatividad y no afectará la accesibilidad de los usuarios. De concretarse el plan, la 99 se convertirá en la sexta línea eliminada en los últimos dos años.
Este proceso de «limpieza» de números en las calles porteñas ya afectó a las líneas 5 (ahora ramal de la 8), 6 (fusionada con la 50), 23 (unida a la 115), 75 (recientemente dada de baja) y la 90 (absorbida por la 151).
Un dato relevante para los historiadores del transporte es que muchas de estas líneas suprimidas tienen un origen tranviario. Al igual que ocurrió con la 5, la 23 y la 75, la línea 99 conserva en su ADN las viejas rutas de los tranvías que surcaban la ciudad.
Con esta nueva ramalización, el sistema de transporte continúa su tendencia hacia la concentración de empresas y la simplificación de recorridos en busca de una rentabilidad que, según denuncian algunos sectores, a veces se traduce en una menor oferta de frecuencias para el pasajero.
Llegan 150 nuevos colectivos al AMBA: a qué lineas irán
Por otra parte, días atrás se conoció una noticia que beneficiará a miles de usuarios del transporte público del Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA): en lo que será considerado como un giro sustentable, llegarán 150 colectivos impulsados a Gas Natural Comprimido (GNC).
Estos vehículos, desarrollados en Xiamen, China, por el fabricante mundial King Long, fueron adquiridos por el Grupo Metropol como parte de una inversión total de 45 millones de dólares destinada a renovar por completo su flota en CABA y el Conurbano. Las unidades ya iniciaron su traslado en barco hacia Argentinay comenzarán a arribar entre lo que resta de diciembre y enero, marcando una nueva etapa para la movilidad urbana.
El Grupo Metropol opera una vasta red de líneas que conectan la Zona Oeste, Norte y la Capital, incluyendo las líneas 65, 136, 151, 163, 176, 182, 194, 195, 228A, 237, 276, 310, 322, 326, 327, 336, 365, 386, 392, 448, 503, 507, 510, 670 y 741, a las que recientemente sumó la 302 y 303. Entre todas ellas serán repartidas las unidades, en base a requerimiento.
Eduardo Zbikoski, director de la compañía, destacó que esta inversión refleja un compromiso con una movilidad más limpia, moderna y eficiente para los pasajeros y la Ciudad, calificando el momento como histórico para el sector.

Los nuevos colectivos a GNC permiten una operación más amigable con el ambiente, con un impacto equivalente a sustituir 1.500 colectivos diésel. Se estima una reducción de hasta 25% menos emisiones de CO₂ por kilómetro, además de la reducción de material particulado y óxidos de nitrógeno, lo que se traduce en aire más puro y menor impacto en la salud.
A esto se suma una operación más silenciosa, mejorando el confort urbano. El GNC es considerado hoy la alternativa más accesible y escalable para acelerar la transición energética, disminuyendo la dependencia del gasoil importado.







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