Proponen que el histórico Castillo de Cañuelas sea patrimonio cultural: su estado actual y cuál sería su destino
El anteproyecto de una arquitecta especializada tiene como idea que allí funcione una universidad nacional. La intención es que la estructura sea conservada. La increíble historia del famoso edificio de la Ruta 3.
La arquitecta Ludmila De Francisco, especializada en conservación patrimonial, impulsa un anteproyecto de ley con el objetivo de que la ex fábrica Finaco (conocida como El Castillo de Cañuelas) sea declarada “Bien de Interés Histórico y Arquitectónico”, y de esa forma se lo incorpore al patrimonio cultural de la Provincia de Buenos Aires.
Además, en el anteproyecto que giró a todos los legisladores de la Cámara Baja propone que la estructura sea conservada, refuncionalizada y destinada a la futura Universidad Nacional de la Cuenca del Salado.
Su motivación para proteger el Castillo de Cañuelas
En la planta de Finaco se fabricaba huevo deshidratado, alimento en polvo Yumil, como así también leche en polvo y dulce de leche de la marcha Che-Roga (que significa ´mi casa´ en guaraní).
Tras ser expropiada durante el gobierno de Juan Domingo Perón, en la segunda mitad del siglo pasado fue comprada por la firma Industrias Materiales Fotográficos Argentinos (IMFASA), dedicada a la importación de placas radiográficas y películas para fotografía.
En 1986 pasó a manos del empresario Néstor Corsi, quien a través de la firma Napoleón S. A. planificó un museo de automóviles. El proyecto naufragó en medio de la hiperinflación alfonsinista y luego se sucedieron emprendimientos comerciales de corta duración.
De Francisco, de 27 años, se graduó como arquitecta en la Universidad Nacional de La Matanza (UNLAM), cuyo inmueble fue sede de la planta automotriz Chrysler Fevre Argentina hasta 1987. De allí salieron los camiones D-400, los míticos Valiant y los Dodge Polara o Dodge GTX. Por esos antecedentes es que ella comenzó a mostrarse interesada en la recuperación de las fábricas abandonadas.
Para fortalecer y difundir su iniciativa, ahora la arquitecta creó el Instagram “Castillo de Cañuelas Proyecto”, donde quienes lo deseen pueden firmar la petición para apoyar su propuesta.
El riesgo de que sea demolido
Ya durante la pandemia, Ludmila centró su tesis de grado en una investigación sobre la fábrica de Cañuelas fundada por el industrial francés Gustave Artaux en 1932. Y volvió a involucrarse con el monumental edificio en 2023, cuando cursó el posgrado en Preservación y Conservación del Patrimonio Arquitectónico, en la Universidad Di Tella.
“En varias oportunidades intenté motivar a mi Universidad y al municipio de Cañuelas para que El Castillo se patrimonialice, pero no tuve éxito. No me quedé de brazos cruzados y con lo que aprendí en el posgrado preparé un anteproyecto que el 5 de junio envié a todos los diputados de la Provincia. Dos ya me contestaron que lo van a evaluar”, contó Ludmila a InfoCañuelas.
La arquitecta está al tanto de un proyecto que presentó la diputada Ayelén Rasquetti (Frente Renovador) pidiendo la expropiación de la ex Finaco con destino al polo judicial de Cañuelas. Sin embargo, destaca que el proyecto de la diputada tiene un gran defecto: no pide la protección del edificio, que podría terminar demolido.
El inmueble, que está a la venta por 3,8 millones de dólares, se encuentra ubicado sobre un predio de 4.861 m2. Consta de cinco pisos y un sótano, con una superficie de 1.804 m2 en planta baja. Y fue la primera construcción de Cañuelas equipada con ascensor.
A partir de varias visitas que Ludmila realizó a la vieja fábrica, tiene la certeza de que su estructura es sólida y perfectamente conservable. También asegura que no existe riesgo de derrumbe y que los sótanos no están inundados, como se afirma en la propuesta de expropiación.
Pase lo que pase, «que sea patrimonio histórico»
“La estructura de hormigón está en perfecto estado. Para que esté en peligro de derrumbe tiene que haber hierros expuestos o losas bombeadas, características que en este caso no se observan. Las ventilaciones permiten ver que el subsuelo no está inundado”, dijo.
Y agregó: “Si alguien tiene miedo de que el Castillo se derrumbe, que vaya a ver el Coliseo, que se está cayendo todos los días. Por eso me parece importante que, independientemente de quién sea el dueño, de quién lo compre, de si expropia o no, que primero se patrimonialice para poder protegerlo y conservarlo”.
Por último, destacó que “la protección patrimonial del inmueble no impediría su uso con destino al poder judicial”. Y citó como antecedentes “la sede de la Corte Suprema de la Nación, que es un Monumento Histórico Nacional, y el edificio de la Suprema Corte de la Provincia de Buenos Aires, que es un Monumento Histórico Provincial”.
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