Qué es de la vida de Jorge Vivaldo, el arquero que se enteró por televisión de que no iba a jugar en Boca
Identificado históricamente con Chacarita, el Flaco vivió en 2004 una situación muy incómoda, cuando estaba en vivo en un programa y supo allí que se había caído el pase al Xeneize.
El Mundo Boca es impredecible muchas veces y Jorge Vivaldo lo vivió en carne propia. Arquero de larga trayectoria, soñó con dar el salto al Xeneize en 2004, cuando se le buscaba suplente de nivel al ídolo Roberto Abbondanzieri. Las negociaciones iban viento en popa y parecía solo cuestión de tiempo para que el Flaco estampara su firma y vistiese el buzo con escudo azul y oro. Pero el pase se cayó y el ex jugador de Chacarita se enteró de una manera bastante poco convencional…
La carrera de Jorge Vivaldo
Nacido en Luján el 16 de febrero de 1967, el debut de Jorge Vivaldo en el arco fue en Arsenal de Sarandí a los 22 años. El club del Viaducto todavía estaba lejos de su época de gloria, pero ya empezaba a crecer en el fútbol del Ascenso y descubrió en sus Inferiores a un flaco alto que daba seguridad bajo los tres palos.
Tras cuatro años en el Arse, con un interín en Deportivo Español, a Vivaldo le llegó la chance de atajar en Colón: con el Sabalero saltó a Primera, cuando el equipo santafesino logró subir a la élite después de pelearla durante 14 temporadas en la B.
Su carrera en Primera continuó en Chacarita y Olimpo. Fue justamente en el club de Bahía Blanca donde llamó la atención: con un estilo osado y un físico que recordaba al legendario Hugo Orlando Gatti, el Flaco estuvo en el Aurinegro entre 2002 y 2004.
Fue en ese mercado de pases cuando el Xeneize le prestó atención. El mismísimo Carlos Bianchi, antes de ponerle punto final al segundo de sus tres ciclos en la institución, recomendó contratarlo para suplir una eventual salida de Roberto Abbondanzieri.
El llamado de Boca a Vivaldo
En 2004 el Xeneize iba por un desafío enorme: tras haber sido campeón de la Libertadores en 2003, el equipo de Bianchi buscaba repetir el título continental. Había dejado ya en el camino a River, en unas semifinales épicas donde el Pato Abbondanzieri fue figura tapándole un penal a Maxi López. El nivel del arquero hizo suponer que una oferta desde Europa sería inminente: Bianchi, previsor como siempre, empezó a pensar en un reemplazante. Y Jorge Vivaldo apareció como uno de los nombres en carpeta.
Con experiencia y un buen presente, el Flaco picó en punta. Su pase pertenecía a Olimpo, un club no acostumbrado a las grandes ventas, por lo que la negociación parecía sencilla de encaminar. Así, primero fue el Virrey quien comenzó a hablar con Vivaldo y, luego de convencerlo rápidamente, los dirigentes tomaron la posta.
El arquero se sentía tan cerca de cumplir su sueño que hasta comenzó a preparar los papeles: sacó una visa de trabajo para Estados Unidos, uno de los destinos de la gira que Boca tenía preparada en el receso.
Ya con todo acordado, el Flaco se presentó en el programa Palco de Prensa para charlar sobre su siguiente desafío. Y allí ocurrió lo inesperado: «El Pato no se va… Es difícil que Vivaldo venga a la gira porque hubo algunas modificaciones», declaró en la misma emisión José Beraldi, vicepresidente del club que llevaba a cabo las negociaciones.
Y así fue como el Flaco se enteró que su pase a Boca se había caído. «Estuve muy cerca de atajar en Boca, yo hablaba directamente con Bianchi… Pero bueno, los dirigentes se manejaron muy mal en ese momento, nadie me llamó para avisarme nada. Me dolió mucho, me acuerdo que a los dos o tres días se comunicó el propio Mauricio Macri para disculparse», contó Vivaldo tiempo después.
La actualidad del Flaco
Vivaldo no logró dar el ansiado salto a Boca, pero siguió ligado al fútbol hasta hoy. Superada la decepción por el pase frustrado, retornó a Chacarita y tuvo pasos por Tiro Federal, Independiente Rivadavia, Temperley y, ya cerca del retiro, por Unión del Viso y Atlético Pilar, donde colgó los guantes.
Ya como ex futbolista, Jorge Vivaldo siguió ligado al deporte y lanzó su carrera como entrenador para aprovechar una larga experiencia en las canchas. Comenzó en 2009 en Temperley y, además de dos pasos por Uruguay (Sud América) y Colombia (Atlético Huila), siempre se desempeñó como DT en el Ascenso argentino. Actualmente su equipo es Acassuso, el club de zona Norte que milita en la B Metropolitana.
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Lejos de los flashes que acompañan a Boca, el Flaco se las arregla para trabajar, como desde hace tiempo, cerca de la pelota.