Historia de un fraude: cuando Racing engañó a Uruguay y se hizo pasar por la Selección Argentina
Ocurrió en la década del 70 durante una gira de básquet. Era el 150 aniversario de la independencia uruguaya. El ideólogo fue un poderoso dirigente y el entrenador fue León Najnudel, el padre de la Liga Nacional.
La gente de Racing -multitudinaria, fiel, seguidora en las difíciles- se enorgullece, entre otros muchos motivos, de que los colores de su camiseta son los de la bandera patria. La similitud, que puede provocar alguna confusión desde lejos, fue utilizada en una oportunidad para sacar ventaja, sin que las autoridades del club se enteraran del fraude. Ocurrió durante el invierno de 1975, en la capital uruguaya.
El ingeniero Miguel José Mancini, padre de la conocida ex modelo Raquel Marcela, era por entonces un dirigente de gran influencia en el básquet y otros deportes. Presidente de Obras Sanitarias de la Nación, impulsaba la profesionalización de todas las disciplinas. Hasta incluso el rugby, una herejía para aquellos años. Entre otros recursos para lograr ese ambicioso objetivo, organizaba giras de equipos de nuestro país al extranjero.
Celeste y blanco, pero de Racing
Mancini, quien también estaba al frente de la Comisión de Competencias Internacionales de la Confederación Argentina de Básquetbol, les ofreció a sus pares de Uruguay una gira de la Selección, justo en el receso de la competencia interna. Los vecinos compraron. Y el hábil ingeniero, aprovechando la escasa información de aquella época, mandó a Racing, reforzado con tres jugadores de San Lorenzo y uno de River.
Dentro de un amplio programa de festejos por el 150 aniversario de su Independencia, los uruguayos anunciaron dos amistosos con Argentina en Montevideo. Una vez instalados del otro lado del Río de la Plata, los integrantes de ese combinado Racing-San Lorenzo-River se percataron de que el audaz Mancini los había hecho pasar como jugadores de la Selección.
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En favor del dirigente debe aclararse que varios de aquellos basquetbolistas tenían nivel internacional e incluso representaron legalmente a la Argentina en varios torneos. El más destacado de la nómina, sin duda, fue el pivote Juan Domingo de la Cruz, Juanito, quien jugó en el Barcelona, se nacionalizó español y fue subcampeón olímpico en Los Ángeles 1984 con la casaca roja.
Otro de los personajes fue el base Claudio Villanueva, también sanlorencista, hijo de un periodista emblemático de la vieja escuela (Estanislao Villanueva, alias Villita) y con los años devenido en uno de los más importantes agentes de jugadores del mercado (Luis Scola, Gabriel Fernández, Pablo Prigioni, Facundo Campazzo y Luca Vildoza, entre los de más renombre).
Para disimular que no procedían exclusivamente de Racing, los muchachos optaron por colocarse los buzos al revés. Sin embargo, igual se notaba la inscripción. La anécdota está narrada con detalle en el libro “León Najnudel, Historia de un Adelantado”, escrito por el periodista Marcelo Gustavo Nogueira y publicado por la Editorial Básquet Plus.
¿Cuál fue la vinculación de Najnudel con aquella gira? En ese momento dirigía a La Academia. Volvería a hacerlo dos décadas después, ya en la Liga Nacional, cuando armó un plantel con varios jóvenes y, entre otros, promovió a un jovencito santafesino, desbordante de energía, que terminaría siendo pieza clave de la Generación Dorada: Andrés Marcelo Nocioni.
Amistosos contra la Selección Argentina: a cara de perro
Los cruces Argentina-Uruguay tienen una larga historia. Más de un clásico rioplatense ha concluido con peleas y sillazos. Uno de los peores fue el de los Juegos Olímpicos de Helsinki, en 1952, con la medalla de bronce en disputa. Cometieron tantas faltas que terminaron cuatro jugadores del lado uruguayo y tres del argentino… Ganaron los orientales.
Aquellos de 1975 tuvieron lo suyo, aunque no pasaron a mayores. Los nuestros se quedaron ajustadamente con el primer encuentro (72-69) y los locales consiguieron una victoria más holgada en el segundo (82-73). Todos contentos.
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Al regreso, no hubo reproches de los jugadores. En tiempos de incipiente profesionalismo, habían cobrado viáticos en dólares. Tampoco Najnudel, líder del grupo formado mayormente por sus jugadores de Racing, cuestionó a Mancini, promotor de aquella Selección falsa. Uno y otro se pelearían de manera irreconciliable una década después, cuando el entrenador -ya en Ferro Carril Oeste- empujó la realización de la primera Liga Nacional y el dirigente de Obras Sanitarias se opuso tenazmente. Esa es otra historia.