Horror en Florencio Varela y Berazategui: así funcionaba la secta que captaba jóvenes para esclavizar en Entre Ríos
Captaba chicos de bajos recursos en el sur del Conurbano bonaerense, a los que luego reclutaba en un campo cercano a Concordia. Su líder, que se hacía llamar el Pastor Sergio, fue detenido cuando estaba por escaparse a España.
Se hacía llamar Pastor Sergio el líder de una secta que funcionaba a dos puntas, entre el sur del Conurbano bonaerense y el norte de la provincia de Entre Ríos. Se presentaba en sociedad como una agrupación religiosa con sede en la ciudad de Concordia, a la que llevaba adolescentes en situación de vulnerabilidad que captaba en Florencio Varela y Berazategui, y los sometía a la esclavitud. Esa banda delictiva fue desarticulada en las últimas horas y sus líderes resultaron detenidos cuando estaban por escaparse del país.
El “Pastor Sergio”, a quien la Justicia apunta como el presunto jefe de la organización, fue detenido junto con su esposa cuando estaba a punto de abordar un vuelo a España en el aeropuerto internacional de Ezeiza. Lo acusan por el delito de trata de personas. Hay otras cinco personas están implicadas en la estructura que, según la pista de los investigadores, actuaba bajo la fachada de una misión religiosa y explotaba laboralmente a adolescentes y jóvenes en un emprendimiento rural.
La causa está radicada en la Justicia Federal de Concordia y desde allí derramó hacia el sur del Conurbano. Por disposición de la jueza Analía Ramponi, la Gendarmería Nacional realizó en los últimos días varios allanamientos y procedió a la detención del Pastor Sergio y su mujer, los que “parecían dos pasajeros más” cuando “en realidad eran los cabecillas de una organización dedicada a la trata de personas”, dijeron fuentes judiciales al diario La Nación.
Así operaba la secta en Concordia
En Concordia los conocían como “los porteños” y eran las caras visibles de la denominada Iglesia Tabernáculo Internacional (ITI) Jerusalén, que llevaba adelante la Obra Misionera Vida en El Redomón, un pequeño paraje en las afueras de la ciudad más importante del norte entrerriano. En ese predio, de acuerdo a la información oficial, rescataron a 12 personas, siete varones y cinco mujeres, de entre 16 y 24 años.
El primer paso en la causa fue una llamada anónima realizada en junio a la línea gratuita 145 en junio pasado, que está en el ámbito de la Procuraduría de Trata y Explotación de Personas (Protex). A la Justicia llegó el mensaje de la existencia de una “secta religiosa captaba a chicos de bajos recursos del sur del Conurbano y los llevaba a la provincia de Entre Ríos”.
El trabajo investigativo fue derivado a la fiscal federal de Concordia, Josefina Minatta. Fue en este contexto en el que se empezó a tirar de un hilo que llevó a una organización que confirmaba lo alertado en aquella llamada. Las víctimas de la presunta secta eran “jóvenes de bajos recursos en estado de gran vulnerabilidad socioeconómica y con problemas personales”.
Las revelaciones son escalofriantes. A los adolescentes reclutados les “lavaban la cabeza, les hacían creer que Dios les había dado un propósito, y que toda su vida dependía de Dios (…) no les dejaban usar sus teléfonos celulares para contactarse con sus familiares, les decían que tenían que enfocarse en servir a Dios sin distracciones”.
Cómo reclutaban a jóvenes en Berazategui y Florencio Varela
Los encuentros se hacían en pretendidos templos en Berazategui y Florencio Varela. Los hacían llamar “celebraciones” donde los chicos eran seducidos con promesas de una salida para sus problemas y los llevaban a El Redomón. De acuerdo a lo aportado por las fuentes judiciales, algunas de las víctimas estaban convencidas de que estaban en una “misión divina”.
El campo estaba en un lugar de difícil acceso y estaban incomunicados. Allí, los jóvenes eran sometidos “a la servidumbre y realizaban trabajos no remunerados que iban desde la limpieza del campo hasta labores de tipo rural”, explicaron fuentes a La Nación. Aportaron además que los files estaban obligados a vender en ferias de la zona ropa que habían conseguido por medio de donaciones.
Miembros de la Gendarmería lograron infiltrarse en la organización y funcionaron como “agentes reveladores” en la causa. Fue así como se realizaron los allanamientos simultáneos en el sur del Conurbano y en Concordia, y se detuvo al presunto cabecilla y su esposa. También apresaron a presuntos pastores en Berazategui y Florencio Varela.
“En los allanamientos se secuestró una carabina, 163 municiones, pendrives, memorias, chips, disco externo, folletos de la supuesta iglesia, medicamentos, cuadernos, documentación y distintas anotaciones de interés para la causa”, informó la Gendarmería Nacional en un comunicado de prensa.