Por un femicidio, una nena de un año quedó huérfana en España: la lucha de sus tíos para traerla
Esmeralda está a cargo de minoridad, luego de que su madre, nacida en Longchamps, fuera asesinada por su padre, quien luego se ahorcó delante de la pequeña. Ahora, la Justicia española demora inexplicablemente su regreso.
Antonella Orihuela tenía 30 años y era oriunda de Longchamps. Desde fines de 2011 vivía en la comunidad de Terrassa, en Barcelona, con su familia. Y maltratada por su esposo durante los últimos meses, había denunciado que sufría violencia de género. Pero la Justicia española no actuó y finalmente todo terminó en un espantoso femicidio. Además, luego de matar a su pareja y quemarla, Adrián Zanoni, el asesino, se ahorcó delante de la hija del matrimonio, de apenas un año de edad. Ahora, la menor está sola en España, a cargo de minoridad. Y los tíos maternos, que son de la misma localidad de Almirante Brown, luchan desesperadamente por traerla a Argentina.
Esmeralda tiene 21 meses de edad y en las redes sociales se está viralizando el caso para lograr que lo antes posible la niña pueda reencontrarse con sus tíos maternos, que es la única familia que le quedó. “Estamos todos muy consternado, moviendo cielo y tierra para lograr que las autoridades de España actúen rápido. Creo que el tema va bien encaminado, pero la burocracia es terrible”, le dijo Carla Arcuri, una amiga de Antonella, a Zonales.
Por medio de un hilo en Twitter, Arcuri difundió el hecho, que rápidamente se viralizó con el hashtag #TraigamosAEsmeACasa. Allí contó que “Debbie (como le decían sus amigos) para nosotros era alegría, diversión, luz. Hasta que un hijo insano del patriarcado, el cual decía amarla, decidió apagarla”. La pareja llevaban más de 11 años juntos y se habían ido a vivir a España por una posibilidad laboral para el hombre.
Cómo se conoció la noticia del femicidio
La manera en la que ella, y toda la familia, se enteraron del asesinato fue por medio de un diario del país europeo. “Desde el jueves 29 de julio no teníamos noticias de ella. En los grupos donde era siempre partícipe estuvo ausente más de lo normal, y al intentar comunicarnos con ella los mensajes no le llegaban. Entonces buscamos noticias de su ciudad y nos encontramos con lo peor”, contó.
El periódico El País informaba, el 30 de julio, que en Sant Vicenç de Castellet, a 50 kilómetros de Barcelona, había aparecido calcinado el cuerpo de una mujer, a pocos metros del auto en el que se suicidó el femicida. Era el de Antonella, claro. Y dentro del vehículo estaba Esmeralda, quien desde entonces quedó a cargo de la Dirección General de Atención a la Infancia y la Adolescencia (DGAIA) de la Generalitat.
“Los que queremos a Anto pedimos justicia. Ella murió asesinada por negligencia y abandono de las autoridades que debían protegerlas. Esto se pudo haber evitado”, aseguró Arcuri, en referencia a cómo fueron ignoradas las denuncias que hizo la mujer oriunda del barrio Los Alamos, de Longchamps.
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Hace 4 meses, en un accidente doméstico, Esmeralda se quemó un brazo y la cabeza con agua hirviendo. El asesinó culpó a la madre por el accidente, y desde ese momento comenzó un maltrato permanente. “Adrián le pidió el divorcio pero al tiempo, arrepentido, quiso recomponer el matrimonio. Anto, ya cansada de los maltratos verbales, economicos y psicológicos, le dijo que no. Ahí es donde ella decide hacer las denuncias”.
En este último tiempo, de acuerdo a las denuncias realizadas por Antonella, se habrían producido varios episodios de violencia de género en el hogar. Pero la mujer siempre escuchaba lo mismo: que no podían hacer nada porque “no había señales visibles ni físicas de maltrato”.
La lucha para traer a la nena desde España
Con todas las complicaciones para viajar que hay en este momento a causa de la pandemia, los tíos de la niña tramitan desde acá el regreso de Esmeralda. Se han contactado incluso con el Consulado argentino, pero les dicen que el tema depende de la justicia española, que actualmente busca algún familiar de la menor en España. Pero como no hay ninguno, lo único que hace esto es demorar todo.
Así, se genera todavía más angustia y dolor para una familia que aún no puede recomponerse del terrible hecho y que busca acelerar los trámites diplomáticos para poder -además de viajar a reconocer el cuerpo de Antonella y darle sepultura- traer finalmente a Esmeralda, quien además en este momento se encuentra aislada por haber dado positivo de Covid-19, aunque ya estaría transitando los últimos días de la enfermedad.