Estudia y vive en donde entrenan Messi y la Selección: la historia de la quilmeña que es la hincha argentina más privilegiada
Jessica Costa tiene 27 años y en agosto obtuvo una beca para estudiar en la Universidad de Qatar. Hoy vive en el campus, en cuyo predio entrena la Selección Argentina y, pese al fuerte operativo de seguridad, espera cruzar a los jugadores.
Jessica Costa tiene 27 años y desde agosto está en Qatar, a metros del predio donde entrena la Selección.
En medio de la fiebre mundialista, hay una joven que es la envidia de millones de argentinos. Jessica Costa, de 27 años y oriunda de Quilmes, desde agosto estudia y vive en la Universidad de Qatar, en cuyo predio entrena Lionel Messi y sus compañeros de la Selección Argentina durante el mundial de fútbol.
La joven se recibió de periodista e hizo una maestría para especializarse en Medio Oriente y, además, para ganar fluidez en el idioma intentó estudiar árabe, pero las opciones que encontró en Argentina no fueron suficientes y comenzó a buscar en Google otras variantes.
Ella asegura que hurgó en miles de sitios web hasta que encontró que la Universidad de Qatar tenía un programa intensivo de idioma árabe para extranjeros con el que podría aprender rápidamente. Se postuló junto a miles de personas, le dieron la beca y ella no dudó en dejar todo y viajar hasta Doha, donde está la sede universitaria. «Soy la única argentina que está acá», contó en una nota al portal tn.com.ar.
El sueño de cruzar a Lionel Messi y la Selección
En su estadía en Doha, la Selección entrenará en el predio deportivo ubicado junto al campus donde vive la oriunda de Quilmes. Hay una distancia de apenas 100 metros, aunque ella reconoció que también existe un fuerte operativo de seguridad para evitar que alguien pueda acercarse a Lionel Messi y el resto de los futbolistas.
«Estuve buscando en todos lados por donde verlos, un espacio por donde llegar, pero la realidad es que tomaron muchas medidas para mantener su privacidad y que nos los podamos ver. Por ejemplo, las terrazas de los edificios donde estudiamos están cerradas, los balcones que dan para el campo de entrenamiento están tapados y no nos dejan caminar alrededor del hostel porque está a solo 100 metros de donde está la Selección», se lamentó Jessica.
Y agregó: «“No nos dejan salir a la puerta y caminar, sino que tenemos que tomar el servicio de bus que hay dentro de la Universidad o salir en auto o tomar un taxi, todo afuera. La puerta cierra a las 23 y abre a las 7. Si alguien quiere dormir afuera tiene que pedir un permiso especial para quedarse en la casa de algún familiar o conocido, pero si no tiene que volver antes de las 23. Va a estar difícil, pero yo tengo esperanza de que en algún momento los podré cruzar».
Cómo es la vida de la quilmeña en Qatar
Jessica reveló que la Universidad de Qatar le pagó el pasaje, le da hospedaje, tres comidas al día y un monto de dinero en la moneda local «para comprar cosas que te falten, no para vivir una vida lujosa porque la vida acá es muy cara, pero sí para cubrir las necesidades básicas. No te permiten trabajar, porque la beca es sólo para estudiar».
Sobre la cultura, reveló que «las mujeres qataríes tienen muchas reglas y costumbres con las que tienen que cumplir. Llegan temprano a sus casas, se juntan solo entre mujeres, no tienen demasiada conversación y sigue habiendo matrimonios que tal vez no son arreglados pero sí entre familias que se conocen».
Un hermano del novio de Susana Cáceres dijo que la mujer «debe estar escondida» por Moreno
Sin embargo, agregó que «las turistas o extranjeras no tenemos que seguir todas esas reglas, entonces yo me pude adaptar rápidamente. Tengo que respetar las normas de vestimenta y estar con pantalón y mangas largas, pero el fin de semana puedo salir a un bar o a un boliche y encontrarme con otros turistas o extranjeros, y entonces uno se olvida un poco de todas las restricciones que hay. Uno se puede ir adaptando como extranjero a vivir en Qatar».
Jessica, que forjó una afinidad con una estudiante colombiana, otra mexicana y cuatro brasileñas (las únicas latinoamericanas de la universidad), reveló qué cosas le sorprenden de las mujeres musulmanas. «Cuando escuchan que una estuvo de novia muchos años o convivió durante mucho tiempo, eso les llama mucho la atención porque ellas no conviven antes de casarse. También pasa que si vamos a salir a algún lugar con mis compañeras musulmanas, con las que me llevo súper bien, me preguntan ‘¿ahí se toma alcohol?’ Yo les digo que sí, pero que no vamos a tomar demasiado, y ellas dicen ‘bueno, no, entonces yo no voy porque ese tipo de ambiente no me gusta o no estoy de acuerdo’», dijo a tn.com.ar.
En cuanto a los hombres árabes, «generalmente invitan, pagan ellos, pero si la otra persona se compra una cerveza, eligen no pagarla porque no están de acuerdo con eso». Además, reveló que se usa mucho en Qatar las aplicaciones de citas, y se ha encontrado varones locales pero no mujeres.
Finalmente, entre las diferencias que hay entre ambos géneros, recalcó que la Universidad de Qatar tiene varios edificios, diez facultades con diversas carreras y una particularidad: los hombres estudian en un lugar y las mujeres en otro. «Casi no se cruzan porque los espacios para unos y para otros están a gran distancia. Hay un gimnasio para mujeres y otro para hombres e incluso la biblioteca, que es un espacio muy grande, tiene un piso para mujeres y otro para hombres. No se pueden cruzar unos con otros».
