El dolor del papá de Thiago Correa: “No entiendo cómo dejan libre y está en su casa el hombre que mató a mi hijo»
La liberación de Facundo Aguilar Fajardo, el policía que baleó al nene de 7 años en medio de un tiroteo con cuatro delincuentes en Ciudad Evita, sacudió a la familia. «Quiero que vean el dolor que tengo», afirmó.

Thiago Correa murió de un balazo que le dio el policía Facundo Aguilar Fajardo durante un tiroteo en plena calle con cuatro delincuentes que quisieron asaltarlo en Ciudad Evita.
Fabián, padre de Thiago Correa, el niño de 7 años que fue asesinado el 4 de junio pasado por un policía durante una balacera que se produjo mientras esperaba el colectivo en Ciudad Evita, en el partido bonaerense de La Matanza, expresó su indignación tras enterarse de la liberación del agente que le disparó a su hijo.
Aquella noche trágica el tiroteo ocurrió a las 22.30 en la zona de Crovara y Madrid, un sector cercano a la Villa San Petersburgo y a Puerta de Hierro, históricamente dos asentamientos vinculados a hechos de violencia. Allí el agente Facundo Aguilar Fajardo efectuó al menos 10 disparos tras un intento de robo de su mochila por al menos cuatro delincuentes. Al menos uno de esos proyectiles, según reconstrucciones, impactó entra la cabeza y la espalda de Thiago, lo que generó su muerte pocas horas después en el Hospital Balestrini.
Desde el inicio de la investigación el policía estuvo detenido, pero ayer la Justicia resolvió liberarlo al mismo tiempo que dictó la prisión preventiva para los tres delincuentes que participaron del asalto, Uriel Alexis Montenovo (21), Uriel Emanuel Leyva (21) y Joaquín López Otto, el último de los sospechosos que fue detenido. Durante el enfrentamiento, Brandon Antelo, de 18 años, murió tras recibir un disparo en el cuello.

La Fiscalía de Homicidios le impuso al agente una serie de medidas que deberá cumplir tras su excarcelación, como no poder portar armas de fuego, ni acercarse ni tener contacto por ningún medio con la familia del niño, mientras que tampoco podrá ausentarse de su domicilio por más de 24 horas y deberá presentarse dos veces al mes en el Juzgado.
Además, la fiscalía rechazó el pedido de sobreseimiento solicitado por su defensa y modificó la imputación, mientras que Aguilar Fajardo ahora está acusado de homicidio agravado por el uso de arma de fuego en exceso de legítima defensa, lesiones graves y homicidio culposo.
En tanto, la Justicia consideró que los tres acusados del intento de robo actuaron en banda, en un lugar poblado, con un arma no apta para el disparo y con la participación de un menor de edad. Por eso, les dictaron la prisión preventiva.
El dolor del padre de Thiago Correa
«La noticia me cayó para el culo, pero tengo tanta rabia, tanta bronca, que no entiendo que una persona que mata a mi hijo pueda estar ahí como si nada en su casa», dijo Fabián, el papá de Thiago.
«Estamos viviendo una cosa loca. Yo no entiendo, yo estoy sufriendo, sufro todo el día. Estaba tranquilo hasta que me llegó esta noticia«, dijo el padre del niño y agregó: «Como dicen los fiscales, la causa sigue, pero él tenía que estar preso en estos momentos, no en su casa».
Correa también se refirió al accionar judicial: “No entiendo la postura del juez, pero bueno, qué sé yo, tendrá sus motivos. Yo eso no lo entiendo. Quiero que vean el dolor que tengo. Además, tengo mucha bronca y mucha angustia”.

Finalmente, agregó que se realizará una manifestación en el lugar donde asesinaron al niño, para repudiar este reciente hecho.
«Fue una pesadilla… Yo estaba esperando el colectivo con él. Primero escuché una explosión, pensé que era una moto y de repente empezaron a tirar cuatro tiros más. Ahí me di cuenta de que se estaban agarrando a tiros. Cuando quiero tirar al piso a Thiago, ya lo había herido una bala. Empecé a gritar ‘¡Ayuda! ¡Por favor!’ Ahí pareció un hombre en un auto, nos levantó y nos llevó al hospital Balestrini. Lo último que me dijo fue ‘pa’. Siento que fue una pesadilla», contó sobre lo acontecido la noche de la muerte de su hijo.

Tras ser impactado por el proyectil, Thiago peleó por su vida en el Hospital Balestrini pero su cuerpo solamente aguantó unas pocas horas.
El nene iba a la escuela Santa Rosa de La Tablada, que hasta el día de hoy sigue realizando cadenas de oraciones en su memoria, jugaba al fútbol y era hincha de Boca. Soñaba con ser como Messi. El irresponsable accionar del agente Aguilar Fajardo cortó de cuajo ese objetivo y dejó en sus padres un dolor del que ya nunca se podrán librar.
«Quiero que la Justicia lo resuelva y que no vuelva a pasar nunca más esto. Tiene que mejorar la seguridad», cerró.
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