La heroica historia de Bruno, el perro rastreador de Escobar que tiene una plaza en su honor y le decían el «Messi» de los buscadores
El Weimaraner es experto en rastrear olores de personas. Participó de varias investigaciones policiales famosas y ahora, tras su jubilación, en San Fernando inauguraron una espacio recreativo que lleva su nombre.
Cuando trabajaba en la brigada de Escobar, al perro rastreador Bruno le decían «Messi». Y no era para menos. Experto en buscar pistas de femicidios o intervenir en rescates, accidentes y crímenes, este Weimaraner que hoy tiene 11 años es un mito urbano del norte del Conurbano. Tanto, que días atrás, en San Fernando, fue inaugurada una plaza en su honor.
Bruno trabajó desde que tuvo un año, cuando sus dueños y familia se dieron cuenta que aprendía con más rapidez que un perro promedio. Raquel Peralta, su dueña, decidió comenzar a entrenarlo con mayor intensidad desde una obediencia básica hasta que se convirtió en un perro de seguridad y de rastreo.
La mujer, además, es adiestradora de perros y rápidamente notó que Brunito era distinto. «Tenía un nivel de hiperactividad fuera de los normal», recuerda y cuenta que recibió al animal cuando era un cachorrito volcánico de apenas nueve meses.
«Yo llevaba a otro perro a una asociación donde el capitán Néstor Páez de la Policía Científica de la Bonaerense le vio algo especial a Bruno y, junto a Mario Rosilla, especialista en Odorología forense del Ministerio de Seguridad de Corrientes, se lo preparó para rastro criminal», le dijo la mujer a Clarín.
No pasó ni un mes dentro de la fuerza, que Bruno se hizo famoso. En poco tiempo se transformó en el especialista número uno del país en buscar el olor de una persona en particular. Todos tenemos un olor particular, es como una huella digital. No hay dos olores iguales en el mundo, cuentan los expertos. Y Bruno detectaba eso para luego empezar a seguir su rastro.
Su fama se fue acrecentando hasta que la resolución de un femicidio lo transformó en mito. En 2017, la desaparición de la joven Anahí Benítez en Lomas de Zamora conmovió al país. Comenzaron a buscarla en todo el Conurbano, y especialmente en las zonas de la reserva de Santa Catalina, en ese municipio del sur del GBA.
Hasta allí llegó Bruno, que detectó el olor de Anahí y siguiendo su instinto también descubrió el «perfume» de Marcos Esteban Bazán en el pozo donde finalmente hallaron el cuerpo sin vida de la chica. Hoy, tras un largo proceso, Bazán está preso por ese crimen.
Trabajó también en el caso de Matías Vélez, el abuelo de Lobos y femicidios de San Pedro y Lanús. En otros casos Bruno encontró a las víctimas con vida y fue clave para sus rescates o recuperaciones de accidentes. En otros, fue el encargado de dar con rastros de cuerpos, como el de Anahí.
En 2018, Bruno y personal de la división canina de la Policía Local de Escobar tuvieron una participación clave para intimidar a los captores de Kimey Ferreyra de Moraiz en Quilmes y así lograr que el chico apareciera sano y salvo. Por todas estas cosas empezaron a llamarlo el «Messi de los perros rastreadores».
La carrera de Bruno siguió progresando. No trabajó solo en Argentina sino que colaboró en Bolivia, Paraguay y Brasil, donde obtuvo un reconocimiento del Comandante General de la policía de élite BOPE. Por otro lado, en nuestro país recibió una declaración de Beneplácito del Congreso Nacional.
La plaza en honor al perro Bruno
El día que se anunció la jubilación a los nueve años en 2021, el municipio de San Fernando anunció la creación de la Plaza Bruno, y hoy es una realidad.
La Plaza Bruno es la primera del país dedicada a reconocer la labor de un perro y su creación busca dar un fuerte mensaje de concientización respecto de la tenencia responsable de animales de compañía, destaca un comunicado del municipio. El espacio fue inaugurado por el intendente Juan Andreotti. Está pegado al Centro de Atención Animal, en las calles Santa Rosa y Leopoldo Lugones, en Victoria.
«Es un perro de rastreo que trabajó muchos años en operaciones, ayudando a muchas familias. Es un vecino que ha dado mucho, entonces hoy, a punto de terminar su tarea, no había mejor manera de reconocerlo con su nombre en esta plaza al lado del Centro de Atención Animal, que cuenta con un canil. Agradecemos a Bruno y a su familia por todo lo que han hecho; es un lindo gesto de nuestra ciudad», indicó el intendente.
Hoy, con 11 años en el lomo, Bruno sigue haciendo de las suyas. Y si bien ya no presta servicios y su vida está más dedicada al descanso en familia, si se lo observa de cerca se puede apreciar en su ojos -y sobre todo en su nariz inquieta- esa estirpe que siempre lo distinguió, al punto de compararlo con el 10 de la Selección Argentina. Y eso que todavía no era campeón del mundo.
Hacé tu comentario