La increíble historia de Andrés Vombergar, el esloveno de Villa Luzuriaga que ilusiona a San Lorenzo
Nació en La Matanza, se formó en el Ascenso pero sus raíces lo llevaron a nacionalizarse en el país balcánico. Tras pasar por Europa y México, volvió para jugar en el Ciclón. Y en su debut hizo el agónico gol del triunfo.
La historia de Andrés Vombergar, el sorprendente goleador de San Lorenzo, tiene ribetes cinematográficos. “Ojalá se de mi vuelta para jugar en Primera, porque es la espina que me quedó. Es una cuenta pendiente que tengo”, decía en 2019 el delantero que estaba en medio de un peregrinaje por Europa, cerca de sus raíces, porque no sólo llevó sus goles a clubes del Viejo Mundo sino que además decidió representar a Eslovenia, el país de sus abuelos. Ahora, este futbolista de 27 años, oriundo de Villa Luzuriaga, disfruta de su debut deslumbrante en el Ciclón: le dio un agónico triunfo contra Argentinos Juniors con apenas un puñado de minutos en el campo de juego.
Y lo hizo nada menos que en el estadio Diego Armando Maradona de La Paternal, donde el equipo dirigido por Rubén Darío Insúa obtuvo una necesaria victoria que le permite algo de oxígeno en medio de una crisis institucional y deportiva que tiene en jaque a la actual dirigencia. Asomó la cabeza después de ganarle a Boca en un clásico marcado por la desidia de los jugadores del Xeneize, y regresó al triunfo en La Paternal. Y con un gol de Vombergar.
Andrés Vombergar, el delantero que nadie esperaba
En la semana previa al choque contra el Bicho firmó su contrato por un año, realizó sus primeros entrenamientos y apenas si tuvo tiempo para conocer a sus compañeros. Aun así, las carencias del plantel llevaron a Insúa a incluirlo en la nómina de concentrados, para sumarlo al banco de suplentes como un posible reemplazo.
Su oportunidad le llegó a los 41 minutos del segundo tiempo, con el partido empatado sin goles. Reemplazó a Nahuel Barrios. Y apenas 180 segundos más tarde, el grandote de 1,93 metro de altura se encontró con la oportunidad de oro: en un contragolpe por la derecha, recibió la asistencia de Iván Leguizamón para quedar cara a cara con Federico Lanzillotta y tocó de zurda al gol ante el esfuerzo inútil del arquero de Argentinos.
Aquel sueño que revelaba desde Europa se hacía realidad: el regreso al país en el que había nacido el 20 de noviembre de 1994 se coronó con un primer paso exitoso, porque debutar con un gol en un club grande puede ser el comienzo de una gran trayectoria en la Argentina, pero sin dudas es la conclusión de un viaje muy largo que lo llevó por distintos países.
La historia del esloveno de Villa Luzuriaga
Como tantos miles que surgen desde el Conurbano bonaerense, Andrés Vombergar dio sus primeros pasos en el fútbol en un club del Gran Buenos Aires. Cuando tenía cuatro años, sus padres Marko y Andrea lo llevaron por primera vez a una cancha de baby fútbol. “De chiquito jugaba en Malvinas Argentinas, luego, cuando pasé a cancha de once, empecé en Ituzaingó”, contó Vombergar.
Tuvo un breve paso por River Plate en Quinta y Sexta división – “fue una experiencia increíble porque me pude dar el gusto de entrar al Monumental”, reveló-, que se frustró por una lesión (osteocondritis). Regresó a Ituzaingó, donde debutó en la Primera, cuando estaba en la C y fue compañero de Rodrigo Aliendro, la nueva figura del Millonario. Su camino avanzó en el Ascenso, ya que pasó por Fénix y Los Andes, hasta que le llegó la chance de emigrar.
“Tuve la oportunidad de ir a clubes de Primera o ir a Europa. Como era en Eslovenia, me picó el bicho de ir para allá. Siempre te cuesta los primeros meses porque es un país chico. El fútbol también es distinto, no va tanta gente a la cancha”, recordó Vombergar, alias el Tanque, en su presentación con el sitio oficial de San Lorenzo.
Su desembarco en el Viejo Mundo fue en el Olimpija Ljubljana de Eslovenia, el país de su familia. “Mis cuatro abuelos son eslovenos. Se mudaron a la Argentina de muy chicos después de la Segunda Guerra Mundial”, explicó el delantero del Ciclón. Tan fuerte era el vínculo con el terruño entre los Vombergar que Andrés aprendió a hablar en esloveno antes que en castellano. “Estaba todo el tiempo con la pelota y mis viejos me mandaron a los cuatro años a un club porque no sabía el castellano”, aclaró.
En Europa también jugó en el UFA de Rusia, previo a un segundo paso por el Olimpija. Y viene de quedar libre en el Atlético San Luis de México. En su carrera, jugó 219 partidos y convirtió 60 goles, incluido el que le dio el triunfo a San Lorenzo en La Paternal.
“Siempre hablaba con mis amigos si venía la posibilidad de ir al fútbol argentino. No sé si tenía la idea de volver tan rápido, pero cuando me llamó San Lorenzo me cambiaron los planes. La hinchada, el club, te cambian todas las ideas. Fue una decisión muy fácil de tomar”, indicó.
Nacionalizado esloveno, aguarda por la oportunidad de representar a la selección del país de sus abuelos. Allá, por lo pronto, ganó sus tres primeros títulos con el Olimpija. Es parte del recorrido de este ariete nacido en Villa Luzuriaga y criado en Ramos Mejía, que empieza a recoger frutos en la Argentina.
La aventura del uruguayo que jugó dos Mundiales y eligió Cambaceres para debutar como técnico
“Con trabajo y esfuerzo, todo tiene su recompensa. En mi caso, siempre la peleé de abajo. Las cosas no se dan de un día para otro; hay que luchar por lo que uno quiere”, indicó alguna vez. Por lo que se vio en sus primeros minutos en San Lorenzo, el tiempo parece estar dándole la razón.