El Tigre de Caruso Lombardi: del riesgo de irse a la C al ascenso a Primera y una arenga para la historia
El Matador tuvo un renacer con el locuaz entrenador al frente: pasó de casi descender a la cuarta categoría a ascender a la B Nacional y quedar a un paso de la A. Cuando el DT se fue a Argentinos, Diego Cagna completó la tarea.
El primer Tigre de Ricardo Caruso Lombardi es una de esas historias que, cada tanto, regala el Ascenso argentino. Una película con todos los ingredientes: drama, suspenso y, en este caso, final feliz con un bicampeonato.
El Matador de Victoria había descendido a la B Metropolitana en 2002 y para finales de 2003 ya tenía problemas con la bendita tabla de promedios. Pero llegó Caruso Lombardi y, después de un arranque irregular, tuvo una de las mejores campañas de todos los tiempos para volver a la B Nacional.
El Tigre de Caruso… y de Sergio Massa
Las décadas del 80 y 90 fueron duras para Tigre: primero, unos cuantos frustrados regresos a Primera División y luego, sus oscilaciones entre Nacional B y B Metro que no lo dejaban despegar. Para colmo, los primeros años del 2000 tampoco fueron diferentes: empezó a mirar de cerca la posibilidad de bajar a la C, categoría que jamás pisó.
Por ese entonces, un joven Sergio Massa -figura de proyección en la política- era el noveno vocal de la institución. Su figura fue importante: primero invirtió dinero en el club y luego forjó una relación con Caruso Lombardi. Sin embargo, el presupuesto era menor al de la mayoría de los clubes de la categoría y por eso el DT tuvo que realizar una gran renovación del plantel, incorporando jugadores desconocidos para la gran mayoría, pero confiables para él.
Del equipo que terminó el Apertura 2003 apenas quedaron Juan Carlos Blengio, Martín Galmarini, Matías Giménez y Leonel Altobelli. Tras un verano con algunas incorporaciones, el recambio fuerte se produjo a mitad de 2004. Diego Castaño y Carlos Luna, por citar dos emblemas del club, arribaron en ese mercado de pases al Tigre de Caruso Lombardi, que se encargó hasta de salirles de garantes a los jugadores que venían del Interior para que pudieran alquilar su departamento.
Tigre, un gigante dormido
Con larga trayectoria en el ascenso, Caruso Lombardi se sintió cómodo en Tigre: “Vine a despertar a un gigante dormido”, declaró al llegar. Y en el Apertura 2004 empezó a hacerlo. Con un 3-4-1-2, con tres centrales fuertes y carrileros jóvenes, el Matador zarpó a toda vela en el arranque: seis triunfos en las primeras fechas, con una goleada 4-0 en Floresta a All Boys, el ex equipo del entrenador.
Durante todo el torneo Tigre fue peleando con el Platense de Teté Quiroz, generalmente arriba, hasta que en la fecha 18 el equipo de Victoria perdió el invicto con Los Andes y el Calamar se le arrimó a un punto con seis en juego.
La siguiente parada era Vicente López, un 27 de noviembre (a la postre, declarado el Día del Hincha de Tigre). Los de Victoria coparon la tribuna visitante y, luego de la recordada arenga de Caruso Lombardi y los goles del Chino Luna y el paraguayo Eugenio Peralta Cabrera, el Matador dio la vuelta en la cancha de uno de sus rivales clásicos. La fiesta se desató tanto en la cabecera del estadio como en las calles de Victoria, en las que una multitud celebró el campeonato.
Ya con un título en su haber y la posibilidad de disputar una final por el ascenso, el equipo estuvo todavía más seguro y en el Clausura 2005 directamente arrasó a sus rivales: 15 triunfos y apenas 5 empates, para terminar invicto y cosechar 50 puntos sobre 60 posibles. Cerró la temporada con 93 puntos, como el equipo argentino de mejor rendimiento en todas las categorías. Por poner un ejemplo mundial, en ese mismo año, el Chelsea de Mourinho terminó la Premier con 95 unidades, récord hasta que lo superó el Manchester City de Guardiola.
A pesar de algunos cambios según cómo jugara el rival o imponderables del momento, el Tigre de Caruso Lombardi salía relativamente de memoria. El primer once titular de esa campaña (2-0 a Laferrere de visitante) fue: Campestrini; Krikorian, González, Blengio; Correa, Muñoz, Castaño, Alsina; Sever; Luna y Peralta Cabrera. A lo largo del torneo también tuvieron muchos minutos Galmarini, Giménez, Torres, Arriola, De Muner y Nieva.
Caruso Lombardi siguió como DT de Tigre y estuvo a un gol de entrar en el reducido para ascender a Primera en la temporada 2005/06. Dirigió el Apertura 2006, en el que quedó tercero con 36 unidades, y pegó el salto a Primera: se fue a Argentinos. Lo reemplazó Diego Cagna, quien se sirvió de esos puntos para entrar al Reducido y vencer a Nueva Chicago, en la trágica y gloriosa jornada del 25 de junio de 2007, y coronar el ascenso a la élite del fútbol argentino.