Lanús: el duro trance de un colectivero que fue baleado en un asalto en Valentín Alsina y no puede volver a trabajar
Adrián Báez tiene 32 años y es padre de tres hijos. En agosto, un delincuente le disparó en una pierna cuando conducía una unidad de la línea 158. Quedó incapacitado para manejar y está en conflicto con la empresa de transporte.
La madrugada del martes 16 de agosto de 2022, la vida de Andrés Báez, un colectivero de 32 años, se transformó por completo. Conducía un colectivo de la línea 158 en Lanús, en el sur del Conurbano, cuando un delincuente le disparó en una pierna y le dejó serios problemas de salud.
Todo ocurrió en las calles Warnes y Lomas Valentina, en el barrio de Villa Jardín de la localidad de Valentín Alsina. Andrés reconoció que «esa era la primera vez que volvía a manejar en el turno noche después de muchos años».
El hecho lo dejó marcado para siempre, tanto que lo recuerda en detalle. «Subió una persona que en principio no tenía ninguna señal sospechosa. Era un pibe grande, me pidió si lo podía llevar unas cuadras sin pagar, le dije que sí. Cuando cerré la puerta me mostró un arma y me pidió cosas a mí y un pasajero que estaba adelante».
«Se tiró arriba mío para sacarme la mochila y para mí se le escapó el tiro. Después de que pasó eso salió corriendo», reconstruyó en diálogo con El Diario Sur. Andrés recibió el disparo en la pierna derecha y un pasajero, al verlo malherido, se la ató para hacerle un torniquete y que de ese modo pudiera manejar hasta la Unidad de Pronta Atención (UPA) N°3 de Lanús, donde le hicieron los primeros auxilios.
Aquel episodio desató el enojo de todos los trabajadores de la empresa El Puente (que administra las líneas 158, 32 y 75), que hicieron un paro y estacionaron sus colectivos en la avenida Hipólito Yrigoyen frente a la Municipalidad para llevar adelante un masivo reclamo por seguridad a las autoridades locales.
El drama que vive el colectivero baleado en Lanús
El disparo le afectó nervios de la pierna y Andrés quedó sin poder apoyar bien el pie en el suelo mientras camina. Comentó que la Aseguradora de Riesgos del Trabajo (ART) lo «recalificó» y que es por ello que no está en condiciones de volver a ser colectivero. «Me quedó una incapacidad. Dicen que no voy a poder tener una conducción segura. Me tendrían que dar otro puesto de trabajo en la empresa, como inspector o de control».
Sin embargo, allí está el problema, porque aseguró que desde El Puente no le quieren reasignar otra tarea. «Hablando con mi abogado, él me dice que me tienen que indemnizar al 100% pero desde la empresa lo quieren hacer al 50%. Tendría que ir a juicio para recibir todo», explicó.
Por su parte, desde la empresa de transporte señalaron que para ellos el colectivero renunció y ya no forma parte de su plantel de empleados, lo que complejiza judicialmente una situación que Andrés aseguró querer resolver cuanto antes. El tiempo apremia: tiene tres hijos y es el único que trabaja en su casa de Lanús Oeste, por lo que contar con ingresos en lo inmediato es sustancial y la idea de un juicio se vuelve una opción muy difícil de afrontar, más allá de que se encamine hacia lo que cree que le corresponde.