Qué es de la vida de Luis Medero, el crack de Boca que generó un momento insólito en televisión
Nacido en Hurlingham, como futbolista apareció en los principios de los años 90, cuando el Xeneize rompió más de una década de sequía con el Maestro Tabárez como técnico. Ahora, Gardelito es entrenador.
Quizá a Luis Medero le falten los laureles de otros defensores ídolos de Boca. No pateó un penal en una final de Copa Libertadores como Jorge Bermúdez, tampoco marcó a Kaká en una Intercontinental como Rolando Schiavi ni mucho menos jugó la cantidad de partidos que Roberto Mouzo, líder en encuentros disputados con la camiseta del club.
Aun sin esos pergaminos, Gardelito -apodado así por el peinado- tiene con qué quedar en la memoria eterna del hincha: fue autor de uno de los goles más importantes y estéticos en el legendario Apertura 92, una conquista icónica en la enciclopedia azul y oro.
Los inicios de Luis Medero
Luis Adrián Medero nació en Hurlingham el 24 de enero de 1973. Rápidamente su carrera futbolística se unió a Boca: hizo divisiones inferiores en la cantera xeneize. Y, pese a que suele ser difícil llegar a la Primera en una de las instituciones más importantes de Argentina, sus características lo llevaron a destacarse y asomar en el equipo que por aquel entonces dirigía el uruguayo Oscar Washington Tabárez
Medero, tras un debut frustrante en una derrota contra Estudiantes de La Plata en la ya desaparecida Supercopa sudamericana, saltó a la titularidad ni más ni menos que en un superclásico: fue quien reemplazó al por entonces lesionado Juan Ernesto Simón, baluarte de la defensa boquense, en un 1-0 que marcaría el rumbo hacia el título.
Con gol del Manteca Martínez y un penal atajado por el Mono Navarro Montoya a Hernán Díaz, Boca derrotó al rival de toda la vida y comenzó a soñar fuerte con un título local que le era esquivo desde el Metropolitano 1981, de la mano de un tal Diego Armando Maradona.
El joven defensor ganó confianza y permaneció en la zaga titular durante el tramo restante del torneo. Disputó en total nueve de los 19 partidos del certamen, siempre en pareja con el marplatense Alejandro Víctor Giuntini. Sin lugar a dudas, su gran papel fue en la victoria ante Platense, en la cancha de Independiente, justo en el partido anterior a gritar campeón.
La noche de gloria de Gardelito en Boca
Boca llegó a la penúltima fecha del Apertura 92 con toda la ilusión a cuesta y puntero del torneo, aunque también con la presión de más de una década sin festejos locales. Sin embargo, pese a los nervios, el Xeneize comenzó con todo en Avellaneda: a los 22 minutos ya estaba 2-0 arriba con goles de Martínez y del paraguayo Roberto Cabañas. La gente deliraba en la tribuna visitante, pero Platense, con un pibito Raúl Cascini como volante, no se iba a rendir fácil: a los 82′ descontó y agregó suspenso…
Ahí fue cuando Luis Medero se volvió héroe e inolvidable para la historia del club. Cortó a la altura de mitad de cancha, empezó a encarar y nadie pudo detenerlo: uno a uno los marcadores del Calamar fueron quedando en el camino hasta que sacó un zapatazo que se clavó en el arco de Gustavo Moriconi y decretó el 3-1 final.
El relato de Marcelo Araujo también pasó a la historia: «Si lo hacés me voy», amenazaba el periodista a medida que el zaguero, de apenas 19 años, avanzaba en el terreno. Luis Medero coronó su obra de arte y Araujo cumplió su promesa: le cedió el micrófono a Enrique Macaya Márquez en los últimos minutos.
La carrera post Apertura 92
Luego de ayudar a romper la sequía en la última fecha con un empate 1-1 ante San Martín de Tucumán, Medero siguió cinco años más en la entidad y jugó 117 partidos oficiales. Consiguió también con el Xeneize la Copa de Oro de 1993, pero en ese año se rompió un tobillo y su nivel bajó considerablemente.
Su carrera siguió en el país y el exterior: pasó por Colón, tuvo un leve repunte al llegar a San Lorenzo y anduvo sin mayor repercusión por Olimpo, Argentinos, Emelec de Ecuador y Gimnasia de Jujuy.
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Tras colgar los botines, Gardelito continuó su vida como entrenador, como es habitual en muchos ex jugadores. Su carrera se dio en las categorías del Ascenso: debutó como DT en la Comisión de Actividades Infantiles de Comodoro Rivadavia y siguió en Boca Unidos, Patronato, Ferro y Central Córdoba de Santiago del Estero. Actualmente se desempeña en Cipoletti de Río Negro.
Aunque perseverante en el esfuerzo, aún le cuesta trascender como entrenador. No se preocupe, Medero: su nombre ya es inolvidable por aquel gol eterno de Boca ante Platense.