Así está hoy Pancho Sá, el futbolista que más veces ganó la Copa Libertadores y es pastor evangélico
Es una de las grandes glorias vivientes del fútbol argentino, tanto que lo tienen como ídolo Independiente y Boca, con los que levantó seis veces el máximo trofeo continental. Con casi 80 años, se volcó a la religión.

Francisco Pedro Manuel Sá, con la camiseta de Independiente y una de las tantas Copa Libertadores.
Si uno juega siete veces la Copa Libertadores, llega a la final en todas y gana seis, es hasta lógico que sea un agradecido a Dios. Francisco Sá -el más veces campeón del torneo continental- lo es. Y no solo por haber levantado el trofeo en cuatro ocasiones con Independiente y en dos con Boca Juniors, sino porque un difícil trance de salud que atravesó su esposa lo volvió aún más creyente. El hombre, próximo a cumplir 80 años, tiene una fe religiosa y la comparte junto a parte de su familia como pastor en una iglesia evangélica.
Pancho Sá, el formoseño que se crió en Corrientes
Francisco Pedro Manuel Sá (así llamado en honor a sus abuelos y un tío) nació en un pequeño pueblo de Formosa llamado El Paraíso. Era muy chico cuando la familia se mudó a Goya, en la vecina Corrientes. Allí empezó a jugar al fútbol y a cantar folclore, dos de sus pasiones.
De Central Goya, en cuya Primera División debutó como defensor a los 15 años, pasó a Huracán de Corrientes. El presidente de ese club -un entonces joven José Antonio Romero Feris, más tarde gobernador de la provincia- negoció en persona la transferencia.

“A vos te veo condiciones para jugar en Buenos Aires”, le dijo un día José María Silvero, también correntino, recio defensor de Boca en la década del 60. Fue él quien terminó de convencer a Pancho de que eligiera la pelota, en lugar de la guitarra. Paradójicamente, acabó siendo River en 1969 el primer destino porteño de ese muchacho sencillo, capaz de ocupar cualquier puesto de la zaga, rápido para los cruces y firme en los mano a mano.
La consagración de Francisco Sá en Independiente
Con pocas oportunidades en el Millonario, a Francisco Sá le surgió la chance de ir a Independiente. Lo recomendó Roberto Ferreiro, Pipo, compañero durante su breve paso por la institución de Núñez. Pancho desembarcó en Avellaneda en 1971 y ese mismo año logró su primer título, el Metropolitano que los Rojos le arrebataron de manera casi milagrosa a Vélez en la última fecha.
A partir de 1972 se construyó la historia del Rey de Copas, con Sá como uno de los baluartes de una línea de cuatro que completaban Eduardo Comisso, Miguel Ángel López y Ricardo Pavoni, siempre con Pepé Santoro bajo los palos, el uruguayo Luis Garisto como eventual recambio de los centrales y Perico Raimondo patrullando en el medio.

Universitario de Perú, Colo Colo, San Pablo y Unión Española de Chile sucumbieron en cuatro finales consecutivas frente a un equipo que, en las instancias decisivas, parecía invencible, primero con el liderazgo veterano de José Omar Pastoriza y luego con la frescura y los goles de la dupla Bochini-Bertoni.
La llegada de Pancho Sá a Boca
Con 30 años cumplidos, una edad que en aquella época invitaba al retiro, Pancho fue dejado en libertad de acción por Independiente. Estaba dispuesto a decirle que sí a una oferta de Colombia cuando apareció en escena Juan Carlos Lorenzo, recién asumido en Boca, para decirle que Alberto J. Armando quería hablar con él en la famosa concesionaria Ford de Avenida La Plata.
Sá aceptó la propuesta xeneize, pese a que económicamente era inferior a la formulada por Independiente de Medellín. Hizo negocio, sin duda. Con Boca ganó los dos primeros certámenes, el Metropolitano y el Nacional (final a River) de 1976. Y en los años siguientes sumó dos Libertadores más a su colección única.

Allí también fue el referente de una defensa granítica, por momentos inexpugnable, que se mantuvo invicta en los ocho primeros encuentros de la Copa de 1977 y apenas recibió tres goles en toda la competición. Hugo Gatti, Vicente Pernía, él, Roberto Mouzo y Alberto Tarantini jugaron casi todos los partidos. Repitieron el título en 1978, ya con Miguel Ángel Bordón de lateral izquierdo en lugar de Tarantini, y quedaron al borde del tri en 1979, cuando un durísimo Olimpia los privó de otra alegría.
“Nunca imaginé que llegaría a ganar seis Libertadores y menos que mi récord continuaría vigente por tanto tiempo”, asume Pancho Sá con una humildad digna de sus orígenes. ¿Cómo no va a agradecerle cada día a Dios?
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