Mató a una joven de 17 años con su auto en San Miguel, intentó huir y ahora saldrá en libertad

Hace diez días, Abril Ayelén Salinas había salido como cada mañana de su casa de San Miguel para ir al colegio secundario. Pero al cruzar la calle para tomar el colectivo la joven de 17 años fue atropellada por un auto y murió, alrededor de una hora después, en el hospital al que fue trasladada.

Al volante iba Sergio Adrián Díaz, un abogado que vive en Cuartel V, en la localidad de Moreno, quien intentó fugarse. Finalmente fue detenido y desde entonces está a disposición de la Justicia. Aunque ahora el juez de la causa dictaminó que, previo pago de una multa de 500.000 pesos, será excarcelado.

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Alberto Brizuela, juez de Garantías N° 4 de San Martín, dispuso que Díaz pueda salir en libertad, aunque esto todavía no se efectivizó porque el acusado por homicidio culposo no pudo reunir, por el momento, el monto exigido por la Justicia. Por otra parte, se determinó que, mientras el proceso continúe, el abogado no podrá manejar ningún tipo de vehículo.

Además del hecho de que intentó escapar, Díaz tuvo otra actitud muy repudiable: intentar culpar a la víctima de haber cruzado cuando el semáforo supuestamente estaba en rojo para el peatón, algo que se demostró que no era cierto.

Así mató a la joven en San Miguel

Todo sucedió el viernes 2 de este mes, cerca de las 13.30. Abril, quien era alumna de sexto año de la secundaria Juana Manso de San Miguel, estaba en la esquina de Presidente Perón y Las Delicias, y cruzó la calle para tomar el colectivo que la llevaría al colegio. En ese momento fue que el abogado la atropelló con su auto, de manera tan violenta que la empujó por varios metros.

La joven quedó en el asfalto inconsciente y pocos minutos después fue trasladada de urgencia por una ambulancia del SAME al Hospital Larcade, donde finalmente falleció cerca de las 14.30 a causa de un paro cardíaco.

Su madre, Emilce, contó al día siguiente de la pérdida de su hija que “después (del deceso) me mandaron a la comisaría, me tuvieron toda la tarde ahí y un policía nos quiso convencer a mi marido y a mí de que Abril había cruzado mal, a mitad de cuadra, y que estaba usando el teléfono”.

Además, reveló: “También me dijeron que iba escuchando música, pero ella nunca iba con auriculares en la calle. Y me explicaron que le habían hecho todos los tests correspondientes al conductor, pero yo no pude comprobar eso. Y sé que él dijo que iba a 40 kilómetros por hora, y a mí varios testigos me hablaron de, como mínimo, 70 kilómetros por hora”. Emilce apuntó que “la vista estaba despejada, mi hija tenía ropa de colores, ¿cómo no la vio?”.

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Díaz conducía un Renault Kwid color blanco y, según se pudo reconstruir a partir de los testimonios de testigos, cruzó con el semáforo en rojo. Toda la secuencia quedó registrada en distintas cámaras de seguridad de la zona. Y en una de las filmaciones se puede ver a Abril parada en la esquina, esperando que corte el semáforo, hasta que finalmente se decide a cruzar y acelera su paso al llegar al carril que está pegado al bulevar que divide ambas manos de la avenida.

En ese momento es cuando aparece el auto que la termina atropellando. La joven cae a varios metros de distancia por el golpe. En las imágenes también se ve que el dueño del vehículo se frena y baja a intentar auxiliarla. Aunque luego se conoció que, en realidad, había querido escapar, y que fue obligado a detenerse por un colectivero que presenció el hecho.

Esta información fue confirmada por Walter Salinas, el padre de Abril, quien aseguró que el mismo chofer del colectivo fue quien “llamó a la ambulancia” y precisó que “además retuvo al tipo, que intentó darse a la fuga”.

El dolor de la familia de Abril Salinas

Desde el fallecimiento de la joven, toda su familia, amigos y vecinos realizaron varias manifestaciones para pedir que se haga justicia. Una de ellas fue el último sábado en la plazoleta de avenida Perón y Primera Junta, muy cerca de donde ocurrió el trágico hecho. Allí se pudo escuchar el testimonio de Maribel, la tía de Abril, quien dijo: “Nos concentramos pidiendo que esto no quede impune y para recordarla con amor, pese al profundo dolor que sentimos”.

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También expresó que lo único que mantenía en pie a la familia era la necesidad de que quede claro que lo que pasó “no fue un accidente”, sino una clara muestra de “irresponsabilidad” al volante. Por esto no hay dudas de que la excarcelación que dictó el juez de la causa habrá sido un golpe muy duro de asimilar.

Ese fatídico viernes Abril simplemente iba a estudiar, tal vez pensando en poder cumplir su sueño de convertirse en traductora de inglés. Lo que seguramente no esperaba era encontrar la muerte de una manera tan absurda.