San Justo: golpeó con un nunchaku y asesinó a puñaladas a un comerciante por una cerveza
Reynaldo Quiroz Silvestre (33 años) le reclamó a Matías Andrade (29) que le pagara la lata de bebida que había sacado de una heladera de su comercio. La respuesta fue tremenda: lo mató adelante de su familia.
Todo se originó por una cerveza y terminó de la peor manera. Un delincuente entró a un local de San Justo, sacó de una heladera una lata y se fue sin pagarla. El dueño del comercio, ubicado en Parral al 3400, entre Pampa y Derqui, lo siguió para reclamarle y en ese momento comenzó una pelea. A Reynaldo Quiroz Silvestre, de 33 años y de nacionalidad boliviana, el homicida primero lo atacó con un nunchaku (un arma de artes marciales) y luego terminó asesinando a puñaladas, delante de sus dos hijas.
El delincuente, que ya fue detenido, fue identificado como Matías Andrade, de 29 años, y fue reconocido por la filmación de la cámara de seguridad. Se trata de un vecino que solía hacer sus compras en el local, por lo cual en el barrio todos lo conocía, incluido la propia víctima.
El trágico suceso ocurrió el sábado y la pelea se dio en la puerta del negocio. Según lo que trascendió, el asesino se encontraba en estado de ebriedad. Y la víctima recibió fuertes golpes en la cabeza y puñaladas en el cuerpo, por lo que terminó gravemente herido y -ante la demora de la ambulancia- fue trasladado por los hermanos de su mujer al Hospital Balestrini de Ciudad Evita, donde fue intervenido quirúrgicamente pero falleció producto de las heridas recibidas.
La violenta discusión duró apenas unos minutos y ocurrió a la vista de los vecinos. Luego de recibir la alerta, personal de la Comisaría 1° y del Comando de Patrullas fueron desplazados al lugar. Y al arribar a la escena ya encontraron a la víctima tendido en la calle.
Reynaldo Quiroz era padre de una nena de dos años y vivía apenas a unas cuadras del lugar del hecho. Llegó de Cochabamba y formó una familia con Hilaria Beserra, una mujer de 27 años que tenía otra hija con una pareja anterior.
El asesino de San Justo robó dos autos para huir
Luego de cometer el asesinato, Andrade escapó rápidamente del lugar, y lo hizo robando dos vehículos, amenazando a los conductores con la misma cuchilla. Primero agredió a un vecino de Rafael Castillo, de 53 años, para quitarle su Volkswagen Suran negro. Los investigadores encontraron la cuchilla y el nunchaku a unas diez cuadras, en Peribebuy y Coronel Lynch, junto con el auto abandonado, dentro del cual también estaba la cuchilla que habría utilizado para apuñalar al comerciante.
En ese mismo lugar agredió a otro hombre, de 66 años, para robarle su Renault Megane. Los reiterados llamados al 911 permitieron que agentes de la Subestación de Policía de La Matanza lo encontraran en el barrio San Alberto, donde lo detuvieron después de realizar un operativo cerrojo. Según trascendió, en su raid habría atropellado a una mujer, quien se encuentra fuera de peligro.
Salvaje asalto en San Justo: le gatillaron dos veces pero los disparos no salieron
Cuando Andrade fue capturado tenía golpes en la cara y vestía un pantalón gris y un buzo azul, lo mismo que al momento de la agresión. Primero fue puesto a disposición de Gastón Bianchi, de la fiscalía N° 3 descentralizada de San Justo, acusado de dos hechos: homicidio agravado criminis causae, y robo calificado por el uso de armas.
Luego, cuando se confirmó el fallecimiento de Quiroz Silvestre, la investigación ya fue derivada a la fiscalía de homicidios a cargo de Marcos Borghi, que estaba recolectando material y testimonios para avanzar con la imputación. Según se informó, el asesino se negó a declarar.
Esta mañana, desde muy temprano, los vecinos comenzaron a manifestarse pidiendo justicia y más seguridad en la zona. Entre quienes reclamaron se encontraba Hilaria, la viuda, quien visiblemente conmovida y entre lágrimas contó que el asesino “fue directo a la heladera, agarró unas latas de cerveza y se fue”.
En ese momento, precisó, ella -que estaba a cargo de la caja- le dijo que no le había pagado, a lo que el delincuente le respondió “qué te voy a pagar”. Enseguida le avisó a su esposo lo que estaba pasando, y Quiroz Silvestre salió a buscarlo, lo alcanzó y le reclamó su actitud.
“En ese momento sacó un arma, esa que tiene dos fierros con una cadena y me lo empezó a golpear. Yo metí a mi nena adentro y salí corriendo, y ya me lo estaba acuchillando”, dijo Hilaria. Y, desconsolada, expresó: “Me lo mató. Cómo voy a hacer para seguir viviendo”.
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